CATAR
Advertencia: ¡Cuidadito con Catar!
Primero, es la selección campeona de Asia. Segundo, es difícil convertirle un gol. Tercero, en su banquillo hay sabiduría forjada en el Barcelona. Colombia no debe subestimar a este duro rival.
En el minuto 69 de la final de la Copa Asiática de Fútbol 2019 y después de seis partidos con la valla invicta Catar recibió, ¡por fin!, su primer gol. Fue el único que le anotaron en todo el torneo, lo convirtió Takumi Minamino, de la selección japonesa, y así echó a perder la que pudo haber sido una racha perfecta e histórica para un campeón de esa competencia. Además, Catar marcó 19 goles; 9 de ellos los hizo Almoez Alí, goleador del torneo.
Los números mandan un mensaje claro, el equipo catarí, uno de los dos invitados a la Copa América, junto con Japón, será un rival duro. Esta selección “tiene todo por ganar y nada qué perder”, como afirma Paulo César Cortés, director del programa Central Fox, del canal Fox Sports. Y concluye con cierto aire de advertencia: “Históricamente solemos subestimar a los rivales que no conocemos”.
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Sin embargo, sí tenemos datos ciertos sobre Catar; sabemos que el país será la sede del próximo Mundial de Fútbol en 2022, que el equipo lleva 15 años buscando y cultivando talentos desde la Aspire Academy –de la que es muy cercano el futbolista Xavi Hernández–, y que el español Félix Sánchez, su técnico, ha puesto en práctica con Catar lo que aprendió como entrenador en las categorías menores y de base del Barcelona F.C., conocida como La Masía.
Aunque Sánchez dirige esta selección desde 2017, su proceso comenzó en 2007 con el conjunto que ganó el campeonato Sub-20 en 2014. Esa es una de las ventajas del equipo, “se conoce de memoria debido a las experiencias que vivieron en las categorías juveniles”, como anota Guillermo Arango, periodista deportivo de ESPN.
Él cree que equipos como Colombia o Argentina pueden tener el camino difícil porque están en una temporada de tránsito, mientras que “Catar simplemente va a seguir creciendo y a prepararse para el Mundial”. En esto coincide con Cortés, quien cree que “en esta copa el objetivo de los cataríes es hacer el trabajo de embajador de buena voluntad para vender su Mundial y poder enseñar lo que el país tiene para mostrar”.
Y lo que pueden mostrar no es poco. Así lo sintió el periodista Eduardo Cifuentes, de Deportes RCN, quien estuvo en diciembre de 2018 en ese país por una invitación de la Fifa. “El lujo es despampanante y están preparándose con todo”, dice. Y hace especial énfasis en el proyecto del Estadio Lusail, que tendrá capacidad para 80.000 aficionados y que, como curiosidad, estará rodeado por una ciudad que aún no se ha construido, pero que podrá albergar a 270.000 personas.
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Para Cifuentes, aunque el dinero y las comodidades sobran en el país, “no había ese ambiente de Mundial. Allá no encuentras hinchas”, tendrán que construirlos, también. Cortés cree que la invitación que se le hizo a Catar para participar en la Copa América, “más allá del juego, tiene aristas políticas y comerciales. Ellos quieren mostrar que son un país sano, que crece, y donde el fútbol también puede hacer patria”.
En el aspecto puramente futbolístico, ¡no hay que confiarse! Ni Colombia, ni Argentina, ni Paraguay tendrán encuentros fáciles contra la selección que dirige Sánchez. ¿Cómo derrotarlos? “Deberíamos aprovechar el juego aéreo, ese es uno de los puntos débiles de los cataríes”, asegura Guillermo Arango.
De los tres expertos consultados por SEMANA, Arango es el único que afirma que si Catar mantiene ese nivel que mostró en la Copa de Asia podría pasar la fase de grupos. Para Paulo César Cortés el seleccionado catarí ve en este torneo “una gran oportunidad para mostrar qué tiene”. Y, como complementa Cifuentes, “sus partidos en la Copa América les dará pistas sobré cuál es el nivel real de su selección”.
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Catar es el equipo campeón de Asia. Ese onceno, que tendrá que defender a su país con fiereza, ha llegado a América para demostrar que su millonaria nación también tiene un fútbol valioso. Tomemos nota; cuidado con el triunfalismo.