ENERGÍA
Vender energía nunca había sido tan sencillo
Gracias a la Creg los autogeneradores a gran y pequeña escala pueden vender su energía a la red. Aquí le explicamos la importancia de esta Comisión.
La Constitución de 1991, junto a las leyes 142 y 143 de 1994, hicieron posible la entrada de los inversionistas privados del sector energético al país, y ayudaron a diseñar las tarifas de energía con criterios de eficiencia y suficiencia financiera. También fue clave la Ley 1715 de 2014, que impulsó la incorporación de energías alternativas y reconoció a los usuarios como actores principales lo que permitió que estos vendieran energía al sistema.
Para motivar el uso de fuentes renovables como las energías eólica, solar y la de biomasa (o bioenergía), entre otras, la ley planteó beneficios tributarios y de participación en este segmento productivo, y de esto último se encargó la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg).
Entre las acciones que desarrollamos se encuentran las disposiciones sobre respuesta de la demanda en el mercado diario en condición crítica, la metodología para definir la energía en firme de las plantas eólicas y solares, al tiempo que trabajamos en la revisión de los precios de oferta de los grandes generadores que cuentan con esta tecnología.
Adicionalmente, la Creg expidió las resoluciones 024 (de 2015) y 030 (de 2018) que introducen un cambio trascendental en el modelo de prestación del servicio. Estas instrumentan la venta de energía de autogeneradores, es decir, de los usuarios del servicio que la producen para su consumo o para vender al sistema, que antes no estaba permitida. En dichas resoluciones se encuentran los requisitos sencillos de conexión, medición y de comercialización de la energía producida por ellos.
Se definieron dos tipos de usuarios autogeneradores: a gran escala y a pequeña escala. En el primero se encuentran aquellos que tienen capacidades de generación superiores a 1.000 kilovatios. En el segundo, los que cuentan con una potencia inferior a esa; una casa, por ejemplo tiene alrededor de diez kilovatios de capacidad instalada.
La Resolución Creg 030 de 2018 definió recientemente mecanismos sencillos para que estos autogeneradores de pequeña escala –usuarios residenciales de todos los estratos, así como los comerciales y pequeños industriales– produzcan energía y puedan vender los excedentes al sistema interconectado nacional.
Esto se presenta en un momento en que Colombia, que cuenta con una matriz energética limpia porque produce alrededor del 70 por ciento de su energía con fuentes hídricas, necesita diversificar su oferta con energías alternativas para mejorar la respuesta del sistema ante eventos de hidrología crítica (como el fenómeno de El Niño).
Ahora que están dadas las condiciones para que cada uno de los más de 14 millones de usuarios pueda ser generador de energía y competir con los generadores tradicionales, el reto es mantener la confiabilidad y la seguridad que ha caracterizado a nuestro sistema en los últimos años. Para conseguirlo se hará un seguimiento a la evolución de estas tecnologías en el país y la Creg propondrá oportunamente las acciones que se requieran para mitigar el posible riesgo operativo.
Una ley necesaria
Con base en la Ley 1715 de 2014 ha sido posible llevar a cabo los desarrollos normativos para la implementación de las energías renovables en el país. De hecho, hay varios proyectos en construcción y muchos otros en proceso de conexión en el sistema interconectado nacional, lo cual evidencia la efectividad de las normas expedidas.
Además del potencial estimado para sistemas autogeneradores a pequeña escala, se esperan casi 6.000 megavatios de proyectos de generación eléctrica con fuentes renovables provenientes de plantas menores, autogeneradores a gran escala o plantas despachadas centralmente.
A febrero de 2018, los proyectos registrados en la Unidad de Planeación Minero Energética que utilizan energía solar o eólica, con capacidad instalada mayor a un megavatio, suman 5.800 megavatios. De estos, 2.100 corresponden a proyectos eólicos, todos ellos están ubicados en La Guajira, Magdalena y Bolívar; los 3.700 megavatios restantes son de proyectos solares, distribuidos en 19 departamentos (Atlántico y Cesar lideran la lista, cada uno con 800 megavatios registrados). Así mismo, se espera que en el mediano plazo los autogeneradores a pequeña escala y los distribuidos, aporten al sistema la energía equivalente al consumo anual de ciudades como Cartagena, Barranquilla o Cali.