Economía

Una Gran Tierra para Colombia

Así es como una empresa canadiense, que produjo 30.000 barriles diarios de petróleo en el primer trimestre de 2017, termina interesándose por la pimienta y el cacao del Putumayo.

2 de julio de 2017

A primera vista, la petrolera Gran Tierra impresiona con su crecimiento, su sostenibilidad y ambiciosas metas. Con una inversión de casi mil millones de dólares en Colombia durante los últimos diez años y un crecimiento permanente pese a la crisis que el sector petrolero afronta desde 2014. Pero tanto su presidente, Adrián Coral Pantoja, como su gerente social, Ana María Saavedra, se permiten un asomo de orgullo cuando hablan del verdadero impacto: la inversión social y el compromiso por reducir al máximo su huella ambiental.

Guiada por su Plan de Gestión Ambiental, Gran Tierra trabaja por estandarizar las actividades en las cuatro regiones del país donde tiene presencia con el fin de garantizar operaciones limpias. Desde la responsabilidad social, reconoce las diferencias culturales de las regiones a la hora de relacionarse con las comunidades, basada siempre en tres principios: honestidad, total transparencia y comunicación cercana con la gente de los territorios.

Creciendo

Con una experiencia de más de 10 años produciendo petróleo en el Putumayo, esta empresa que cuenta con varios accionistas canadienses ha demostrado su consistencia. El año pasado, Gran Tierra adquirió dos compañías y presentó dos ofertas exitosas por activos de Ecopetrol, posicionándose como uno de los mayores productores de crudo en el Putumayo y ampliando su influencia al valle medio del Magdalena.

Dedicada a la reforestación

En una alianza estratégica con la ONG internacional Conservation International, Gran Tierra está invirtiendo 10 millones de dólares en la reforestación del Putumayo. El programa se llama NaturAmazonas y ha recibido el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente, el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (SINCHI), el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt, Parques Nacionales Naturales de Colombia y Corpoamazonia.

Aproximadamente 1.000 hectáreas serán reforestadas en los próximos dos años y 18.000 hectáreas de bosque adyacentes a las áreas de recuperación serán aseguradas y mantenidas.

Todo empezó con la creación del proyecto Centro Agroforestal de Gran Tierra hace diez años, y hasta la fecha 636 hectáreas ya han sido reforestadas, centrándose en la recuperación de árboles de especies nativas en riesgo de desaparecer. Con el propósito de garantizar la sostenibilidad del proyecto, los habitantes de la región, especialmente del municipio de Villagarzón, están vinculados a las tareas de siembra y conservación del bosque. 

Además, desde el 28 de junio la oficina de NaturAmazonas ha estado a disposición de la comunidad en la sede de Corpoamazonía en Mocoa, donde ya se han sembrado más de 28.000 árboles, que sumados a los de Villagarzón y Orito, completan más de 150.000.

Un amigo de la comunidad

Gracias al programa de relacionamiento, la compañía está abriendo oficinas en las cabeceras municipales de las zonas donde tiene operaciones. En ellas se publica toda la información de la empresa y se llevan a cabo actividades con la comunidad como las Jornadas de Hidrocarburos: talleres con los maestros de colegios e ingenieros de la compañía quienes responden a preguntas sobre temas como perforación, extracción, sísmica y geología. Así mismo, se ofrecen talleres de Formación Empresarial y Sensibilización Ambiental.

Por otra parte, y con el ánimo de sumarse a la construcción de paz en el posconflicto, Gran Tierra ha rediseñado sus programas de inversión social para enfocarse en los proyectos productivos de la comunidad, aportar desarrollo en infraestructura y apoyar iniciativas culturales. 

Durante el 2016 contribuyó con 2,8 millones de dólares a través de estas iniciativas, entre las que vale la pena resaltar el respaldo a la producción en el Putumayo de cacao, pimienta y cultivos amazónicos como sacha inchi. “Estamos apoyando fuertemente a la vocación agraria de la región para contribuir a la erradicación de cultivos ilícitos”, sostiene Ana María.

Finalmente, en el Magdalena Medio la inversión está focalizada en empoderamiento comunitario por medio de talleres de liderazgo, gestión de proyectos y emprendimiento que le permitan a los jóvenes de la región ser sostenibles. Ya más de 900 se han graduado de estos programas.