Historia y política
Colombia y Canadá miran hacia el mismo lado
La política, el comercio y la inversión son aspectos que muestran cómo Colombia y Canadá miran hacia el mismo horizonte.
Dada la profundidad y la amplitud de conexiones políticas, empresariales y sociales, parece que el vínculo de Canadá con América Latina durará muchos años. Estos vínculos son el resultado de esfuerzos concretos hechos por ambas partes únicamente en las últimas décadas.
Aunque existen ejemplos aislados pero significativos de inversiones de Canadá en varios países, la era de su compromiso político y empresarial en la región empezó a finales de los años sesenta y setenta con el primer ministro Pierre Elliot Trudeau, el padre del actual primer ministro, Justin Trudeau. Con el fin de diversificar el comercio de Canadá, el cual dependía enormemente de Estados Unidos, Pierre Elliot Trudeau promovió el comercio con América Latina.
Aunque los verdaderos vínculos económicos no se desarrollaron sino hasta tres décadas después, Canadá construyó una base para todas las relaciones regionales que se apoyaban en algo fundamental: una historia de trabajo en equipo por los derechos humanos y los valores democráticos.
Durante los años complicados de los regímenes militares en gran parte del continente, la sociedad civil de América Latina y sus futuros líderes democráticos colaboraron con los gobiernos de Canadá –los liberales y los conservadores– y las ONG para asistir a víctimas dentro y fuera de la región. Trabajaron juntos creando oportunidades para discutir abiertamente y asistir con la transición hacia la democracia.
La entrada de Canadá a la OEA en 1990 fue un reconocimiento tácito a que la región es crítica para su visión y su lugar en el mundo. Colaborando de cerca con el secretario general César Gaviria, Canadá tuvo un rol de líder al establecer y apoyar los esfuerzos de esta organización para promover la democracia a través de las Misiones de Observación Electoral. Dirigió esfuerzos diplomáticos para resolver varias situaciones de alto conflicto en la región como un partidario firme, financiera y diplomáticamente, del sistema interamericano de derechos humanos. Por esto, es fácil entender por qué Canadá ha apoyado firmemente el proceso de paz en Colombia.
La simetría en valores fundamentales se ha extendido a temas económicos. La visión del país norteamericano sobre el libre comercio y los mercados abiertos se alinea perfectamente con Colombia y sus socios en la Alianza del Pacífico. No es coincidencia que algunos de los primeros tratados de libre comercio firmados por los países de esta alianza fueron con Canadá. Tampoco lo es que el gobierno canadiense fuera el primer país observador de la Alianza del Pacífico y el primero en firmar una Declaración Conjunta para incrementar su posición más allá de solo observar.
La inversión de Canadá en Colombia es importante y significativa en recursos naturales, también está diversificada. Las compañías canadienses y los planes de pensión están activos en todos los aspectos de infraestructura, servicios, finanzas y otros sectores. Es una señal de confianza en la economía y el futuro político de Colombia ya que los planes públicos de pensiones de Canadá, que son particularmente prudentes en el manejo de los dineros de retiro de los empleados, incluyen bienes colombianos en sus portafolios.
El entusiasmo de Canadá por Colombia es muy alto. Creemos que los dos países tienen una oportunidad única para fortalecer sus vínculos. Nuestras prioridades políticas, económicas y sociales están alineadas como nunca antes.
*Presidente del Consejo de Canadá para las Américas.