EL CAMPO
El páramo más grande del planeta está en Cundinamarca
Colombia cuenta con el 50 por ciento de estos ecosistemas a nivel mundial. El 13 por ciento de ellos le pertenecen a este departamento.
Si para los conquistadores españoles la principal riqueza de la región andina de Colombia era el oro, para los muiscas el tesoro más preciado y valorado era el agua. Al fin y al cabo brotaba caudalosa y cristalina desde los páramos mejor conservados del altiplano cundiboyacense, la región del país con la mayor cantidad de estos ecosistemas.
Esa concepción ancestral sobre la importancia del recurso hídrico no dista mucho de la actual. Cundinamarca tiene el páramo de Sumapaz, considerado el más grande del mundo. Los habitantes lo llaman ‘fuente de vida’ y los muiscas de antaño lo reconocían como hábitat de los dioses y origen del ser humano.
Por su valor natural e histórico el gobierno departamental está comprometido con el cuidado y la conservación de sus cuatro complejos de páramos: Sumapaz, Chingaza, Rabanal-Río Bogotá y Guerrero. Por eso ya se expidió el documento Conpes 3886, que marca los lineamientos del programa de pago por servicios ambientales. Dicho programa beneficiará a más de 550 familias campesinas que cuidarán cerca de 10.000 hectáreas de páramos en los próximos cuatro años, con una inversión aproximada de 20.000 millones de pesos.
Otra de las iniciativas es el programa ‘Gobernación a la Finca’. La idea es impulsar los procesos de reconversión y sustitución de actividades agropecuarias en áreas en las que existe un conflicto en el uso del suelo, como las zonas aledañas a los páramos de Sumapaz y el Guerrero.
Esta reserva natural es tan valiosa para el departamento y para el mundo, que en el mes de julio de 2017 se llevó a cabo el Congreso Internacional de Páramos y Ecosistemas de Montaña. El gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, inauguró el certamen con estas palabras: “Los páramos suministran el 70 por ciento del agua que llega a las grandes ciudades de los Andes. Su vegetación y sus suelos son grandes retenedores de dióxido de carbono, cuya eficiencia puede ser diez veces mayor a la de la cobertura de bosque tropical; y la diversidad de especies de fauna y flora que allí existen revelan el valor estratégico para todo el territorio”. Colombia, además, tiene el 50 por ciento de los páramos del mundo. Cuidarlos no es solo una labor del gobierno departamental, nos involucra a todos.