Especial de salud
A estrechar lazos
Según estudios científicos, las relaciones personales sanas contribuyen a gozar de una buena salud y mejorar la sensación de bienestar.
Robert A. Emmons, profesor de psicología de la Universidad de California –uno de los grandes pensadores de la psicología de la gratitud–, y Robin Stern, directora asociada del Centro de Inteligencia Emocional de la Universidad de Yale, concluyeron en sus investigaciones que la gente agradecida “puede llevar mejor el estrés diario, muestra mayor resiliencia frente a un trauma, se recupera mejor de las enfermedades y goza de una salud física más robusta”. Los ensayos clínicos indican, según los expertos, que la gratitud puede producir efectos positivos prolongados en la vida de las personas, bajar la presión arterial, mejorar la función inmune y reducir el riesgo de depresión, ansiedad y abuso de sustancias.
La gratitud se entiende como la emoción que hace a los seres humanos conscientes de cosas grandes o pequeñas que los demás han hecho por ellos. Este reconocimiento también les permite establecer mejores relaciones con los demás y salir de una visión centrada en sí mismos, para ampliarla y compartirla con el mundo exterior.
Y precisamente sobre las relaciones interpersonales también se construyen la salud y el bienestar. Estudios citados por el médico e investigador Rudi Westendorp, en su libro Cumplir años sin hacerse viejo, revelan que los ancianos que suelen recibir visitas y hacer contactos con amigos o familiares tienen una mejor calidad de vida, se sienten más vitales y con una mayor satisfacción.
De acuerdo con Harvard Health Publications, los científicos que están estudiando los factores biológicos y comportamentales que benefician la salud al establecer relaciones con los demás han encontrado que ellas reducen los niveles del estrés nocivo, el cual puede afectar negativamente las arterias coronarias, la función intestinal, la regulación de insulina y el sistema inmunológico.
El psiquiatra José A. Posada, por su parte, explica que las relaciones sanas son un gran protector para gozar de buena salud mental y que implican desde establecer amistades hasta estar en capacidad de manejar la soledad.
Las buenas relaciones están catalogadas como uno de los factores que generan felicidad y, de acuerdo con las investigaciones, la gente feliz puede vivir más años y tener mejor salud, mientras que los pesimistas se enferman con mayor frecuencia.
La psicología positiva ha encontrado herramientas que les permiten a los seres humanos generar emociones positivas, las que, a su vez, facilitan establecer mejores relaciones y encontrarle un sentido a la vida. Algunas de estas herramientas son ser agradecido, estar enfocado en el presente, encontrar un propósito y descubrir sus propias fortalezas y virtudes dentro de las que se destacan, por ejemplo, el coraje, la curiosidad, la creatividad, la prudencia, la esperanza y la compasión.