PREMIOS LÍDERES

Mejores líderes 2011-2016

La séptima versión del premio se entregará el próximo 11 de octubre, en el Club El Nogal. Este es el recuento de los ganadores en años anteriores.

3 de octubre de 2017
Doris Salcedo, Humberto de la Calle, Elsa Noguera, Falcao, Natalia Ponce de León, Pirry | Foto: Archivo SEMANA

Mejores líderes 2011
General Óscar Naranjo, el voto de confianza 

 
El nombre del general Óscar Naranjo siempre ha estado asociado a grandes hazañas contra el crimen, porque si a alguien le han tocado todas las batallas, es a él. Hizo parte de la persecución a Pablo Escobar y ha participado en la desarticulación de los grandes carteles de la droga: el de Medellín, el de Cali, el del Norte del Valle, y su rúbrica siempre está en los grandes golpes contra las Farc: la captura de Simón Trinidad, los ataques contra Raúl Reyes y el Mono Jojoy, entre otras. Pero lo que mejor lo define como policía no son esas hazañas, sino su vocación de servicio público. Por eso, a pesar de las dificultades que hay en la seguridad ciudadana, Naranjo siempre está en los primeros lugares de confianza, credibilidad y buena imagen del país.

Fue el arquitecto de la Dirección de Inteligencia de la Policía (Dipol), en la cual se han formado varias generaciones de oficiales de élite, con gran nivel intelectual, capaces de actuar de manera estratégica y de largo plazo, lo que ha redundado en los mayores éxitos operacionales contra las mafias. Como director de la Dijín, se preocupó especialmente por fortalecer un sistema de información sobre el crimen en el país, que iluminara el diseño de políticas públicas.

Fue el arquitecto de la Dirección de Inteligencia de la Policía (Dipol), en la cual se han formado varias generaciones de oficiales de élite, con gran nivel intelectual, capaces de actuar de manera estratégica y de largo plazo, lo que ha redundado en los mayores éxitos operacionales contra las mafias. Como director de la Dijín, se preocupó especialmente por fortalecer un sistema de información sobre el crimen en el país, que iluminara el diseño de políticas públicas.

Francisco de Roux, el jesuita descalzo

El sacerdote Francisco de Roux no se imaginaba que cuando decidió, a mediados de los años noventa, salir del mundo intelectual en el que vivía en Bogotá y trasladarse a construir un laboratorio de desarrollo y paz en el Magdalena Medio, estaba inventándose una metodología que sería replicada en todo el país. Su novedoso proyecto sedujo a buena parte de los gobiernos europeos que querían ayudarle a Colombia a superar su crisis humanitaria. Desde una experiencia concreta le ha mostrado al mundo que no puede hablarse de paz, sin hablar de desarrollo y superación de la pobreza.

Durante más de quince años ha tejido con los campesinos de Barrancabermeja, Yondó, Cimitarra y demás municipios de la región un proyecto para fortalecer la economía campesina y el liderazgo de las comunidades acosadas por los grupos armados. Grupos de pescadores, huertas biodiversas, una red de emisoras comunitarias, entre otros. Desde allí logró demostrar que los territorios del conflicto pueden ser lugares donde se pude establecer el diálogo entre los diversos sectores. Le dio un especial protagonismo a la sociedad civil como gestora de la paz, para evitar que los grupos armados sean quienes definan la agenda y la vida de estas comunidades. Y logró mostrarles a los gobiernos una manera diferente de construir Estado desde la base.

De Roux es, en todo el sentido de la palabra, un humanista. Filósofo, teólogo, con maestría en Economía y doctorado en la Sorbona, fue director del Cinep y convirtió a este centro en una cantera del pensamiento social crítico, dedicado especialmente a estudiar los conflictos del país. Ahora como autoridad máxima de la Compañía de Jesús en Colombia, se ha convertido en activo protagonista del renacer del movimiento campesino por la paz y en buscar una solución definitiva al conflicto, rechazando radicalmente cualquier intento de usar la negociación como arma de guerra.

Viviane Morales, fiscal sin miedo

Cuando resultó elegida fiscal, Viviane Morales se trazó la meta de devolverles a los colombianos la confianza en la justicia. A sus 49 años, ha demostrado que tiene el talante para investigar, acusar y romper el círculo vicioso de impunidad que ha sido un lastre para Colombia.

Asumió ese reto en medio de los procesos más escandalosos de corrupción, de violaciones de derechos humanos represados por dos décadas, con una justicia transicional en crisis y una institución de más de treinta mil funcionarios que venía de año y medio de interinidad.

Su vida ha sido solo una: la pública. Abogada constitucionalista, se dio a conocer en el país en el Congreso, donde se le recuerda por sus posiciones liberales y su protagonismo en la aprobación de la ley de cuotas para la inclusión de las mujeres, la de libertad de cultos y la de acciones populares. Instauró también una tutela que evitó que los congresistas que absolvieron al presidente Ernesto Samper fueran investigados, que dio lugar a una sentencia que respalda la inviolabilidad del voto parlamentario.

El paso por el periodismo, en Caracol Radio, le dio una perspectiva más amplia del país. Sus primeras decisiones como fiscal, al conformar su equipo de trabajo, anunciaron que la suya sería una gestión independiente y técnica. Sus ejecutorias, aunque han generado controversia, han sido ejemplarizantes: la captura de algunos funcionarios por el escándalo Agro Ingreso Seguro, por el espionaje ilegal del DAS, por las irregularidades en la contratación en Bogotá y por la red de corrupción en el sistema de salud y en la Dian.

Se ha convertido en una fiscal que no les hace el quite a los casos más espinosos, mientras trata de poner también la casa en orden. Y es claro que no le tiembla la mano para tomar decisiones.
Alejandro Reyes, tirando línea
 
Siendo muy joven, y por esos azares de la política colombiana, Alejandro Reyes estuvo como gobernador encargado del Putumayo. Corrían los años setenta y este abogado de la Universidad Javeriana llegó convencido de que se dedicaría a la sociología y a un tema que lo obsesionaba: el mundo agrario. Eran los tiempos de la Anuc, de la reforma agraria del Incora y de las tomas de tierras que mostraban la encarnizada lucha de campesinos y terratenientes. Como investigador del Cinep hizo denuncias inolvidables, como la cruel persecución que sufrían los indígenas guahíbos en la Amazonia. Y desde el Iepri de la Universidad Nacional fue un pionero en las investigaciones que mostraban el vínculo entre la violencia y la concentración de la tierra. En concreto, realizó la primera documentación exhaustiva sobre cómo el narcotráfico y los paramilitares se apropiaron de las tierras más productivas del país. Luego vinieron las amenazas de Carlos Castaño y el exilio temporal. Y a su regreso retomó con nuevos bríos el tema que lo apasiona.

Sus trabajos han sido proféticos. En su libro más reciente, Guerreros y campesinos, dejó plasmada una ruta posible para enfrentar el problema de la tierra y la violencia. Y tuvo la oportunidad que pocos intelectuales han tenido: llevarla a la práctica.

Fue el cerebro del capítulo de tierras de la Ley de Víctimas y el asesor del Ministerio de Agricultura con más influencia en las políticas de restitución y titulación de tierras que pueden significar un salto histórico en democracia y desarrollo para el país.

Pirry, audacia y sensibilidad 

Guillermo Prieto comenzó su carrera como fotógrafo y redactor de la revista Shock. Luego se hizo notar en la televisión con sus notas sobre deportes extremos en Francotiradores y Noticias RCN. Con su programa El mundo según Pirry (hoy denominado Especiales Pirry), que comenzó a emitirse a partir de 2002, logró una gran notoriedad por su estilo desparpajado, su lenguaje directo y algo coloquial, y el espíritu crítico de sus reportajes, investigaciones y denuncias, que lo han convertido en un héroe entre aquellos que sienten que él expresa lo que ellos quisieran decir. Entre los logros de su programa se encuentran haber alertado al país sobre la posibilidad de que el violador en serie Luis Alfredo Garavito saliera de la cárcel y mostrar la cruda realidad de los más pobres en ciudades como Cartagena y Buenaventura.

Claudia López, ojos que sí ven


Como investigadora acuciosa, Claudia López se dio cuenta de que algo olía mal en las elecciones al Congreso de 2002, donde había una curiosa concentración de votos en varias regiones, algo que había pasado inadvertido por casi dos años. Cuando cruzó esos datos con los de la presencia paramilitar, se dio cuenta de que coincidían perfectamente. Y empezó a investigar qué había pasado. Así nació el proceso de la parapolítica, que reveló la impresionante penetración de la mafia en el Estado colombiano. Desde entonces, se ha convertido en referente obligado en el análisis político y electoral del país y en fuente permanente de denuncia contra el crimen organizado. Como columnista de prensa y radio, siempre está en el centro de la controversia, y aunque tenga detractores, la historia le ha dado la razón en la mayoría de sus denuncias.
Alba Stella Barreto, un banco de capital humano 
Hace 24 años, cuando la hermana Alba Stella Barreto llegó al distrito de Aguablanca, este era un sector segregado en Cali, donde la gente vivía en la miseria absoluta. Entonces se dedicó a potenciar el capital humano de las mujeres como factor de desarrollo de este sector. La educación, el liderazgo y las oportunidades laborales que han encontrado muchas mujeres en la Fundación Paz y Bien les han cambiado la vida a ellas y a sus hijos, ya que la hermana Barreto ha puesto mucho énfasis en los últimos años a los procesos de justicia restaurativa.

Su experiencia la llevó a concluir que una de las trampas más fuertes de la pobreza no es la falta de talento sino la falta de crédito. Había capital humano, pero no capital de trabajo. Por eso lideró una de las experiencias pioneras de microcrédito en el país, con un verdadero significado social, que hoy se cristaliza en la Cooperativa Semilla de Mostaza, que ha beneficiado a más de dos mil personas.

Alejandro Gaviria, ideas que fluyen 

Al principio, todos pensaban que Alejandro Gaviria iba a ser constructor de grandes obras de ingeniería, pues para eso había estudiado. Pero muy pronto se inclinó por la Economía, con una maestría en la Universidad de los Andes y un doctorado en la Universidad de California. Gaviria combina como pocos el análisis económico con el político, y le hace honor a una rica tradición de economistas colombianos de gran vuelo intelectual. Como investigador de Fedesarrollo y como Decano de Economía de la Universidad de los Andes, ha sido un agudo analista de las políticas sociales, y la pobreza y desigualdad en Colombia.

Es uno de los columnistas más leídos en el país y sus artículos semanales en El Espectador sorprenden por la mirada novedosa, crítica y profunda que revelan. Aunque tuvo un fugaz paso por el sector público, uno de sus fuertes es la independencia de criterio y encarna un pensamiento liberal de centro.

Mejores líderes 2012

Fernando Tamayo, adelantado a su tiempo 

En los años sesenta el doctor Fernando Tamayo decidió dedicarle sus esfuerzos y su vida a la planificación familiar, un tema que la sociedad de la época, muy conservadora y puritana, consideraba como un tabú. Su diagnóstico era simple. Una gran parte de la población no contaba con información científica sobre la salud sexual y reproductiva, no conocía sus derechos sexuales, y sus decisiones estaban marcadas por prejuicios religiosos y culturales. Tamayo se trazó como meta ofrecerles a los colombianos información y herramientas para que pudieran decidir el número de hijos que querían tener y en cuál momento de sus vidas.

A pesar de los consejos y advertencias de amigos que le decían que se estaba metiendo en camisa de once varas, Tamayo siguió adelante en su idea y en 1965 fundó Profamilia, entidad que transformó la visión y la práctica de los derechos sexuales y reproductivos en un país dominado por el desconocimiento del tema y los dogmatismos religiosos. Desde entonces se disminuyó drásticamente la cifra de hijos de una familia promedio colombiana, un factor de enorme trascendencia en el desarrollo del país.

A través de su labor de cinco décadas, el doctor Tamayo ha hecho aportes fundamentales en el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos. Su trabajo y liderazgo permitieron que Colombia se convirtiera en un ejemplo en el control de la natalidad, y que las mujeres ganaran importancia por el papel que desempeñan en la familia y la sociedad.

El doctor Tamayo, de 91 años de edad, es presidente honorario de Profamilia, entidad que en la actualidad cuenta con 34 centros de atención debidamente equipados en 29 ciudades, donde se informa y atiende a pacientes de todas las condiciones sociales. Además la entidad lleva a cabo brigadas de salud en regiones apartadas y barrios marginales de las grandes ciudades.

Radamel Falcao García, el talento y la disciplina 

Por fuera de la cancha es un hombre tranquilo, apacible, amable. Pero adentro se le ve siempre con los labios apretados y el arco rival metido entre ceja y ceja. Pocas veces aparece en el ámbito del deporte colombiano un personaje que deslumbre al mundo en los escenarios deportivos con sus ejecutorias: goleador del Atlético de Madrid, actual campeón de la Liga Europea, es el jugador que más goles ha anotado en una sola temporada de un torneo europeo, récord que alcanzó con el FC Porto en la Liga Europea de la UEFA en la temporada 2010-2011.

Falcao es hijo de Radamel García, un conocido futbolista de los años setenta, y desde muy joven estuvo enfocado al fútbol. Se formó en Millonarios, de Bogotá, y pasó a las divisiones inferiores del club River Plate, de Buenos Aires, donde debutó en la primera división en 2005 y se convirtió en uno de los ídolos del equipo argentino. De allí saltó al fútbol europeo en 2009 cuando el Porto, de Portugal lo compró por casi 4 millones de euros. Fue tan sobresaliente su actuación con el equipo lusitano, que en agosto de 2011 Atlético de Madrid pagó 45 millones de euros por su pase. Su actual equipo se coronó campeón de la Europa League con dos golazos suyos en la final ante Athletic de Bilbao.

Pero este liderazgo que ejerce en la cancha va a la par con otro tipo que no suele ser la norma de los deportistas colombianos de éxito. Falcao García le ha enseñado a los jóvenes colombianos que se puede ser feliz siendo un buen miembro de familia y de la sociedad. De Falcao nunca se ha conocido un mal comportamiento, dentro ni fuera de la cancha. Desde su debut a los 13 años hasta hoy, se ha caracterizado por un ser jugador ejemplar.

Falcao, además, se ha convertido en el gran símbolo de la selección colombiana de fútbol que busca un cupo al Mundial de Brasil de 2014. 

Rodolfo Llinás, todo un cerebro 

Tal vez ningún científico colombiano ha alcanzado la relevancia mundial del profesor Rodolfo Llinás, quien ha realizado avances extraordinarios en el conocimiento del cerebro humano y se ha convertido en una autoridad mundial en neurociencia. En su concepto, el conocimiento acerca del funcionamiento del cerebro y su interacción con la realidad es precario. Por ese motivo se ha trazado una meta: “Que la neurociencia se aventure a cuatro órdenes de magnitud y no sólo se quede en lo microscópico, y que así podamos no sólo saber sobre el cerebro, sino entenderlo, porque mientras más comprendamos la portentosa naturaleza de la mente, el respeto y la admiración por nuestros congéneres se verán notablemente enriquecidos”.

Rodolfo Llinás, un bogotano de familia barranquillera, nació en 1934, estudió Medicina en la Universidad Javeriana y es doctor en neurofisiología de la Universidad Nacional de Australia. Varias veces postulado al premio Nobel de Medicina y Fisiología, en la actualidad es profesor de Neurociencia y jefe del Departamento de Fisiología y Neurociencia de la Universidad de Nueva York. Es asesor de la NASA, y miembro de las academias de Ciencia de Estados Unidos, Francia, España y Colombia. La Universidad de Nueva York (NYU) le otorgó la distinción a “un profesor sobresaliente” por su “brillantez” y lo cataloga como formador de la siguiente generación de neurocientíficos de la elite.

Ha publicado 14 libros y más de 500 investigaciones. Pero su interés ha ido más allá del ámbito académico. Para divulgar los resultados de sus trabajos, que cruzan las fronteras del conocimiento actual de la neurociencia, utiliza metáforas cósmicas y lú dicas para que sus conocimientos lleguen a públicos más amplios. Prueba de ello, su libro El cerebro y el mito del yo, que prologó Gabriel García Márquez. 

Sergio Fajardo, el poder del conocimiento 

Demostrar que el conocimiento, por encima del dinero, debe ser el factor de movilidad social del país, ha sido el gran aporte de Sergio Fajardo a la política. En 2003 era prácticamente un desconocido cuando ganó la alcaldía de Medellín con una campaña de poco dinero hecha en la calle, apelando al voto libre y racional del ciudadano. Gobernó con una estrategia de desarrollo alrededor del conocimiento, cuyos énfasis en educación, ciencia y cultura transformaron a Medellín, la ciudad del país más golpeada por la mafia, la violencia y la cultura del dinero fácil.

Lo más importante es que implementó dicha estrategia desde una visión política altamente incluyente, por lo que las comunas más marginales de la ciudad recibieron una inversión histórica. Todo ello dentro de una filosofía de confianza en lo público, que se reflejó en un gabinete elegido por sus méritos y no por cuotas.

Fajardo es matemático de la Universidad de los Andes (donde también fue docente), con maestría y doctorado en la misma área de la Universidad de Wisconsin. En los años noventa fue miembro de la comisión facilitadora de paz de Antioquia y estuvo en diversas comisiones creadas para impulsar la ciencia y la calidad de la educación, que son los temas que lo apasionan. También incursionó en el periodismo.

En 1999 creó su propio movimiento político, Compromiso Ciudadano, donde confluyeron sectores muy diversos de Medellín, desde empresarios del Sindicato Antioqueño, hasta las ONG de derechos humanos de la ciudad. Se presentó como candidato a la Presidencia para la primera vuelta en 2010 pero obtuvo una baja votación, por lo que se unió al Partido Verde y de esta manera Fajardo se convirtió en fórmula vicepresidencial de Antanas Mockus para la segunda vuelta, en la que enfrentaron al hoy presidente Juan Manuel Santos.

Volvió al ruedo para la Gobernación de Antioquia el año pasado y sorprendió al derrotar a los políticos tradicionales con la votación más alta del país: 900.000 sufragios, y se ha convertido en la piedra en el zapato para los sectores acostumbrados al manejo corrupto del departamento.

Virgilio Barco Isakson, capitalismo con corazón

Aunque a Virgilio Barco Isakson se le conoce sobre todo por su labor en la Fundación Colombia Diversa, desde que ha luchado por el reconocimiento de la diversidad sexual y los derechos de las comunidades LGTBI, su labor en la banca de inversión social no ha sido menos importante.

Politólogo de la Universidad de Harvard, con un MBA del Instituto Tecnológico de Massaschussets (MIT) y una maestría en Economía de la Universidad de Nueva York (NYU), Barco Isakson es el director ejecutivo de Invest in Bogotá, empresa que ha reclutado inversionistas para el sector social del país. Esta agencia fue calificada por el Banco Mundial como la mejor agencia de inversión de un país en desarrollo, y entre sus logros está haber triplicado el número de empresas con interés en emprendimientos sociales radicadas en Bogotá.

Ramiro Osorio, pensando en grande 

De bajo perfil y pocas palabras, a Ramiro Osorio le gusta comunicarse a través de los resultados. Su comprensión empresarial y política de la cultura le ha permitido innovar. Su nuevo reto ha sido impulsar la cultura de alta calidad como director del Teatro Mayor y el Estudio, que hacen parte del Centro Cultural Julio Mario Santo Domingo de Bogotá. Para lograrlo ha puesto en marcha una muy exitosa estrategia de colaboración público-privada, que en la programación del teatro demuestra que Colombia puede acceder a lo mejor de la cultura mundial.

Fue el primer ministro de Cultura de Colombia (entre 1988 y 1999), y cofundador del Festival Iberoamericano de Teatro. También ha sido consultor de la Unesco y forma parte de juntas directivas y consejos asesores en diversos países, entre ellos la Biblioteca Nacional de España.

Gonzalo Sánchez, el guardián de la memoria 

Gonzalo Sánchez ha dedicado su vida a tratar de explicar por qué la violencia ha persistido tanto en la historia reciente de Colombia. Este historiador, nacido en Líbano, Tolima, publicó (junto a Donny Marteens) Bandoleros, gamonales y campesinos,el texto de referencia obligado sobre la violencia. A principios de los noventa Sánchez lideró un equipo de intelectuales conocidos como ‘los violentólogos’ que le dieron un marco de interpretación al conflicto interno: la violencia persistente como consecuencia de un déficit de democracia. Hoy la tarea de Sánchez es construir un gran fresco de memoria del conflicto desde el Centro de Memoria Histórica, donde está tejiendo con una metodología incluyente y pluralista la tarea pendiente de reconciliar a los colombianos. En sus manos están proyectos como el Museo de la Memoria del Conflicto y los acuerdos por la verdad en los que participarán por lo menos 2.000 desmovilizados.
José Yunis, desarrollo y conservación
Para José Yunis la biodiversidad debe defenderse, sin olvidar que el desarrollo también es necesario para el país. Por ese motivo, como representante en Colombia de la ONG The Nature Conservancy (TNC) ha desarrollado tres proyectos de gran relevancia. Un esquema de Compensaciones Ambientales que le permite al Gobierno evaluar la magnitud del daño ambiental provocado por cualquier proyecto; una propuesta con visión ambiental para el manejo integrado de la cuenca del Río Magdalena, y un atlas ambiental de Colombia, con información geográfica del patrimonio natural y cultural, superpuesta a los proyectos de infraestructura que pueden llegar a afectarlo.

Abogado de profesión, Yunis cursó estudios de postgrado en Harvard y la Universidad de los Andes. Ha trabajado en el Banco Mundial, el Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales y el Ministerio de Medio Ambiente de Colombia.

Mejores líderes 2013

Javier Gutiérrez, el visionario 

Ingeniero civil, magíster en Ingeniería Industrial de la Universidad de los Andes y especializado en Finanzas de la Universidad Eafit, Gutiérrez también dejó una huella en Interconexión Eléctrica S.A ISA, empresa de la que fue gerente general con logros similares, tanto en lo empresarial como en lo social.

En consonancia con los retos de infraestructura de Colombia, Gutiérrez ha concentrado sus esfuerzos en encontrar más petróleo y aumentar las reservas del país. También en consolidar una posición exportadora, que le permita a Ecopetrol escalar posiciones en los mercados internacionales.

Sin embargo, sus preocupaciones no son solo económicas. Le obsesiona apostar por combustibles limpios, como el diésel que hoy en día se distribuye en el país, y mantener el clima de concertación laboral que vive en la empresa. A ello han contribuido políticas como el aumento del 25 por ciento del presupuesto para la capacitación de los trabajadores.

Gutiérrez es un convencido de la paz y de la inclusión social, y por eso Ecopetrol, que hace presencia en las zonas de mayor conflicto, apoya iniciativas como los Programas de Desarrollo y Paz que impulsan la participación, los derechos humanos, la tolerancia y la democratización en las regiones. Un apoyo que, sin duda, se verá multiplicado cuando la guerra termine definitivamente.

Humberto de la Calle, el pacificador 

Cuando el presidente Santos nombró a Humberto de la Calle como cabeza del equipo que representaría al gobierno en las conversaciones con la guerrilla en La Habana, hubo suspiros de alivio. Pocos nombres como el suyo reúnen el consenso necesario como para delegarle una tarea de la magnitud de ponerle fin a la guerra.

De la Calle ha demostrado que es el líder indicado. Ha combinado la discreción sobre los contenidos de los diálogos con la transparencia necesaria para que los colombianos sepan si estos van por buen camino. Gracias a su tono firme y sereno la opinión pública ha ido incrementando su fe en el proceso, sin llegar a triunfalismos. También ha logrado mantener la disciplina de la Mesa, pues se han cumplido las reglas del juego pactadas de antemano. Sin prisa, pero sin pausa, logró sacar adelante el primer punto de la agenda, el agrario, que era el más largo y difícil.

A De la Calle le ha correspondido también hacer pedagogía con grupos clave del país, como el empresariado, y deshacer los prejuicios que se han tejido en torno al proceso de paz. Todo ello con la autoridad que le da su larga trayectoria en la vida pública como exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia, exministro de Gobierno, ex vicepresidente de la República y exembajador en España, Reino Unido y la OEA. Su capacidad negociadora está probada de tiempo atrás cuando, como ministro del Interior, le tocó ser el arquitecto de la Asamblea Nacional Constituyente y proponer las normas que permitieran la participación política de las guerrillas que acababan de dejar las armas a principios de los noventa. También hizo parte de los fallidos diálogos con las Farc y el ELN en México en 1992. Allí aprendió que el éxito de una negociación depende en buena medida de discutir una agenda concreta y no salirse de ella. Como lo está haciendo ahora.

José Pékerman, el gran estratega

Después de 12 años de frustraciones, Colombia vuelve a soñar con regresar a la Copa Mundo de fútbol. Y detrás de esa empresa que hasta hace poco parecía improbable, está un hombre silencioso, que suele hablar con resultados y que prefiere mantenerse alejado de las cámaras y los micrófonos: José Pékerman.

Con la premisa de construir sobre lo hecho, el director técnico de la Selección Colombia ha aprovechado al máximo el trabajo que hicieron sus antecesores, al imprimirle en el año y medio que lleva con el equipo, más velocidad y, sobre todo, mucha más eficacia y contundencia en el ataque.

A su lado, hay una generación de jugadores de gran talento deportivo como Radamel Falcao García, James Rodríguez y Juan Guillermo Cuadrado, que a su vez han aprovechado los conocimientos del técnico para explotar al máximo sus habilidades.

Pékerman nació el 3 de septiembre de 1949 en Villa Domínguez, provincia de Entre Ríos. Debutó el 21 de agosto de 1966 en Argentinos Juniors y en 1975 fue transferido al Deportivo Independiente Medellín, pero una lesión lo obligó a dejar el fútbol cuando apenas tenía 28 años. Regresó a su país y desde 1981 se convirtió en director técnico de divisiones inferiores como Chacarita Juniors, Argentinos Juniors y Colo Colo, de Chile. En 1994 presentó un proyecto para dirigir las selecciones juveniles de Argentina, ganó la convocatoria abierta por la Asociación de Fútbol de ese país, y se coronó campeón en los mundiales juveniles de Malasia, Qatar y Argentina. Finalmente, en 2004 se encargó de la Selección absoluta de Argentina, con la que llegó a cuartos de final del Mundial de Alemania 2006. Al terminar el Mundial renunció a su cargo y se fue a México a dirigir primero el Toluca, y luego los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Y desde 2012 está al frente de una selección que tiene camino al Mundial de Brasil.

Bruce Mac Master, el incluyente 

Por primera vez en 20 años, los índices de desigualdad de Colombia han mejorado y la pobreza, especialmente la extrema, tiene una tendencia a la baja. Estos resultados se deben, entre otros factores, a las políticas de inclusión social del gobierno y a la nueva institucionalidad creada para este fin: el Departamento de Prosperidad Social que dirige Bruce Mac Master.

El año pasado, Mac Master tuvo que combinar esta tarea con la de ser el alcalde encargado de Cartagena. Le bastaron unos meses para poner en orden la administración de la ciudad y ganarse la confianza de los cartageneros, que reconocen su compromiso con las poblaciones más marginadas.

Y es que Mac Master no es nuevo en las lides sociales. De hecho es copresidente del Consejo de Agenda Global en Innovación Social del Foro Económico Mundial; hizo parte de iniciativas como Compartamos por Colombia y de la Fundación Granitos de Paz; y fue presidente de la junta directiva de la Fundación Pies Descalzos.

Mac Master nació en Cartagena, estudió economía en la Universidad de los Andes y realizó una maestría en Desarrollo Económico. En el sector privado, se desempeñó en bancas de inversión, como gerente financiero y presidente de juntas directivas en diversas empresas involucradas en el desarrollo, y ha traído esta experiencia al sector público. Entre 2011 y 2012 también fue viceministro de Hacienda.

En el Departamento para la Prosperidad Social, además de la atención a poblaciones vulnerables, y de acoger a instituciones como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Mac Master ha tenido el reto de diseñar y hacerles seguimiento a las complejas políticas de reparación a las víctimas del conflicto armado, pues de su oficina depende la Unidad de Víctimas, así como el Centro de Memoria Histórica y la Unidad de Programas de Consolidación en zonas de conflictos. Su papel, en últimas, es preparar al país para sanar en lo social las profundas huellas que dejan una larga guerra y una atávica inequidad.

Doris Salcedo, arte para sentir y pensar 

Doris Salcedo se ha convertido en los últimos años en la principal exponente del arte contemporáneo colombiano. Sus obras conceptuales nacen de una visión sentida y crítica de la violencia que ha vivido el país.

Salcedo explora la memoria, el trauma, las huellas que ha dejado la guerra en la conciencia nacional. Shibboleth I, la gran grieta, una de sus obras más importantes, fue expuesta en la galería Tate Modern de Londres en 2007, donde fue aclamada por la crítica mundial. Sus 1.550 sillas de madera, que evocan el holocausto del Palacio de Justicia, se exhibieron en la bienal de Estambul así como en la Plaza de Bolívar. Trabajos suyas forman parte también de las colecciones permanentes de los grandes museos del mundo. Pero su mayor logro es haber construido obras que convocan a entender solidariamente el drama de la guerra.

Guillermo Rivera, al lado de las víctimas 

Su nombre está asociado de manera indisoluble al de las víctimas el conflicto. Como representante a la Cámara, liberal, y por su departamento el Putumayo, fue uno de los congresistas más comprometidos con la aprobación de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, que ha posibilitado reparar por lo menos a 150.000 de ellas. Pero su trabajo no ha parado allí. El semestre pasado logró que se aprobara un banco genético para la búsqueda de los desaparecidos y que se reconozcan derechos hasta ahora limitados a los familiares de estos.

Su compromiso con el proceso de paz lo ha convertido en uno de los congresistas que más activamente ha participado en las mesas locales de consulta con las comunidades acerca de la agenda de La Habana, siempre con la bandera de las víctimas por delante. En 2010 fue elegido por sus compañeros como el mejor legislador del periodo.

Elsa Noguera, empuje y transparencia 

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