INFANCIA
Migración con niños, la otra cara del éxodo de venezolanos a Colombia
Cifras oficiales estiman que más de 100.000 niños, niñas y adolescentes han migrado de Venezuela a Colombia. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia,Unicef, implementó acciones para garantizarles sus derechos.
Lo bautizaron Villa del Sur. Es un improvisado barrio a las afueras de Riohacha, uno de los municipios próximos a la frontera con Venezuela en el departamento de La Guajira. Aquí conviven 1.100 familias, incluyendo cientos de niños. La mitad migraron desde Venezuela en medio de la situación fronteriza. Llegaron con unas pocas prendas, agotados tras un largo viaje, nostálgicos por haber dejado atrás su país. Pero con sus sueños intactos. Los ojos de los niños y niñas brillan cuando hablan de que algún día se convertirán en médicos, ingenieros o astronautas.
Esta realidad la comparten los 118.709 niños, niñas y adolescentes que han migrado a Colombia desde el vecino país, de acuerdo con datos oficiales del Registro Administrativo de Migrantes Venezolanos (RAMV), de Migración Colombia. En medio de esta difícil situación, organismos internacionales como Unicef, se concentran en protegerlos.
Problema mundial
La migración de niñas, niños y adolescentes es un fenómeno mundial. De acuerdo con Unicef, casi 50 millones de niños de todo el mundo han atravesado fronteras o han tenido que desplazarse a la fuerza. Más de la mitad, 28 millones, han escapado de la violencia y la inseguridad. Los niños en estas situaciones se encuentran entre las personas más vulnerables y el riesgo es cada vez mayor.
Del total de migrantes en América, se calcula que uno de cada de 10 es menor de edad, es decir 6.3 millones de niños.
Por lo general, los niños migran con sus familias. Los motivos están relacionados con violencia, pobreza y falta de oportunidades. Sin embargo, en todos los casos hay un factor común: ellos no son los responsables, son los migrantes más vulnerables. ¿Por qué? Su organismo sufre más con el hambre y el frío, desarrollando afecciones respiratorias, gastrointestinales y de la piel. No tienen escenarios para jugar y recrearse, tampoco es frecuente que los reciban en las escuelas y acceden de forma limitada al sistema de salud. Por si fuera poco, viven con el miedo a ser separados de sus padres.
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Los niños están más expuestos a la explotación sexual y a la trata de personas por parte de redes criminales que se aprovechan de su situación, y corren el riesgo de ser forzados a trabajar por la urgencia de conseguir recursos para subsistir.
La estrategia
En el caso de Colombia, la atención a niños migrantes desde Venezuela comenzó en abril de este año. Las acciones empezaron en las fronteras, exactamente en los departamentos de La Guajira, Norte de Santander y Arauca. Posteriormente, se implementaron en Atlántico, Bolívar, Magdalena y Nariño, identificados como puntos críticos.
La estrategia de Unicef se enfoca en los siguientes frentes: salud, nutrición, agua, saneamiento e higiene, educación y protección. Unicef acompaña la implementación de las acciones estratégicas y fortalece las capacidades de las autoridades locales, las organizaciones no gubernamentales y comunitarias, así como de las comunidades receptoras, para llevar a cabo de forma eficaz el impacto positivo en la infancia.
Una de las iniciativas es ‘El Retorno de la Alegría’, que tiene dos componentes: educación y protección, así los niños no solo participan en talleres didácticos y recreativos, también reciben capacitación básica para identificar situaciones de riesgo cuando son migrantes. Además, adquieren herramientas que les permiten acceder a mecanismos de protección contra la violencia.
La falta de agua y saneamiento básico es otro de los problemas que sufren diariamente. Para resolverlo, UNICEF puso en marcha su estrategia de agua, saneamiento e higiene, en algunos municipios de los departamentos de La Guajira, Norte de Santander, Arauca y Nariño. La atención consiste en entregar dotaciones para el consumo de agua segura, soluciones de saneamiento y tratamiento de residuos sólidos; promover prácticas de higiene y vigilancia de la calidad del agua y los alimentos.
Paralelamente avanza la estrategia de Desarrollo Infantil Temprano en departamentos como La Guajira, Arauca y Nariño. A través de ella se les brinda apoyo a las instituciones que atienden a los migrantes de 0 a 5 años de edad. Prevenir enfermedades y promover la salud y nutrición es clave en coyunturas como esta. Unicef, mediante un trabajo coordinado con el Ministerio de Salud, sus entidades territoriales y hospitales públicos, apoya la atención primaria en salud materno infantil; control prenatal, atención nutricional, vacunación, desparasitación y consejería en la lactancia materna, entre otras, mediante la conformación de equipos extramurales.
Respuesta regional
Unicef ha lanzado una respuesta regional para apoyar a los niños, niñas y familias migrantes de Venezuela mientras están en tránsito y al llegar a su destino. Esto implica trabajar con socios para garantizar el acceso a servicios de agua potable y saneamiento, educación y salud. Unicef también está estableciendo espacios temporales de aprendizaje para niños migrantes en la región, así como para apoyar su protección y prestar servicios psicosociales.
“Es imperativo que los gobiernos, las ONG y los socios de la ONU en la región continúen trabajando juntos para proteger los derechos de todos los niños y niñas migrantes”, dijo María Cristina Perceval, Directora Regional de Unicef para América Latina y el Caribe. “Los niños son, ante todo, niños, independiente de su estatus migratorio, y esperamos que las comunidades anfitrionas y de tránsito muestren solidaridad y apoyo para los niños desarraigados”.