ARTE Y MEMORIA

Quebrantos: la obra de Doris Salcedo en memoria de los líderes sociales asesinados

La violencia contra los líderes sociales ocurrió de manera implacable, súbita e inesperada mientras se buscaba la paz. Estos asesinatos se suman a lista de hechos traumáticos que pueblan nuestra memoria.

Doris Salcedo*
13 de diciembre de 2019
La obra de Salcedo, presentada en junio de 2019, trató de materializar a los líderes y lideresas asesinados. | Foto: JUAN FERNANDO CASTRO

Mi trabajo como escultora consiste en diferenciar, marcar y señalar aquellas experiencias dolorosas que somos incapaces de elaborar como sociedad. La naturaleza del trauma nos es esquiva. Para tratar de comprenderla es importante otorgarle una materialidad a través del arte.

Quebrantos, la obra presentada el pasado 10 de junio en la Plaza de Bolívar, trató de materializar, hacer real, el acto de nombrar a los líderes y lideresas asesinados. Constituyó un intento de suspender –aun cuando fuera solo temporalmente– la indiferencia con la que se rodean estas dolorosas muertes, que por desgracia ya son tan cotidianas.

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Resaltar los nombres de estas víctimas es una forma de reconocer la inmensidad de la pérdida sufrida, no solo por sus familias, sino por todos nosotros como sociedad. La muerte de cada persona genera una ausencia y esta ausencia requiere que nos responsabilicemos por los que ya no están, debido a que la única forma en la que pueden existir es en nuestra memoria.

Consideré que la materia apropiada para marcar estas dolorosas pérdidas era el vidrio. El vidrio, al igual que el trauma, corta de manera violenta la piel que nos protege y, al hacerlo, evidencia nuestra vulnerabilidad. Pero el vidrio también es frágil y cuando se quiebra no se puede reparar. Como la vida misma, su daño es irremediable.

Veintiún toneladas de vidrio se quebraron al escribir estos nombres lacerados. Esta escritura-fractura, más allá de las estadísticas y las listas interminables de víctimas, representó, ante todo, un acto simbólico que inscribe con dolor estas muertes en nuestra memoria.

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En colaboración con la Comisión de la Verdad, invitamos a 103 líderes sociales y activistas amenazados a escribir los nombres de 165 de sus compañeros asesinados. Las lideresas y líderes fueron partícipes activos en la elaboración de esta acción de duelo; su colaboración le dio sentido e inteligibilidad a la obra. Además, para contar la historia de su ausencia, era necesario escribir los nombres en el lugar en el que los vivos hacen sus manifestaciones políticas: la Plaza de Bolívar, el corazón político del país.

Esos nombres escritos con vidrio quebrado, bajo la lluvia, reafirmaron la desolación en la que habitan los dolientes y también el resplandor y significado que cada nombre tiene para sus familias.

*Escultora.