La expansión de Cargill en Colombia

Hace 150 años, con el fin de proporcionar productos y servicios agrícolas, alimenticios, financieros e industriales al mundo, nació en Estados Unidos Cargill, una multinacional que hoy tiene presencia en 70 naciones. En 1968 aterrizó en Colombia, país donde genera 8.000 empleos directos y tiene tres líneas de negocio.

Granos y aceite de palma

El negocio de granos empezó en la década de los noventa. Al principio, consistía en la comercialización de maíz y torta de soya, pero más tarde se añadió el trigo y el aceite de soya. Este negocio consiste en importar commodities agrícolas –como el maíz– desde países con excesos de producción y conectarlos con naciones deficitarias, es decir, que requieren más cantidades de las que generan.

En Colombia, por ejemplo, la producción de frijol de soya y maíz no alcanza a cubrir los requerimientos. Por eso, Cargill importa actualmente alrededor de 2 millones de toneladas de granos para las industrias locales de alimentos balanceados, trigos y aceites.

En el negocio de aceite de palma, a diferencia del de granos, Colombia es excedentario (produce mayores cantidades de las que requiere). Por eso, en 2017 Cargill comenzó a comprar palma local directamente a las extractoras para llevarla a sus plantas de refinación en Europa, Brasil y México.

La promesa de la multinacional va más allá de la comercialización. También promueve que la siembra de esta, el transporte, las prácticas hacia la mano de obra, entre otros, sigan las normativas globales de la Agenda de Sostenibilidad.

De acuerdo con Eduardo Eraso, gerente comercial regional para Colombia y Centroamérica de Cargill, nuestro país es una ficha clave en el negocio de palma: “Creemos que en los próximos años el crecimiento de la producción, la calidad del producto, y la cadena de suministro, serán lo suficientemente eficientes y atractivos para ampliar nuestra presencia en el mercado internacional. Nosotros podemos conectar toda esa eficiencia que tiene el país para posicionar el producto”.

Proteína blanca

Hace tres años, la multinacional incursionó en el área de proteína blanca (pollo). Sucedió a través de la compra de Pollos Bucanero, en 2017, y de Campollo, en 2018. Gracias a estas adquisiciones, Cargill se convirtió en el segundo jugador más importante en términos de volumen de esta industria, pues posee el 15 por ciento del mercado de pollo del país.

Entre las ventajas del negocio está su ubicación estratégica: tiene plantas en el Valle del Cauca, Santander y Cartagena. Esto le permite poder abastecer al mercado colombiano de pollo en su totalidad. Este negocio, que en el último año tuvo una facturación cercana a los 400 millones de dólares, está concentrando una buena parte de la inversión de 500 millones de dólares -anunciada por Cargill para Colombia en cinco años- para ampliar la capacidad instalada de sus plantas y su cadena de suministros por todo el país.

Para la multinacional, Colombia tiene la oportunidad de exportar al mundo por sus costos competitivos y su ubicación geográfica. De acuerdo con Javier Brenes, director ejecutivo del negocio de Proteína en Colombia, “la industria colombiana de pollo hoy es muy fragmentada y con pocos jugadores globales. En Cargill aspiramos colaborar con Fenavi para el beneficio de la industria y de nuestros consumidores”.

Nutrición animal

En 2011, Cargill adquirió Provimi, líder mundial en premezclas y servicios de nutrición animal. Este negocio llegó a Colombia con el fin de soportar la producción de proteína de los clientes (productores de carne de pollo, cerdo, huevos, leche), trayendo al país la más alta tecnología.

De acuerdo con Leonardo Cancino, gerente general de Provimi, Cargill se enfoca, a través de sus dos Centros de Investigación e Innovación en Nutrición Animal –ubicados en Estados Unidos y Holanda– y de sus 16 centros de aplicación de tecnología –en América, Asia y Europa–, en desarrollar tecnología de nutrición animal de vanguardia. Además, brinda servicios técnicos de acompañamiento en la producción como asesoría en la fabricación de alimentos balanceados, manejo de ambientes en granjas, salud animal, entre otros.

Cada año, alrededor de 2.000 millones de personas consumen proteína animal que ha sido producida con alimentos balanceados para animales de las fábricas de la multinacional o con su tecnología. Hoy son más de 20.000 empleados a nivel mundial en este negocio, distribuidos en más de 45 países.

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