DISCUSIÓN SOCIAL

La protesta social, según Systema Solar y dos líderes de la Acrees

Tres miembros de la conocida banda nacional, y un comprometido dúo de la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles, intercambian ideas sobre este tema, y la relevancia del arte y las ciencias para un país.

Daniela Chinchilla*
16 de diciembre de 2019
De izquierda a derecha, Andrés Gutiérrez y Arturo Corpas; Alejandro Palacio y Jennifer Pedraza, de Acrees; y Walter Hernández. | Foto: Guillermo Torres

Al fondo del salón se escuchan las frases de la canción El amarillo, de la banda colombiana Systema Solar. “¿Dónde está la riqueza, dónde está el oro, dónde está el amarillo, azul y rojo?”. La letra retrata la realidad de un pueblo en ruinas, que ha sido víctima de la violencia y la explotación irresponsable de su tierra. Es una composición dolorosa pero su ritmo, su música, invitan al baile. Es la banda sonora indicada para este día. Es una lluviosa mañana de octubre en Bogotá. En esta sala de juntas, en la redacción de SEMANA, dos líderes estudiantiles y tres miembros de esta agrupación conversan sobre los hechos de los últimos días.

Walter, una de las voces principales de Systema Solar, se cambia su camiseta de colores por una azul clara en la que se lee la inscripción ‘Ego x Eco’. Andrew, uno de los percusionistas, y DJ Corpas, debaten con los voceros de la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles (Acrees), Jennifer Pedraza y Alejandro Palacio. A través de la ventana del recinto se ve caer la lluvia sobre los paraguas de los peatones que caminan hacia sus trabajos.

La joven habla con firmeza: “Estamos ‘ensanduchados’ entre un Gobierno que se muestra contrario a las protestas, y unos encapuchados que causan desastres y que no sabemos quiénes son”. Walter la observa en silencio. Habla poco. Quizá recuerda los hechos recientes. Se realizaron 14 marchas y cinco plantones a nivel nacional. Los estudiantes reclamaban por una educación libre de corrupción y su derecho a la protesta pacífica. Fue un día tenso. Hubo arrestos. Violencia. Miedo y carga policial.

Hay un diálogo poco fluido, espeso, entre los estudiantes y el Estado. “Nosotros fuimos los que llamamos a volver a clases tras el paro del año pasado, ahora le toca al Gobierno cumplir con su parte. Pero no lo está haciendo. Hay asuntos cruciales que requieren de reformas, como la Ley 30, en la que todavía estamos trabajando. Y hay un punto importante en el que incumplieron, el de Colciencias: el de la investigación y la creación de nuevo conocimiento”, explica Jennifer. Ella dice que el ente gubernamental aún no desembolsa el monto que habían pactado. Se supone que se entregarían 300.000 millones de pesos cada año, de 2019 a 2022. “Apenas han entregado 78.500 millones, cuando a la fecha deberían haber sido 600.000 millones para 2019 y 2020. Es un incumplimiento que no podemos asumir con pasividad, eso significaría rendirnos, sería como darles permiso para incumplir todo”, agrega.

En algo sí están de acuerdo los líderes estudiantiles con el Gobierno de turno. “Es cierto que el presupuesto destinado a la educación es alto –dice Alejandro, y continúa su argumentación–. Pero, como somos tantos estudiantes y muchos maestros, la mayoría de este se destina para garantizar la subsistencia del sistema y no alcanza para la creación de conocimiento. Colciencias se podría convertir en un Ministerio de Ciencia y Tecnología, pero, ¿de qué sirve cambiar el aviso de la entrada si no hay recursos para investigar?”

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Walter, lo observa con calma. Asiente. Él es un apasionado de la radio y en el Atlántico hace parte del programa Ciencia a tu alcance, de la emisora comunitaria Vokaribe (86.9 FM). Conoce el tema. Le interesa. Él dice que el dinero también es escaso en otros frentes, y lo lamenta. “Nosotros informamos sobre las investigaciones científicas en curso para que todos los oyentes puedan entender su importancia. Y nos hemos dado cuenta de una constante: los temas ambientales álgidos –como la falta de agua– se enfrentan con presupuestos muy pequeños. La plata no alcanza”. Jennifer le responde: “Claro, es la ciencia del rebusque; así no debería ser”.

El arte y la protesta

Systema Solar ha denunciado las injusticias sociales en sus canciones, desde El Amarillo, hasta Yo voy Ganao, que relata la crisis pesquera de los habitantes de Taganga en Santa Marta. Pero sus integrantes también han acompañado las protestas, los hemos visto en las calles al lado de la gente. Ellos, a través de su arte, la presencia y la resistencia, ayudan a visibilizar estas realidades.

Un artista, en cualquier campo, tiene una ventana para conectar con la gente y tiene que usarla con responsabilidad. ¿Qué vas a mostrar y de qué forma? Hay muchas causas que merecen conocerse. Pero se deben comunicar con una filosofía. ¿De qué sirve un concierto donde solo se diga que todo está mal? Tenemos que proponer alternativas. Ayudar a transformar. Es un compromiso del arte”, dice Andrew, mientras mueve su manos como si estuviera con una batería enfrente.

Tal vez Systema Solar no nació con el plan de crear conciencia social, pero el camino de la música lo llevó a ese territorio. Los referentes de sus integrantes, como explica Walter, “son de carne y hueso”, están ahí, frente a cada uno de ellos, en los cinco lugares del país donde pasaron sus infancias. Su iniciativa artística no es parte de ninguna clase de estudio social, pero sí nace de su sensibilidad como seres humanos. Esa característica que fundamenta la lucha de cualquier líder social.

“El liderazgo es algo que nace de uno mismo, brota de tus dones y tus talentos. Aquí confundimos a los gobernantes con los líderes, pero estos últimos, a diferencia de los primeros, sí que inspiran a la gente –dice DJ Corpas–. Los líderes ofrecen la grandeza que hay dentro de ellos. Y ese proceso es arte, una verdadera religión que te conecta con lo infinito. El problema de la humanidad y del país es que estamos buscando el cambio pero fuera de nosotros. En otra parte. En los demás. Así no es. La sociedad se transforma desde adentro de cada individuo. Por eso todos somos líderes, todos tenemos la capacidad de modificar esta realidad”.

La banda hace parte de luchas como la de Colombia libre de fracking y de la Mesa Nacional del Agua. A sus integrantes les duele que los gobernantes no piensen en los ecosistemas, les duele tanta corrupción, el hambre, el racismo y la inequidad. Pero es en la música donde han encontrado la liberación de ese dolor. “A través del arte mostramos las realidades de las comunidades del país, somos un ducto de información”, explica Walter.

En la protesta estudiantil las canciones de Systema Solar son arengas que promueven el baile y son un impulso para llamar a la unión del país por una causa. Así las marchas, a pesar de la tensión, de la fuerza policial, del puñado de desadaptados que lanzan piedras, se convierten en una fiesta masiva en donde todos los colombianos están invitados a entender, a través de la música, que cada lucha es justa y que cada causa duele. Como dice Alejandro, “gracias al arte, el mensaje de todo líder en cualquier lugar del país se difunde y permanece”.

*Periodista.