SOSTENIBILIDAD

Colanta, la universidad de la leche

Esta cooperativa estimula a los campesinos a quedarse en sus tierras mientras producen leche de alta calidad para todos los colombianos.

26 de abril de 2020
Colante genera 255.360 empleos directos e indirectos en el proceso de producción, transformación y comercialización de la leche y sus derivados. | Foto: Cortesía Colanta

El 24 de junio de 1964 un grupo de campesinos ganaderos de Donmatías, municipio ubicado al norte de Antioquia, decidieron unirse y formar una cooperativa de trabajo que les permitiera comercializar mejor la leche de sus vacas. A esa organización la llamaron Colanta. Hoy, Colanta es el caso de éxito más representativo del país que implementa el modelo de economía solidaria para la transformación y venta de productos agroindustriales.

Con 3.622 asociados, la mayoría de ellos pequeños productores, Colanta es la cooperativa agroindustrial más importante del país. Esta produce y vende el 26 por ciento de la leche formal que se consume en Colombia. “Nuestro objetivo es consolidar un modelo cooperativo fuerte a nivel nacional. La economía solidaria es la mejor opción para la asociatividad de productores campesinos y la mejor alternativa para los consumidores del sector agropecuario”, asegura Sergio González Villa, gerente general de Colanta.

Dos de las principales preocupaciones del sector agrícola son cómo comercializar sus productos y cómo venderlos a un precio justo. Según González, la cooperativa Colanta garantiza a sus productores asociados la compra del ciento por ciento de su producción de leche, compra que se hace a un precio justo y competitivo.

Los asociados de la cooperativa, que a la vez son los dueños de la empresa, son quienes se encargan de la producción, y su empresa -Colanta- se encarga de comprarles la leche, transformarla y de comercializar los productos en el mercado nacional e internacional. Además de vender en Colombia, Colanta ha exportado a 17 países entre ellos Canadá, Ecuador, Perú, Venezuela, Marruecos, España y Camerún, y actualmente tiene un comercio activo con Estados Unidos y Rusia.

El modelo cooperativo que desarrolla Colanta tiene cuatro objetivos principales: dignificar el sector rural, haciendo que la compra y venta de la leche de sus productores sea justa; lograr que los agricultores no abandonen el campo; generar empleo campesino e implementar tecnología y procesos productivos especializados, para que los productos sean de alta calidad e inocuos para el consumo humano. El enfoque está puesto en que los asociados, sean pequeños, grandes o medianos productores, encuentren estabilidad y rentabilidad en la producción de la leche.

Aprender de la leche

Una bolsa de leche puede durar más de siete días dentro de la nevera, luego de ser abierta. Lograr que las fechas de vencimiento sean las más amplias del mercado, han hecho de Colanta una cooperativa líder. Sin embargo, tras las fechas de vencimiento, hay procesos de tecnología y transferencia de conocimiento que la cooperativa hace con los productores, para que la calidad de sus productos sea su principal valor diferencial.

“Somos y emulamos el concepto de universidad de la leche porque un campesino que se une a la cooperativa se vuelve un experto ganadero a través de la tecnología y el aprendizaje que le brindamos”, explica González.

Cada asociado de la cooperativa tiene la oportunidad de producir una leche de altos estándares de calidad, equivalente a los estándares internacionales. Para cumplir este objetivo, Colanta presta asistencia técnica a sus productores en implementación de tecnología de cuidado y ordeño del ganado, cultivo de pastos más productivos y el mejoramiento de la genética y la reproducción. Además les ofrece la red de Agrocolanta: almacenes agropecuarios ubicados en las regiones lecheras donde el productor encuentra los insumos necesarios para el cuidado del ganado y sus fincas. Así mismo, allí dispone una guía para la adecuación e instalación de tanques de enfriamiento de la leche, para mantenerla en óptimas condiciones desde el ordeño hasta que llega a la planta de pasteurización y transformación.

La tecnificación de los procesos productivos permiten que la leche se obtenga, en muchos casos, en salas de ordeño automáticas y que durante su producción y almacenamiento se garantice la inocuidad del producto. Al llegar a la planta de pasteurización es revisado en el laboratorio antes de ingresar al proceso de transformación.

Las plantas son otras fortalezas de la cooperativa. Actualmente, Colanta cuenta con 16 plantas de acopio y transformación y construye la planta de pulverización de leche y suero más grande y moderna del país y una de las más grande de América Latina, con esta aumenta su posicionamiento en el mercado de la región.

Mantener el campo vivo

Las vacas que producen la leche para Colanta viven libres en pastoreo, por ello el cuidado de los pastos y las estrategias de mejoramiento ambiental de la empresa son prioridad para garantizar la protección de los ecosistemas. Algunas de las prácticas que se recomiendan a los ganaderos son conservar los bosques nativos, plantar árboles para incrementar la captura de carbono, preservar los nacimientos de agua, promover el uso responsable de agroquímicos para evitar la contaminación y reforestar zonas de alta pendiente.

La cooperativa Colanta es una empresa del sector solidario que procura garantizar la estabilidad económica de sus asociados, pues no solo compra toda su producción, sino que se encarga de transformarla y comercializarla en forma de productos que cumplen con altos estándares de calidad.

Para González, el logro que trae el éxito del modelo cooperativo de Colanta es que las personas no abandonen el campo, sino que permanezcan trabajando sus tierras porque así pueden vivir de manera rentable y mejorar la calidad de vida de sus familias. Así la cooperativa está comprometida con la permanencia y la creación de empleo rural.

La empresa genera 255.360 empleos directos e indirectos en el proceso de servicios, producción, transformación y comercialización de la leche y sus derivados. Sus empleados son, además, asociados a la cooperativa y bajo el modelo solidario, dueños de la empresa.

Esta cooperativa agroindustrial puede llegar a tener la segunda asamblea más grande del país. Su reunión anual es en Plaza Mayor, en Medellín, donde se encuentran los productores asociados y empleados de la misma. Para muchos de sus productores medianos y pequeños salir de sus fincas una vez al año para asistir a la asamblea es su mayor satisfacción y les genera un gran sentido de pertenencia a la cooperativa.

La permanencia en el campo, la generación del empleo rural y la dignificación de la calidad de vida del campesino, hacen que el modelo cooperativo de los ganaderos y productores de leche de Colanta sea un caso de éxito para la agroindustria a nivel nacional.

Hoy más que nunca la cooperativa puede asegurar que, en unión con las demás empresas del sector agropecuario, puede garantizarles a los colombianos su seguridad alimentaria.

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