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A demoler el símbolo de Escobar

La historia de este personaje causa morbo y fascinación. Los turistas pagan por hacer ’narcotours‘. ¿Qué tal un recorrido a la inversa? Este es un tour a través de las víctimas.

Pedro Correa*
24 de agosto de 2017
El Museo Casa de la Memoria se inauguró en 2010 para recordar el doloroso pasado que ha marcado al país y propiciar la reflexión sobre las violencias que padece Medellín. | Foto: Juan Fernando Cano

"Heroico y mítico”. Esa es la errada visión que tienen muchos turistas de Pablo Escobar Gaviria, el narcotraficante más buscado del mundo, el más sanguinario de la historia colombiana, el mismo que fue abatido por el Bloque de Búsqueda de la Policía y el Ejército nacionales el 2 de diciembre de 1993. Aún hoy, casi 24 años después, la historia del capo cobra vigencia para muchos de los visitantes que llegan a Medellín y hacen parte de los ‘narcotours’, una oferta turística que recorre lugares de la capital antioqueña y recuerda las supuestas ‘hazañas’ de Escobar. Pero durante esta peculiar peregrinación no se habla de las más de 5.500 víctimas que murieron en medio de la actividad criminal del capo.

Desde que tomó las riendas de la Alcaldía de Medellín, Federico Gutiérrez no ha medido sus palabras para criticar el usufructo de ese relato parcial e impreciso de una de las épocas más aciagas de Medellín. “Promocionar un ‘narcotour’ es muestra del gran déficit moral que padecemos como sociedad”, dijo el mandatario en noviembre de 2016, cuando Air Panamá ofreció el ‘Medellín Narcos Tour’. Días después la agencia se disculpó. Tampoco le tembló la voz el pasado marzo, cuando el rapero estadounidense Wiz Khalifa publicó varias fotos en su visita a la tumba del narcotraficante. “Ese sinvergüenza en vez de haberle llevado flores a Pablo Escobar le tuvo que haber llevado flores a las víctimas de la violencia”, dijo el alcalde, quien en mayo de 2017 anunció su intención de demoler el edificio Mónaco (donde vivió la familia del capo) y construir allí un parque en memoria de las víctimas del narcotráfico.

Al Mónaco –la estructura de ocho pisos hoy deshabitada y en ruinas, en cuyo portón también se tomó una selfi, orgulloso, Wiz Khalifa–, ubicado en el exclusivo barrio El Poblado, llegan diariamente varios vehículos con turistas. El guía del tour cuenta que en enero de 1988, cuando los familiares de Escobar habitaban el lujoso inmueble, el cartel de Cali detonó ahí 80 kilos de dinamita. El carrobomba, que dejó tres muertos y diez heridos, anunció la más sangrienta guerra entre carteles de la droga en Colombia.

No perder la memoria

Del lado opuesto a la realidad perversa que presentan los ‘narcotours’, se encuentra la propuesta del Museo Casa de la Memoria, dirigido por Adriana Valderrama e inaugurado en 2010 para recordar ese doloroso pasado que ha marcado al país y propiciar la reflexión sobre las violencias que padece Medellín. “Ese discurso que exalta lo que hizo Escobar seguirá. Nuestra idea es otra, tratamos de mostrar la cara que no ven usualmente los turistas y los invitamos a que reflexionen, que comprendan qué pasó aquí, por qué esta ciudad es resiliente y cuál fue la tragedia de la que salimos”, dice Valderrama.

El museo, que se había concentrado en el conflicto entre guerrillas, paramilitares y Estado, ha articulado para 2017 un trabajo con dependencias municipales encargadas del turismo, la seguridad, la cultura, la educación y la infraestructura. A partir de ello, está consolidando una investigación sobre Medellín de las décadas de los setenta, ochenta y noventa, matriz y clímax de la violencia del narcotráfico.

Esto se convertirá en una gran muestra museográfica que saldrá a escena el próximo noviembre y estará exhibida todo 2018. También comprende una agenda académica y cultural nutrida por 11 procesos creativos en teatro, narrativas audiovisuales, recorridos de memoria y estrategias pedagógicas, entre otros, propuestos por los ganadores de las becas a la creación que el museo ofreció al inicio de este año con el nombre ‘Estímulos Medellín de los 70, 80 y 90’.

La fase más ambiciosa, llamada ‘Medellín es un paisaje de memoria’, se realizaría entre 2018 y 2019. Esta no solo pretende fortalecer a los operadores turísticos en recorridos de memoria, sino también transformar lugares como el edificio Mónaco, que hoy está a cargo de la Policía Nacional. Si las gestiones de la Alcaldía llegan a buen término, la demolición de esa construcción será un hecho. Y posiblemente ese lugar se convertirá en una parada obligada para aquel visitante que busque exaltar y conmemorar, como pocas veces se ha hecho en el país, la memoria de las víctimas de Escobar, verdaderos héroes de esa época oscura que padeció Medellín. Wiz Khalifa, estás cordialmente invitado.

*Periodista.