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Valle del Cauca, un departamento que lo ofrece todo

Avistamiento de ballenas yubarta, escenarios ideales para la práctica de deportes extremos, platos exquisitos y bebidas exóticas. El Valle cuenta con todas las herramientas que lo convierten en uno de los principales paraísos para los turistas.

31 de julio de 2018
El lago Calima es uno de los embalses más grandes de América. Tiene los tres mejores vientos del mundo para la práctica de deportes como kitesurf y windsurf. | Foto: Cortesía Secretaría de Turismo del Valle

Familias de ballenas jorobadas que nadan por las aguas del Pacífico. Aves de colores escondidas entre bosques nublados. Un Cristo famoso por sus milagros. El dulce manjar blanco con más de 150 años de historias y noches al ritmo de salsa. Estas son algunas de las postales más famosas del departamento con la mejor infraestructura vial del país: más de 8.000 kilómetros de vías con autopistas de doble carril y cuatro aeropuertos, uno de ellos internacional. Un paraíso donde todos los visitantes se dejan enamorar por su clima, sus costumbres, paisajes y por su gente. Un Valle de apellido Cauca. 

 En esta sabrosa región de Colombia se pasa fácilmente de un calor intenso con temperaturas que alcanzan los 32 grados, a un clima agradable, casi templado. Esta variedad de pisos térmicos, junto con su diversidad de paisajes, atraen a especies de aves de todo el mundo. Se han identificado 1.600 en la región y durante el Global Big Day, un concurso que promueve la observación de aves, el Valle del Cauca ocupó el tercer puesto a nivel mundial: se avistaron 685 especies en lugares como Farallones, Anchicayá, Pance, San Antonio y la Laguna de Sonso.

Pero tal vez el secreto mejor guardado está en Isla Palma, una playa vistosa de manglares bordeados de pianguas (molusco afrodisiaco). Allí, comunidades indígenas y negritudes ofrecen más de 120 bebidas autóctonas, preparadas de una manera que solo se ve en el Pacífico vallecaucano, en este lugar lleno de magia ancestral, en el que resuenan arrullos que se cocinan en el barullo de la marimba, el piano de la selva.

Aquí se esconden playas como La Barra, escenario de películas, o Magüipi, que pronto será declarada ‘Bandera Azul’ –una certificación otorgada por el buen manejo ambiental y la calidad de la seguridad y la higiene–. También la reserva natural San Cipriano, donde todos los visitantes podrán disfrutar de aguas totalmente cristalinas en el río que lleva su mismo nombre, así como en el río Sabaletas.

Para quienes buscan una experiencia todavía más exótica el lugar es la cascada La Sierpe. Una caída de agua de 65 metros de altura, en el corazón del bosque húmedo de Bahía Málaga, a la que se llega tras una hora en lancha desde Buenaventura. Y para los que quieren todavía más aventura, la emoción está en Malpelo. Esta isla Patrimonio Natural de la Humanidad y santuario submarino, es un escenario apetecido por buzos de todo el mundo.  

Entre julio y noviembre hasta estas aguas llegan ballenas jorobadas desde la Antártida. Recorren 8.500 kilómetros para aparearse en este pedazo de Colombia que tiene la sala cuna de ballenas más grande del mundo. Las experiencias extremas en el Valle del Cauca, sin embargo, no se limitan a lo que se puede hacer en el agua. Sus cielos son considerados por expertos como el mejor lugar para volar en Colombia y uno de los mejores en el mundo.

En el municipio de Roldanillo se celebran mundiales y copas internacionales de parapente, en las que compiten aficionados y profesionales de 30 países. En cada evento se ven más de 200 hombres y mujeres en el cielo. Los expertos aseguran que esta zona tiene la térmica ideal para vuelos de larga distancia. Esto permitió que el año pasado se estrenara el Aerothlon, un deporte que combina trail running, parapente y ciclomontañismo. ¿Dónde practicarlo? En municipios como Ansermanuevo, Palmira y El Cerrito.

Otro escenario poderoso para la aventura es el Lago Calima, uno de los embalses más grandes de América, con una superficie de casi 20 kilómetros cuadrados. Allí soplan fuertes vientos, perfectos para el kitesurf, el windsurf y el sunfish. Por la región también se practica ciclomontañismo en el Bike Park, un circuito de 12 kilómetros que avanza por entre los árboles.

Cali es Cali

La capital no se queda atrás. Con 17 escenarios deportivos de talla internacional, como el velódromo, escenario de la Copa Mundo de Pista; el estadio Pascual Guerrero, que acogió a los Juegos Mundiales de 2013; y el Patinódromo Mundialista, se ha consolidado como la ciudad deportiva de América. Así lo confirman los dos eventos Fifa que se han realizado en menos de cinco años.

Más allá de los deportes, aquí se vibra con la música. La salsa ya no solo anima las noches, hoy es un movimiento social. En Cali hay más de 100 lugares para escucharla y bailarla. Sobresalen La Topa Tolondra, en la mítica calle quinta, Zaperoco, un bar de culto en el que se ponen descargas de Richie Ray & Bobby Cruz y Salsa Experience, en el barrio San Antonio. Y ni qué decir de los bailarines en espectáculos como Delirio, Ensálzate o El Mulato Cabaret; todos dignos de Broadway. A ellos se suman festivales como el de Bandola en Sevilla, el Mono Núñez en Ginebra o el Petronio Álvarez en Cali. Para rematar, se puede disfrutar de gastronomía típica como el emblemático sancocho de gallina, así como platos internacionales en zonas como El Peñon, Ciudad Jardín, San Antonio y Granada.

Para quienes lo que buscan es una recarga espiritual, el referente es el santuario del Divino Ecce Homo. Un sitio de peregrinación al que miles de visitantes llegan cada domingo a pedir milagros y depositar monedas, atraídos por una tabla de madera partida en tres pedazos, exhibida en un mosaico vistoso y brillante de una pequeña capilla con un santo borroso que se dice es tan milagroso como el Señor de los Milagros de Buga. Este templo tiene capacidad para 5.000 personas, pero en Semana Santa lo visitan unas 800.000.

En estos siete días de oración, los creyentes también encuentran consuelo en otras iglesias del departamento: Guadalupe, en Cartago; la Basílica San Luis Gonzaga, en Sevilla; o las procesiones en El Cerrito.

Más que vacaciones

Ser escenario de eventos y convenciones es otra de las fortalezas del Valle del Cauca. Aquí está el segundo espacio multiformato más grande y moderno del país: el Centro de Eventos Valle del Pacífico. Son 110.000 metros cuadrados con capacidad para 11.000 personas en los que se han celebrado congresos mundiales de marketing, cumbres de biodiversidad de la ONU, ferias automotrices, rondas de negociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y países asiáticos, y reconocidos encuentros como el Cali Exposhow.

El departamento está preparado para recibir estos visitantes. Cuenta con 486 hoteles, más de 22.000 camas y 96 hostales certificados por Cotelco Valle del Cauca, el gremio que fortalece e integra la industria hotelera en el departamento. Además, cuenta con el Cali Valle Bureau, una entidad apoyada por la Secretaría de Turismo del Valle, encargada de la captación de eventos ‘Mice’. 

Esta es una región que se impulsa con el turismo, que además de su espíritu vacacional responde a una visión corporativa. No hay razones para privarse de todo lo que florece en este valle.