ENTREVISTA

"Debemos incrementar el uso de las energías renovables en el país”: Ministro de Minas y Energía

En entrevista con SEMANA el ministro Germán Arce explica por qué, en materia energética, Colombia está entrando en una nueva era.

Daniela Puerta*
25 de abril de 2018
Ministro de Minas y Energía, Germán Arce. | Foto: 123RF

SEMANA: ¿Cuándo daremos el paso hacia el uso continuo de las energías renovables no convencionales?

GERMÁN ARCE: En las dos últimas décadas hemos fortalecido nuestro sistema, hoy, Colombia tiene la segunda energía más limpia de América Latina y la octava, según el World Economic Forum, a nivel global, en estructura del sistema y calidad. Nuestra matriz es bastante confiable porque la generación hidroeléctrica tiene una ventaja y es la capacidad de embalsar.

SEMANA: Sí, de hecho el 70 por ciento de la energía que se produce en el país proviene de las hidroeléctricas…

G.A.: Es bueno contar con estos recursos hídricos, el agua es confiable, relativamente económica y limpia, pero tiene ciertos riesgos. Al ser un país ecuatorial, donde se presentan el fenómeno de El Niño, el calentamiento global y los cambios de los vientos del Caribe, Colombia tiene cierto grado de vulnerabilidad. Por eso debemos evaluar cómo controlarla.

SEMANA: Nadie olvida el fenómeno de El Niño de 2016...

G.A.: Fue tan largo que nos tuvo al borde de un racionamiento. Entonces nos devolvimos a mirar qué es lo que tenemos: reservas de carbón por 100 años, petróleo, gas, agua, sol, viento y capacidad de producir biomasa. Es decir, Colombia tiene un menú supremamente generoso de recursos que debemos utilizar.

SEMANA: ¿Cuáles son entonces los factores por evaluar para emprender una diversificación energética?

G.A.: Primero, revisar qué recursos tenemos y a qué costo podemos producir energía. En las renovables, gracias a las nuevas tecnologías, los precios de generación han bajado dramáticamente. El costo de un panel solar ha caído entre 60 y 70 por ciento en los últimos tres años. Además, hay muchas estadísticas que nos muestran cómo se comportan los recursos. Nuestro objetivo es darle confiabilidad al sistema y eso se logra garantizando la capacidad para generar energía en los picos de demanda.

SEMANA: ¿Y sumando las fuentes no convencionales se cumpliría ese objetivo?

G.A.: Lo que pasa con las energías renovables es que por su intermitencia no tienen el mismo grado de firmeza que la gasolina o el carbón, que sí se pueden almacenar. La idea es que estas fuentes limpias aporten diversificación a la matriz. Y esa es la palabra clave: diversificación. Debemos asegurarnos de que ellas, como recursos complementarios, entren y sumen a nuestro sistema de energía para que cubran las condiciones de riesgo, y nos ayuden a mantener nuestro compromiso del COP21.

SEMANA: El apagón de 1992 y El Niño han impulsado cambios en el sector. ¿Falta una política energética todavía más contundente y clara?

G.A.: Esa crisis surge por una falta de planeación y los costos del evento fueron altísimos (2,3 del PIB), pero Colombia aprendió la lección. El sector eléctrico es bien particular, los resultados de las decisiones que se toman hoy, se verán en diez años. Por eso la planeación es fundamental para cumplir con el objetivo primario que es prestar el servicio: ¡que la luz prenda! El sistema se ha expandido y ha crecido regulatoria e institucionalmente, pero también en su capacidad. Con el decreto 570 de 2018 enviamos señales para diversificar nuestra matriz de generación con otras fuentes energéticas. El camino está trazado y hemos ido superando las barreras.

SEMANA: Colombia se comprometió a reducir las emisiones de CO2 un 20 por ciento para 2030. ¿Las renovables ayudarán a lograrlo?

G.A.: En la medida en que generemos más electricidad con las energías solar, eólica y biomasa, dependeremos menos de los combustibles fósiles y dejaremos de emitir gases de efecto invernadero. Hoy estamos compensando la falta de hidrología con generación térmica, que tiene otros riesgos: la variación de los precios de los combustibles, la infraestructura y que es un recurso finito. La idea es incrementar el uso de las renovables, que actualmente aportan una cifra cercana al 0,04 por ciento de la energía que se consume en el país. Los países apuestan por las renovables para frenar la emisión de CO2, y así deben reducir el uso (o prescindir) del carbón.

SEMANA: En este campo, ¿el país seguirá el modelo exitoso de otra nación o buscará su propio camino?

G.A.: Venimos trabajando con el Banco Mundial y hemos revisado las experiencias de otros países. Estamos diseñando un mecanismo con contratos de largo plazo donde la oferta y la demanda confluyan y compitan por energía, que aporte en términos de complementariedad y diversificación, que sea más costo-efectivo para los consumidores y que se cumpla con las metas de reducción de emisiones.

SEMANA: ¿Ayudan las renovables para luchar contra la pobreza?

G.A.: Se pueden ver como una oportunidad en coberturas y costos. Hace 20 años, 74 de cada 100 familias tenían luz; hoy 97 de cada 100 cuentan con ella. Nos falta atender alrededor de 300.000 familias, muchas de las cuales vivieron la guerra. En este marco del posconflicto va a ser más barato y eficiente atenderlas con energías renovables, así podemos generar soluciones individuales, es decir, a cada familia le podemos poner un panel solar. No tenemos que construir una línea de 500 kilómetros de cableado, y el costo por unidad ni se compara.

SEMANA: ¿Cómo explicarles a los millones de colombianos que aún no las conocen que las renovables nos cambiarán la vida?

G.A.: Habría que decirles que estamos iniciando una nueva era. Con el desarrollo de las renovables se abren nuevos mercados, podrán producir su propia energía mediante paneles solares y vender sus excedentes a la red, recibiendo un beneficio por esto. Adicionalmente, con el ingreso de este tipo de tecnologías y de nuevos agentes al mercado, esperamos que a mediano y largo plazo los usuarios puedan tener precios más competitivos. El desarrollo de estas energías ayuda a monetizar recursos que hoy no le aportan nada al país, porque el viento pasa y ya, no se utiliza; pero si lo usamos para generar energía eólica aportará al sistema. Su costo es bajo, y si los precios de las tecnologías siguen cayendo, esa energía debería ser más barata y más económica para los colombianos.

SEMANA: En marzo de este año se expidió el decreto 0570 de 2018, ¿cómo ayuda a que los colombianos puedan tener, por ejemplo, paneles solares en casa?

G.A.: El decreto 0570 de 2018 está destinado a incentivar proyectos de gran escala. Para los usuarios residenciales la Creg expidió la resolución 030 de 2018.

*Coordinadora de Especiales Regionales de SEMANA.