PREVENCIÓN
La cervecería que es ejemplo en prevención de consumo de alcohol en menores de edad
El consumo de alcohol por parte de los niños es un problema de todos: no solo del Estado, también de las familias y, desde luego, del sector privado. La iniciativa de Bavaria es ejemplar.
Según la organización Nuevos Rumbos, siete de cada diez menores de edad en Colombia han consumido alcohol alguna vez; es más, el 47 por ciento lo hizo, por primera vez, en presencia de sus padres. Y otro dato adicional: 13 años es la edad de inicio de consumo de alcohol.
Teniendo en cuenta esto, varias instituciones gubernamentales y organizaciones han desarrollado proyectos para mitigar este impacto. Sin embargo, el trabajo no se completa si el sector privado y, específicamente, el sector de las bebidas alcohólicas no se unen a estas iniciativas. Ciudad Piloto, una idea global de AB-Inbev, involucra a la empresa privada, los gobiernos y organizaciones de la sociedad civil para contribuir a la reducción del consumo nocivo de alcohol. En Colombia, el cumplimiento de este objetivo liderado por Bavaria se materializa a través de Ciudad Piloto Bogotá, que está conformada también por la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia, la Secretaría de Educación del Distrito, la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes y el Banco de Desarrollo de América Latina.
Con esta iniciativa se ha buscado reducir el consumo de alcohol en menores de edad a través de la prevención en población escolar. Para esto, se implementaron programas que vincularon a la comunidad educativa donde se logró impactar a más de 10.000 menores de edad en 60 colegios de nueve localidades.
Teniendo en cuenta que en muchos casos el consumo de alcohol en menores de edad es normalizado por los adultos, Ciudad Piloto Bogotá consolidó un mensaje claro transmitido a la fuerza de ventas de Bavaria y a los establecimientos de comercio: “La cerveza es para adultos, adultos”. Un mensaje que ha llegado a más de 40.000 puntos de venta con un llamado concreto: pedir siempre la cédula. Así, se ha incrementado la percepción del riesgo asociado al consumo de alcohol con un cambio en el atractivo que perciben los menores de edad por consumirlo. De esta forma, se dan pasos firmes en un cambio cultural muy importante.