INDUSTRIA NAVAL

“El país debe reconocer la importancia de la industria astillera y atender sus necesidades”

Así lo dice el presidente de Cotecmar, el contralmirante Óscar Darío Tascón, en esta entrevista con el director editorial de SEMANA, Rodrigo Pardo.

27/03/2019
27 de marzo de 2019
Contralmirante Oscar Darío Tascón, presidente de Cotecmar. | Foto: Semana

RODRIGO PARDO: ¿Qué tanto ha cambiado la industria astillera nacional en estos últimos 20 años?

ÓSCAR DARÍO TASCÓN: Muchísimo. Se podría decir que dos décadas atrás no teníamos proveedores y que las capacidades de nuestros astilleros eran muy limitadas. El marco normativo que regía en ese momento impedía que nuestra industria pudiera ser competitiva, y no podía serlo porque resultaba mucho más barato comprar buques en el exterior que producirlos en el país. Tampoco podíamos ser competidores regionales en el mercado de las reparaciones; las oportunidades se nos escapaban y usualmente eran aprovechadas por países como Panamá o Curazao.

R.P.: ¿Y cómo es la realidad del sector hoy?

O.D.T.: Diferente. El gobierno reconoció que la industria astillera y metalmecánica podía ser una gran apuesta de progreso para el país e incluyó al sector en el Programa de Transformación Productiva. Esto ha permitido llevar a cabo iniciativas de marco normativo, principalmente, para eliminar ciertas barreras y promover su competitividad. Debo decirle que todavía queda mucho trabajo por hacer, pero estamos en mejores condiciones.

R.P.: Exactamente, ¿en qué consisten esos cambios normativos?

O.D.T.: Son, modificaciones arancelarias, aduaneras y tributarias. Por ejemplo, en el pasado los buques que llegaban al país no tenían que pagar IVA, mientras que los astilleros si debían hacerlo sobre materias primas que compraban en Colombia o en el exterior, transfiriéndoselo al producto final, poniendo en desventaja a la producción nacional; esta situación ya fue superada. En el campo arancelario, hemos conseguido que se puedan importar materias primas destinadas a la fabricación de buques con cero arancel, siempre y cuando no tengan registro de producción nacional.

R.P.: Colombia goza de una estabilidad económica y política, y esta puede significar una ventaja sobre otros países de la región. ¿Eso se ve reflejado en el sector astillero?

O.D.T.: Hoy, en el campo de reparaciones y mantenimiento, tenemos la posibilidad de atender 1.300 de los 5.000 buques que circulan por el Caribe. Si incrementáramos la capacidad de levante a 20.000 toneladas podríamos atender 3.000 de esas embarcaciones. Indiscutiblemente, la estabilidad política y económica del país juega un papel fundamental en la capacidad del sector para atraer estos buques. Por otra parte, en Suramérica la mayoría de los astilleros han surgido de las necesidades de las Armadas de sus países de garantizar la disponibilidad de sus flotas de guerra, pero ofertan su capacidad excedente para reparar y construir buques comerciales y buques de guerra de otros países. En este caso también es importante la estabilidad política y económica del país.

R.P.: ¿Cómo está Colombia en este campo, si se compara con Chile y Perú?

O.D.T.: Cuando la Armada Nacional, junto con las universidades Nacional, del Norte y Tecnológica de Bolívar crearon Cotecmar, una corporación de ciencia y tecnología, privilegió el conocimiento. Hoy en día Cotecmar cuenta con una capacidad de diseño e ingeniería que le permite generar soluciones a la medida de las necesidades del sector. Perú y Chile decidieron mejor apostar por la capacidad productiva y licenciaron diseños del exterior que luego producirían en sus astilleros. Hoy reconocen que el camino correcto fue el que tomamos nosotros.

R.P.: ¿Esa apuesta por el conocimiento permitió que el sector acelerara el paso en las últimas dos décadas?

O.D.T.: Por supuesto. Contamos con innovación organizacional y tenemos un modelo de gestión basado en el conocimiento. Nuestra línea de producción de buques es el resultado de un proyecto de investigación. Desarrollamos un producto específico para que sirva como soporte de la exploración y la explotación aguas afuera, y vamos a incursionar en la energía eólica offshore. Esas reconversiones las han hecho diversos astilleros en Europa para atender otros mercados.

R.P.: La oferta académica también ha evolucionado…

O.D.T.: Veinte años atrás solo existía un pregrado en Ingeniería Naval y para cursarlo era necesario ser Oficial Naval. La Universidad Tecnológica de Bolívar abrió recientemente ese programa. Además Cotecmar contribuyó a crear dos programas de maestría: uno en la Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla, con énfasis en el proceso de diseño, y otro en la Tecnológica de Bolívar, con énfasis en el proceso productivo. Con el crecimiento de la industria ha aumentado el interés por ellas. Muchas personas quieren trabajar en el sector. Esto ha generado igualmente el crecimiento de la cadena de suministros. Sin embargo, es necesario seguir trabajando en el desarrollo de esa cadena y en la dinamización del sistema sectorial de innovación de la industria astillera.

R.P.: ¿A qué se refiere?

O.D.T.: La industria astillera, al igual que la de construcción, es una industria de síntesis. El astillero se encarga del conformado del acero y de integrar los productos y servicios que otros sectores industriales generan. Debido a esto, esta industria es una gran generadora de encadenamientos productivos. Esta, además, es intensiva en mano de obra calificada y por la complejidad tecnológica de un buque, es igualmente impulsadora de desarrollo científico y tecnológico. Es por esto que en este concepto más amplio de clúster, que es el de sistema sectorial de innovación, tienen cabida no solo las empresas sino también las universidades, los centros de investigación y los centros de desarrollo tecnológico.

R.P.: A futuro, ¿cuál es el mayor obstáculo por vencer para continuar este positivo crecimiento?

O.D.T.: Es importante trabajar en el marco normativo para eliminar de manera definitiva la protección negativa del sector; en esto estamos trabajando de la mano del Programa de Transformación Productiva. De igual forma, para garantizar su sostenibilidad, se debe promover la diversificación del portafolio de servicios del sector astillero en otros sectores industriales y la participación en grandes proyectos nacionales de infraestructura en los cuales el gobierno nacional debería priorizar el aporte de la industria nacional, tales como la APP del río Magdalena, las esclusas del canal del Dique y todo lo asociado a la exploración y explotación offshore. Otro aspecto importante es la oferta de financiación para la construcción de buques en el país y en el exterior. Por ejemplo, en el mundo existe la hipoteca naval, que ha sido diseñada específicamente para este sector. En Colombia, aún cuando es reconocida, los bancos no la consideran en sus líneas de crédito.

R.P.: ¿Cómo se ha superado esa dificultad?

O.D.T.: De una manera innovadora nosotros hemos entrado como astilleros a financiar a los armadores comerciales, pero eso no puede seguir así. De la mano del Programa de Transformación Productiva estamos llegando a Asobancaria para que la figura de la hipoteca naval sea reconocida por los bancos.

R.P.: ¿Qué tan optimista se siente frente a los próximos 20 años?

O.D.T.: Podemos ser optimistas si logramos que haya un claro entendimiento de los beneficios que le genera esta industria al país.