De acuerdo con María del Pilar Rubio, James es un li´der por naturaleza y lo que ma´s anhela es vestir cada vez la camiseta de nuestra seleccio´n. | Foto: AFP

JAMES RODRÍGUEZ

“Quiero que James levante un título con el equipo que más ama, la selección”

Lo dice su madre en este texto especial para SEMANA. Aquí recuerda el camino recorrido por el 10 colombiano y celebra que vuelva a jugar en Brasil, el país donde se fútbol brilla más.

María del Pilar Rubio*
6 de junio de 2016

No pretendo ser una periodista deportiva o una analista de fútbol cuando escribo sobre el 10 de la Selección Colombia. De eso se encargarán los profesionales del oficio, yo solo puedo hacerlo como lo que soy, la madre de James Rodríguez.

Sí, lo conozco muy bien. Desde pequeño fue muy maduro. Sabía qué quería. Y esa madurez la demostrará en su regreso a Brasil, el país donde el mundo lo descubrió. Su paso por Europa lo ha convertido en un gran ser humano y en un mejor futbolista. Ustedes lo han visto en la cancha. ¿Qué puedo añadir yo? Rinde por izquierda, rinde por derecha, domina la mitad del campo. Y ha adquirido responsabilidades en la marca. James ha crecido mucho; ha aprendido de todos estos años viviendo lejos de nuestro país. Ha tenido que acoplarse a variados sistemas tácticos y cada día enfrenta la experiencia de conocer nuevas culturas, nuevos hábitos, de consolidar una carrera tan apasionante y fugaz como la que eligió, la de futbolista.

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James vuelve a un territorio que conoce y en Colombia hay una gran expectativa. Quizá muchos no lo sepan, pero antes de jugar su primer Mundial con la selección de mayores en 2014, me decía que la gente se acordaría de él después de ese torneo. Lo consiguió. En nuestra memoria quedará cada gol que anotó –no solo el que marcó contra Uruguay–, cada baile que improvisó y cada lágrima que dejó escapar. Su nivel fue increíble.

Él es un líder por naturaleza y lo que más anhela es vestir cada vez la camiseta de nuestra selección. Ama su país. Siempre quiere llevarlo a la victoria, conducirlo a la final, puedo dar fe. Por eso entrena con profesionalismo. Se exige al máximo. Antes de la copa del mundo de hace cinco años practicó como nadie, se preparaba con sus propias máquinas, hacías sus terapias y sesiones de masajes. Estuvo muy concentrado, como siempre. Por eso hizo la diferencia en el campeonato.

¿Ustedes no creen que merecimos más en Brasil 2014? No hago la pregunta como la madre del 10, lo pregunto como una aficionada del fútbol, un deporte que conozco y disfruto. Lo respondo yo. Sí, merecíamos más. Pero la historia está escrita y dirá que aunque fuimos eliminados en los cuartos de final, ese equipo fue el símbolo de un país ganador.

Luego vino el llamado del mejor equipo del mundo, el Real Madrid; James siempre quiso estar ahí, jugar en el Bernabéu, llevar el uniforme merengue, desde muy niño lo soñó. Y él ha conseguido que sus sueños se concreten. Su paso por el Madrid fue inolvidable, muy especial para su vida, y para las nuestras también. Cuando lo veía jugar en ese estadio de Chamartín recordaba momentos pasados. Muchos de aquellos instantes en los que de pequeño él me contaba sobre los clubes donde quería estar, los goles que soñaba anotar, antes de irse a los entrenamientos. Y ahí estaba yo, dándole la bendición, prometiéndole que lo apoyaría siempre. Y luego él se iba a sus prácticas.

Cada logro, cada paso que da, me llena de orgullo; me conmueve. La gente solo sabe una parte de la historia, lo que ve en el campo, en las noticias, los rumores que se publican, pero detrás de toda esa información hay un jugador que se esfuerza cada día. Eso es el fútbol, una lucha diaria. El público que llena las tribunas y los comentaristas de este deporte suelen tener una memoria corta. Si mañana gana y mete tres goles, todos hablarán del buen momento de James. Si cuatro días más tarde no juega, o no anota, o tiene un mal partido, se olvidarán de lo que consiguió antes. Olvidan cuánto le ha costado. A mí, como su madre y como su hincha, cada uno de sus triunfos, cada una de sus apuestas, me llenan de alegría. Conozco muy bien el sacrificio que hay detrás de cada pase y cada zancadilla. Y sé de su gran fortaleza mental, ella le ha permitido jugar en los equipos más grandes del mundo. Y admiro su voluntad para escapar de la zona de confort.

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¿Qué le digo? Lo que la mayoría de las mamás solemos decirles a nuestros hijos, que llegar a la cima es lo más fácil, pero que lo difícil es mantenerse ahí. Él ya llegó; y ha sabido permanecer en ese difícil lugar. Pasan los años y sigue en el fútbol europeo con gran dedicación.

Pero sé que su mayor anhelo es ser campeón de la Copa América con la Selección Colombia y estar en Catar 2022. James está muy optimista, tiene mucha fe en este equipo. Sería bonito que ganáramos este torneo y si en 2019 no lo conseguimos, ¡pues en 2020 sí! Debemos aprovechar la oportunidad de tener dos copas seguidas. Quiero que James levante un título con el equipo que más ama, la selección; quiero que triunfe porque desde muy niño se ha entrenado para estar entre los mejores del mundo, quiero que gane por todos nosotros, por un país que lo necesita; quiero que gane porque se lo merece. Quiero que gane, por supuesto, por que es mi hijo.

*Mamá de James Rodríguez.