SALUD
Zipaquirá tendrá el segundo hospital más grande y dotado de Cundinamarca
Se espera que abra sus puertas a finales de 2018. En sus instalaciones, que beneficiarán a 45 municipios cercanos, se atenderán urgencias, consulta externa y especializada, fisioterapias, entre otras prioridades.
Fabiola Sánchez caminaba tranquila por su lote de Zipaquirá, pero tuvo un accidente, se resbaló y sufrió un esguince de tobillo. Ella, que tiene 71 años, creyó que su lesión no sería grave. “Pensé que sería una luxación sin complicaciones, así que decidí ponerme una venda y esperar la mejoría, sin ir al médico. Pero el dolor y la inflamación no bajaban”, explica. Diez días después de su torcerdura Fabiola fue al servicio de urgencias del pueblo y le dijeron que, además del esguince –que no se cura precisamente con una venda–, tenía celulitis, una infección bacteriana que requiere de antibióticos y cuidados más serios que los remedios caseros que cada vecino le recomendó.
Lo más difícil fue el reposo: “Yo no me puedo quedar quieta; me la paso arreglando mis maticas, de un lado al otro de la casa. Pero me tocó dejar el pie en alto más de un mes. Y cuando ya me pude parar, me dolía mucho la pierna”, dice, tras señalar el bastón que aún debe usar. Entonces le mandaron sesiones de fisioterapia, que solo se las pueden hacer en el Hospital Universitario de La Samaritana, en la capital del país. “No tenemos carro, entonces me toca coger una buseta hasta el centro de Zipaquirá, luego una flota hasta Bogotá, y en el portal del norte, un TransMilenio hasta Hospitales, y ahí caminar como tres cuadras. Imagínese: además de la plata, esa viajadera cada semana es muy jarta”, concluye Fabiola.
El problema que ella y muchos habitantes de la región enfrentan es que, hasta ahora, no pueden acceder a muchas especialidades sin pasar por Bogotá. “El hospital que tiene actualmente el municipio es de primer nivel, pero apenas ofrece algunos servicios de segundo, es muy básico”, admite la ingeniera Nancy Valbuena, gerente del Instituto de Infraestructura y Concesiones de Cundinamarca (Iccu). “Pero eso va a cambiar con el nuevo Hospital de Zipaquirá, que es uno de los proyectos de infraestructura más importantes, en el sector salud, en Cundinamarca. Estamos construyéndolo y contará con la tecnología que solo tienen las mejores clínicas y hospitales de Bogotá”, sostiene.
Con 15.800 metros cuadrados construidos, el hospital tendrá 100 habitaciones, 144 camas y 23 consultorios especializados para consulta externa. La noticia les cae muy bien a pacientes como Fabiola, pues la obra contará con un área especial de fisioterapia, que incluye una piscina para hidroterapia, junto con servicios de radiología, gastroenterología, cardiología, oncología y fonoaudiología, que hasta ahora se encuentran únicamente en la capital del departamento.
“La infraestructura se construye de acuerdo con la población que se debe atender y esto obedece a unos estudios socioeconómicos de demanda previos, que dan los indicadores de un plan médico arquitectónico que define las áreas según los servicios. El cuarto nivel es la más alta complejidad de un hospital, y eso es lo que se está finalizando en Zipaquirá”, explica la gerente del Iccu.
La construcción de este hospital ha tenido varias etapas. Como recuerda Valbuena, primero se proyectó empezar en 2010 con un contrato de obra pública del departamento y un costo aproximado de 23.000 millones de pesos. En la segunda etapa el municipio de Zipaquirá hizo una inversión de 12.822 millones de pesos. La tercera incluía el urbanismo, el cerramiento y todas las obras exteriores de la construcción; para conseguirlo se hicieron aportes por 5.834 millones de pesos. Hoy, el hospital se encuentra en la cuarta etapa, en la finalización, con una inversión de 27.583 millones de pesos, que incluye recursos de la Nación, a través del Ministerio de Salud. Es decir, se han aportado más de 70.000 millones de pesos para que este espacio sea una realidad.
Además de la atención para diferentes especialidades, el hospital tendrá dos triages, cinco consultorios y 26 camas en urgencias, además de una unidad de cuidados intensivos (UCI). También habrá laboratorios de patología y clínico, banco de sangre, cinco salas de cirugía y tres de ginecobstetricia. La ventilación mecánica está adecuada para cada servicio y todo se construyó de acuerdo con la normativa del Ministerio de Salud, con equipos especializados para las redes y manejo de gases medicinales.
Antes de terminar 2018 se espera abrir las puertas de un hospital imponente, que beneficiará a por lo menos 45 municipios de las provincias de Ubaté, Guavio, Sabana Centro, Rionegro y Almeidas, incluyendo a Gachetá, Ubalá, Gachalá, Junín, Guasca, Nemocón, Chía, Cajicá, Cogua, Pacho, Yacopí y, por supuesto, Zipaquirá, todos de la red norte de Cundinamarca. “Eso es un noticionón”, dice Fabiola Sánchez con una sonrisa: “Es que para uno ir a Bogotá ya no es ningún paseo, aquí se vive tan bueno que lo único que nos faltaba era el hospital”. Y lo tendrán. Falta muy poco.
*Periodista.