HISTORIA

Así nació la industria petrolera en Colombia

En 1918, cerca de Barrancabermeja, donde hoy se ubica el campo La Cira Infantas, comenzó la producción masiva de crudo en el país.

14 de noviembre de 2018
El Campo La Cira Infantas produce más del 40 por ciento de los barriles que el departamento de Santander le aporta diariamente al país. | Foto: Jaime Moreno

Sucedió en la mañana de un 29 de abril, en el corazón del Magdalena Medio, a unos 23 kilómetros de donde hoy se encuentra Barrancabermeja. De la tierra brotó oro negro. La perforación fue realizada por un estadounidense en el mismo lugar en donde 400 años atrás, Gonzalo Jiménez de Quesada había visto a los indígenas yariguíes tomar un líquido oscuro y espeso, que también se frotaban por todo el cuerpo para relajarse y que incluso utilizaban en la fabricación de teas y para impermeabilizar sus canoas. El conquistador español bautizó a ese lugar de manantiales extraños con el nombre de ‘Las Infantas’. Así le rendía honor a las hijas del rey de España.

El hallazgo del estadounidense fue el resultado de una sociedad con el colombiano Roberto de Mares, quien había conocido la zona y obtenido del gobierno nacional una licencia para buscar y explotar petróleo. En 1916, a bordo de un barco con destino a Estados Unidos, De Mares halló a los tres socios que necesitaba para extraer el crudo de Las Infantas, George Crawford, Joseph Trees y Michael Benedum. Juntos, ese mismo año fundaron la Tropical Oil Company.

En 1917 comenzaron las operaciones en el Magdalena Medio. Las dos primeras perforaciones, recuerda Norberto Díaz Rincón, gerente de La Cira Infantas –así llamó Ecopetrol al campo donde están esos yacimientos–, no prosperaron. Sin embargo, en 1918, la Troco –como se conocía a la compañía petrolera– reanudó operaciones a unos 20 metros de ese lugar.

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El primer pozo, Infantas I, presentó inconvenientes. Por eso comenzaron a horadar a cinco metros de este; en Infantas II. A las 8:15 de la mañana del 29 de abril de 1918 brotó petróleo. Al final del día se habían recogido 40 barriles de crudo.

“Semanas después reanudaron trabajos en el pozo Infantas I, que fue finalizado para noviembre de ese año. En su primer día produjo 1.000 barriles de petróleo. Fue el inicio de la industrialización”, puntualiza Díaz.

La magnitud de aquel descubrimiento atrajo a personas de todo el mundo que comenzaron a llegar a la zona para atender la operación. “Fue necesario abrir vías, armar campamentos, fabricar partes para las bombas y equipos de perforación, implementar lavanderías y restaurantes”, explica el gerente de La Cira Infantas. El caserío de Barrancabermeja tuvo que ampliarse y se hizo indispensable la construcción de un ferrocarril para unir la zona de producción con el puerto.

Precisamente, mientras se construia la vía, en 1924, la Troco realizó otro hallazgo en un sector contiguo a los pozos Infantas, conocido como La Cira. El lugar estaba exactamente justo en el medio de la división geológica entre las perforaciones. La zona fue bautizada como El Centro. Así se llamaría más adelante a ese corregimiento de Barrancabermeja donde se hallan los grandes centros de producción.

Sigue la operación

En los 160 kilómetros cuadrados que tiene La Cira Infantas existen 1.087 pozos productores activos. El pico más alto de producción se registró en 1939, un año en el que se llegaron a extraer 69.960 barriles diarios de crudo. Desde su entrada en operación este campo ha producido 859 millones de barriles.

De manera natural su producción se fue reduciendo hasta llegar a 5.000 barriles diarios, pero en 2005 Ecopetrol estableció un contrato de colaboración con Oxy, experta en explotar campos maduros: actualmente se extraen 46.000 barriles diarios y la meta para este 2018 es llegar hasta 51.000. En 2023 se deben superar los 70.000.

“La Cira Infantas tiene futuro. Por eso más que celebrar este año el siglo de la producción industrial de petróleo, le estamos dando la bienvenida a nuestro segundo ciclo. Hoy este campo produce más del 40 por ciento de los barriles que Santander le aporta diariamente al país”, asegura Díaz.

Los beneficios de estos 100 años de operaciones los ha vivido la comunidad, que ha encontrado empleo y respaldo para los procesos sociales y productivos. “Hemos sido un buen vecino y seguiremos siéndolo. Desde La Cira-Infantas continuaremos escribiendo la historia petrolera del país”, concluye Díaz.

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