Comienza la esperada transformación del Hotel Tequendama

Jacobo Pérez Escobar, secretario general de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, firmó y promulgó el texto definitivo de este decisivo documento, desde la habitación 1135 del Hotel Tequendama, en la madrugada del domingo 7 de julio de ese año. Algunas de las habitaciones de este edificio, ubicado en el Centro Internacional de Bogotá, se acondicionaron para servir de despacho a varios de los gestores de nuestra Constitución Política.

Este hecho no fue una excepción. Muchos de los eventos más importantes del siglo pasado ocurrieron en el Tequendama, como la recepción que ofreció el Estado colombiano a los príncipes de Asturias (hoy reyes de España), la posesión de la mayoría de los presidentes de la República y la visita del Dalai Lama, entre muchos otros.

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Después de ser testigo de estos sucesos, el Tequendama, perteneciente a la Caja de Retiro de las Fuerzas Militares (Cremil), vive hoy un ambicioso proceso de renovación. Debido a la gran infraestructura del complejo habitacional (573 habitaciones, 286 suites y 32 salones de reuniones) y a la nueva dinámica hotelera en Bogotá, la compañía se encuentra en la selección de un socio ideal, una marca internacional de hostelería de primer nivel, con quien sellar su alianza.

“Esto nos permitirá optimizar nuestros estándares de servicio, entrar a los canales comerciales que manejan el 90 por ciento de los flujos turísticos del mundo e incrementar la ocupación así como el precio de las tarifas”, explica el contraalmirante Jorge Iván Gómez, actual gerente general del Tequendama.

Además, se hará una remodelación de las áreas comunes y de las habitaciones, manteniendo la línea estética de mediados del siglo XX, y habrá un mejoramiento en los servicios de tecnología y en la comodidad.

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Los 800 empleados del Tequendama volverán a ser entrenados para acoger el estándar de calidad que exija la nueva marca. Los huéspedes estarán virtualmente conectados con el servicio del hotel a través de dispositivos de última tecnología, desde el momento de la reserva hasta el del check out, y la infraestructura será amigable con el medioambiente.

En tan solo dos años, Bogotá celebrará la transformación de su hotel icónico, que seguirá contándole a Colombia su propia historia, pero ahora con todas las comodidades contemporáneas.

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