Economía y desarrollo
Bogotá le inyecta energía a Perú
El Grupo Energía de Bogotá (GEB) se ha convertido en un actor estratégico en el vecino país. Es líder tanto en la distribución de gas como de energía eléctrica, con activos cercanos a los 2.500 millones de dólares.
En una de las visitas realizadas a finales del año pasado a un comedor popular en la ciudad de Pisco, para inaugurar una nueva conexión gratuita de gas natural, el presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, destacó la masificación de este combustible que llega a las zonas más apartadas y pobres de esta nación, lo que ha permitido ahorrar recursos a las familias de menores ingresos. “Queremos que el gas llegue a todo el Perú”, dijo, con gran entusiasmo, el mandatario.
Pero lo que muchos no saben es que el gran aliado de esa apuesta estratégica del presidente Kuczynski es un conglomerado colombiano: el Grupo Energía de Bogotá (GEB). De hecho, dos de las empresas que lo conforman (Contugas y Cálidda) son las responsables del suministro del 71 por ciento del gas en el Perú.
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Hace más de una década, el Grupo de Energía de Bogotá decidió expandirse y el primer puerto de llegada fue el país inca. Su paso inicial lo dio en 2002, en el sector energético, en sociedad con Interconexión Eléctrica S.A. (ISA). Hoy los dos colosos de la energía colombiana se encargan del 66 por ciento de la transmisión de energía eléctrica en ese país, a través de la empresa Red de Energía del Perú (REP) y del consorcio Transmantaro.
Siete años más tarde el GEB dio un segundo paso en el Perú al incursionar en el negocio de gas natural. A través de la EEB y de Transportadora de Gas Internacional (TGI) –otra de las empresas del grupo–, decidió participar en el concurso público internacional de distribución de gas natural en el departamento de Ica, creando así Contugas. Su operación comercial comenzó en 2014, con la puesta en marcha del gasoducto regional de Ica. El crecimiento ha sido vertiginoso en estos tres años: en 2017 llegará a las 50.000 conexiones residenciales, que era la meta propuesta para 2020. Es decir, en este corto periodo alcanzó una cobertura del 43 por ciento.
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La tercera movida del GEB en el Perú fue hacerse con el control de Cálidda, empresa que distribuye el gas en Lima y Callao. El año pasado, se llegó a cerca de 440.000 conexiones de hogares, más de 500 industrias y 230.000 automóviles convertidos a gas natural vehicular en la capital peruana, con una penetración del 12 por ciento en este último sector. “Hoy somos los mayores inversionistas en energía eléctrica y gas natural en el Perú y queremos seguir siendo líderes. Por eso nos fijamos una hoja de ruta muy importante para los próximos diez años”, dice Astrid Álvarez, presidenta del Grupo de Energía de Bogotá.
En efecto, el GEB es uno de los principales inversionistas en este país con activos cercanos a 2.500 millones de dólares en estos dos sectores de manera directa y a través de aliados estratégicos como ISA.
Una revolución social
Pero el Grupo Energía de Bogotá no solo se está tomando las redes de energía del país de los incas sino también el corazón de los peruanos. “Nos enorgullece que desde Colombia estemos apoyando la masificación del gas natural liderada por el presidente Kuczynski”, afirma Álvarez. Y añade: “El acceso al gas se ha convertido en una verdadera revolución social en el Perú, pues representa un ahorro de cerca del 70 por ciento para los hogares y de entre 30 y 40 por ciento para las industrias”.
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La mejora en las condiciones de vida de los peruanos, especialmente de los de menores ingresos, se puede observar en los comedores populares, que son atendidos por madres voluntarias que brindan una alimentación balanceada a niños y jóvenes de zonas vulnerables.
Contugas participa con el programa Nutri-Contugas que otorga la conexión gratuita de gas natural a los comedores. Una vez hecha esta conexión sin costo, estos solo pagarán el consumo de este combustible que resulta más limpio, seguro y económico.
“La masificación del gas natural ha tenido un impacto favorable porque ha mejorado la calidad de vida y ha logrado ahorros significativos para los bolsillos de los usuarios”, dice Jorge Olazábal, gerente general de Cálidda, quien destaca también el beneficio para el medioambiente pues a lo largo de sus 13 años de existencia se ha evitado la emisión de más de 50 millones de toneladas de CO2, que equivale a lo que produce Ecuador en un año.
De los beneficios económicos que han recibido con este servicio da fe Martha Chumpitaz, una de las madres que maneja un comedor comunitario y quien señala que antes, con gas de cilindro, gastaba 130 soles por cilindro de gas y ahora destina menos de la mitad para el mismo fin.
La apuesta del GEB en esta nación no se detiene. La meta para los próximos cinco años es duplicar la cobertura en gas natural vehicular, alcanzar 1 millón de conexiones de hogares y beneficiar a 5 millones de personas.
Sin embargo, tras la expansión de estos servicios, la compañía continúa su fuerte apuesta. Uno de los proyectos en la mira es el Gasoducto del Sur Peruano, una de las mayores obras de infraestructura en el sector de hidrocarburos. Se trata de un tubo de más de 1.000 kilómetros que recorre la selva peruana, pasa por la sierra, termina en la costa sur y demandará inversiones superiores a los 7.000 millones de dólares (más de lo que costó la ampliación del Canal de Panamá).
El GEB aspira a participar en este monumental proyecto, a través de TGI. Así lo señala Astrid Álvarez, quien dice que este es otro de los grandes retos para la compañía.
El presidente del Perú, Pedro Pablo Kuczynski, ha trabajado por la masificación del gas de la mano de GEB. El programa Nutri Contugas otorga conexión gratuita de gas natural a comedores populares.
Líder regional
El GEB es el conglomerado de energía, gas y servicios públicos más importante de América Latina. Con 121 años de historia, está presente en cuatro países y tiene 6 millones de clientes, entre hogares e industrias. Es líder en Colombia y el Perú en la distribución y transmisión de energía eléctrica y de gas natural. En Guatemala es el principal transportador de energía eléctrica. Y en Brasil está asociado con la estatal de energía más grande.
El año pasado tuvo resultados extraordinarios, lo que le permitió entregar los más altos dividendos de su historia: Además, se propuso un plan estratégico retador: convertirse en 2025 en la compañía no minera de mayores utilidades del mercado colombiano, y la multilatina líder en energía, pues llegaría a 12 millones de clientes en los países donde opera.
Para lograrlo, el GEB reorganizó sus empresas en tres grupos estratégicos de negocios: Soluciones Energéticas Urbanas, para enfrentar los nuevos desafíos de energía eléctrica y gas natural en las grandes urbes; Interconexión para el Desarrollo de Mercados, relacionado con las infraestructuras de redes de energía eléctrica y gasoductos; y Generación de Baja Emisión, un frente estratégico enfocado en energías renovables y energías limpias.
El GEB es un gran grupo empresarial gracias a la gestión que realizó el exalcalde de Bogotá Antanas Mockus en 1995. Él transformó a la Empresa de Energía de Bogotá (EEB) en una sociedad por acciones en la cual el capital privado podía tener máximo el 49 por ciento. De esa manera nació el exitoso modelo público-privado del país y se separaron actividades de distribución, comercialización, generación y transmisión.
Al rescate del patrimonio arqueológico
El GEB no solo está concentrado en la expansión de sus negocios, también apoya a las comunidades a donde llega a través de programas sociales y del rescate y preservación del patrimonio arqueológico y cultural, por medio de Cálidda y Contugas.
Cálidda es la primera empresa privada que hace parte del programa ‘Lima, la ciudad de las huacas’ del Ministerio de Cultura del Perú, para proteger monumentos arqueológicos prehispánicos. La compañía ha encontrado fragmentos de cientos de vasijas de diversas culturas, así como un cementerio prehispánico de la Cultura Lima con más de 1.800 años de antigüedad en el corazón del céntrico distrito de Breña.
Contugas, por su parte, tiene 107 zonas arqueológicas protegidas según el reglamento que ampara el Patrimonio Arqueológico en el Perú y el registro de 10.877 piezas arqueológicas. Para este año uno de sus objetivos es impulsar el programa de educación patrimonial denominado ‘Paraqa’, que, inspirado en la energía e impacto del viento, buscará revalorar la cultura en la región Ica.