Nos propusimos acompañar el crecimiento de Colombia: Agencia Francesa para el Desarrollo

La Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) llegó a Colombia en 2009. Fue el segundo país de Suramérica donde abrió sus puertas, después de haber iniciado sus operaciones en Brasil. La institución ha apoyado las políticas e inversiones de crecimiento verde y solidario en el mundo y, claro, en nuestro país. Lo anterior teniendo en cuenta la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). SEMANA habló con su directora.

SEMANA: ¿Por qué decidieron empezar a trabajar en Colombia?

MYRIAM BOUSLAMA: Porque es una de las tres potencias económicas del continente, tiene un gran dinamismo y a la vez afronta desafíos interesantes. Quisimos acompañar el crecimiento del país, siguiendo tres ejes principales: 1) el desarrollo sostenible de los territorios, 2) las políticas de lucha contra el cambio climático y 3) el cierre de las brechas sociales.

SEMANA: ¿Nuestro país tiene un papel protagónico dentro de la operación que lleva a cabo AFD en toda América Latina?

M.B.: Sí. Nuestra agencia está en Brasil, Argentina, México, Ecuador, Perú y Bolivia; pero la actividad de Colombia es una de las más importantes del continente, tanto por el volumen de compromiso financiero, como de impacto. Hoy la cartera de la AFD supera los 2.500 millones de dólares en proyectos invertidos aquí.

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SEMANA: ¿Cuáles han sido las iniciativas más emblemáticas en las que ha participado la AFD?

M.B.: Todas han tenido impactos sociales y medioambientales positivos y han contribuido a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Un ejemplo emblemático es el que se llevó a cabo en Medellín; con este la AFD se dio a conocer en el país. En 2011 le hicimos un préstamo por 250 millones de dólares, a 20 años, a la Alcaldía de esta ciudad para acompañar la construcción de una línea de tranvía sobre neumáticos –que tendría una extensión cercana a los cuatro kilómetros– y dos líneas de Metrocable.

SEMANA: Estas obras son muy apreciadas en Medellín…

M.B.: Ellas ayudaron a mejorar las condiciones de vida de casi 400.000 personas que viven en barrios alejados del centro de la ciudad. Por otro lado, en 2015, 2016 y 2018, con un aporte superior a los 700 millones de dólares, respaldamos un programa de apoyo financiero a favor de la política pública contra el cambio climático. Con él construimos y establecimos un diálogo estrecho de cooperación técnica entre Francia y Colombia alrededor de esta temática.

SEMANA: ¿Cuál es el balance de los diez años de la Agencia en Colombia?

M.B.: Estamos muy orgullosos de tener esta cartera de 2.500 millones de dólares en proyectos invertidos, lo que nos convierte en uno de los actores bilaterales más importantes para el país. Gracias a este diálogo estrecho que hemos establecido con socios estratégicos como el Ministerio de Hacienda y el Departamento Nacional de Planeación hemos podido lograr esta interesante posición.

SEMANA: Durante esta década, ¿qué ha aprendido la AFD de nuestro país?

M.B.: Que es fundamental escuchar y entender de forma muy precisa y clara las necesidades de Colombia, sus retos y sus dificultades. Debemos entender cuáles son las prioridades nacionales, y cómo van evolucionando para poder adaptarnos a ellas y dar nuestro apoyo. Es fundamental trabajar con los expertos colombianos para ser capaces de acompañarlos de forma humilde, útil y eficiente.

SEMANA: Ahora la pregunta a la inversa, ¿qué cree usted que Colombia ha aprendido de la Agencia?

M.B.: Aquí se nos reconoce como expertos internacionales en la lucha contra el cambio climático. El Estado colombiano ha estado muy interesado en estrechar este diálogo. Los distintos programas de cooperación técnica, el conocimiento y la experiencia de Francia y la AFD en ámbitos como el desarrollo urbano y el transporte masivo también han sido muy apreciados.

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SEMANA: ¿Cuáles son los planes de la Agencia para Colombia en un futuro próximo?

M.B.: Mantener este diálogo continuo con los actores nacionales. También buscamos diversificar nuestra cartera de proyectos no soberanos; estamos muy interesados en poder acompañar a las diferentes gobernaciones y capitales, como lo hemos hecho en Medellín. No importa el tamaño de las ciudades: cada población tiene retos diferentes, quizás algunas sean pequeñas, pero todas tienen la gran ambición de crecer en desarrollo sostenible e inclusión social.