CULTURA

¡Que no pare el ‘beat’! Colombia está cada vez más electrónica

Lejos de los clichés sonoros patrios (el vallenato, el reguetón), esta escena musical no deja de crecer en el país. Desde Francia se le ha dado impulso a esta nueva ola, con versiones nacionales de festivales como Nuits Sonores.

Laura Campos*
27 de julio de 2019
De todos los países donde se realiza este festival, Colombia es el único en el que los locales participan en la coproducción de los eventos con el ‘staff’ técnico francés. | Foto: Beatz Of All Nationz

En 2016, cuando Pierre-Marie Oullion entró a Video Club, el templo de música electrónica en Chapinero que en ese entonces apenas comenzaba, quedó sorprendido. No era nada de lo que había imaginado cuando la Embajada de Francia le encargó dirigir el festival que fortalecería el intercambio musical con el país del vallenato y el reguetón. Lo que vio era mejor. “Me sentí en Europa y, sobre todo, supe que había potencial”, cuenta.

Ahí empezó lo que hoy es Nuits Sonores Colombia, el icónico encuentro de electrónica que anualmente se lleva a cabo en Lyon y que en 2017 –en el marco del programa del Año Francia Colombia y como una iniciativa del colectivo artístico de Lyon Arty Farty–, llegó a tierras cafeteras para promocionar diversos artistas franceses y luego invitar a diferentes miembros de la escena electrónica nacional a darse a conocer en el país galo.

Junto con Alemania, Reino Unido y Estados Unidos, Francia es una de las potencias de la música electrónica. De allí han salido gigantes de este género como Daft Punk, Bob Sinclair, David Guetta, Justice, y DJ Snake, así como promesas de altísimo nivel como el dúo Ofenbach y el dj Madeon. Desde hace dos décadas la embajada francesa ha compartido estos sonidos con Colombia a través de eventos como La Fête de la Musique y el Festival Vive Electrolux.

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Hoy es muy común disfrutar del talento de los disck jockeys franceses en nuestro país. Es habitual que los fines de semana se presenten en Bogotá, Medellín, Cali, Pereira o Manizales, las ciudades donde esta onda sonora es más popular. Eso es justamente lo que busca potencializar la versión colombiana de Nuits Sonores, que aunque también se realiza en Seúl (Corea del Sur), Tánger (Marruecos) y Bruselas (Bélgica), aquí cuenta con un punto extra.

La edición francesa dura cinco días, 200 artistas y decenas de eventos se toman Lyon y reúnen a más de 150.000 personas; la colombiana dura cuatro días y hasta el momento 31 artistas han convocado a 12.500 personas. La diferencia es que aquí el festival se celebra en diez espacios de Bogotá, Medellín y Manizales, algo que no pasa en ninguna otra versión de esta fiesta musical: “Colombia es el único país donde hacemos el festival en varias ciudades. En Lyon, antes del evento, hay un pequeño ‘tour’ alrededor de la ciudad, pero es más promocional”, aclara Oullion, director artístico de Nuits Sonores.

La razón es curiosa. Si bien en Colombia la escena de la música electrónica no es muy grande como puede serlo en Bélgica, ha crecido mucho en los últimos diez años y de manera descentralizada. “Obviamente Bogotá es el epicentro, con sitios como Baum y Video Club; pero ciudades como Cali y Medellín también tienen un circuito donde semanalmente se presentan artistas internacionales que hace diez años era impensable ver; así como existía la tercera parte de los clubes que hay ahora”, cuenta Gonzalo Rodríguez, realizador de La Franja Electrónica de Radiónica.

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Hoy Bogotá es considerada una de las plazas de electrónica más importantes de América Latina. Nuestro país está siempre en la mira de los dj europeos, como lo confirma François X, quien hizo parte del cartel de este año en Nuits Sonores y viene al menos dos veces al año a tocar desde 2016. “En América Latina hay dos países que se destacan en este campo, el primero es Argentina, donde la movida se concentra en Buenos Aires; el segundo es Colombia, donde he tocado en Cali, Bogotá, Medellín, Pereira y hasta en el desierto de La Tatacoa”, dice. Así mismo, otro de los motivos que los organizadores del festival encontraron para apostarle en grande al intercambio musical entre la electrónica francesa y la colombiana es la actitud del público nacional, a su juicio es mucho más apasionada que la de otros países, se compromete con cada beat y está siempre eufórica.

Tal ha sido el despegue de la música electrónica en Colombia que varios de los artistas locales que participaron en las dos primeras ediciones de Nuits Sonores fueron invitados a tocar en fiestas electrónicas de Lyon y ahora se presentan, por temporadas, en los mejores clubes de electrónica en Europa. Leeon es uno de ellos.

Festivales como Bogotrax, Sonar, Storyland, Tatacoa o Baum –que en su última edición convocó a 18.000 personas y agotó boletería en pocas horas– demuestran que sí hay un público enorme interesado en la música electrónica. Y espacios como Nuits Sonores aumentan la calidad de estos eventos potencializando el intercambio entre el talento nacional y el francés con un único fin: que las noches sean más sonoras.

*Periodista.