FIDUCIARIAS

El sector fiduciario afianza su crecimiento en Colombia

Este crece como un robusto roble en el país y su buen desempeño parece no tener límites en el corto plazo. Hoy, más de 24.000 negocios son administrados por él. ¿A qué se debe el auge?

Juan Manuel Navarro
16 de agosto de 2019
Desde 2012, las fiduciarias han tenido un crecimiento a dos dígitos. | Foto: iStock

Las fiduciarias están frente a usted. Si levanta la vista tal vez vea un edificio que pudo haber sido construido con la participación de una fiduciaria o, a lo mejor, usted tiene un fondo de pensiones con alguna de ellas.

Las fiduciarias están en todos lados y ahí seguirán; así lo demuestra su crecimiento a doble dígito desde 2012, que les permite hoy manejar más de 34 billones de pesos en activos. Aunque el crecimiento de todo sector tiene un tope, pareciera que el fiduciario está lejos de su límite. Hay dos razones principales para pensarlo, su afianzamiento dentro de la economía colombiana, y las ventajas del segmento en nuestro país.

Las fiducias son un gigante. Los recursos que manejaron en 2018 equivalen al 52 por ciento del PIB, y su principal componente, los Fondos de Inversión Colectiva (FIC) tuvieron 1,6 millones de encargos el año pasado. Hoy, en Colombia existen 24.065 negocios administrados por ellas, y en la última década los recursos bajo su administración se triplicaron. Esta figura se ha expandido y afianzado por el poder del mercado y por la credibilidad que les genera a los consumidores.

Por otro lado, me gustaría destacar tres características de esta industria. La primera se refiere a la población. En Colombia, solo el 3 por ciento de las personas tienen un FIC, mientras que en Chile esa cifra es del 13 por ciento. Es decir, aún hay un gran mercado para este gigante. La segunda, las normas han contribuido a la especialización de estas entidades y a que sean muy confiables puesto que cuentan con regulaciones más estrictas. Finalmente, hay muchos aspectos por corregir, la industria aún está lejos de su mejor versión: existe una visión sobreprotectora que puede desconocer la vocación de ciertos vehículos de inversión; hay reglamentos que necesitan alto grado de tecnificación para poder ser entendidos; y la especializacion enfrenta algunas barreras, que se traducen en incentivos negativos para los vehículos de ahorro e inversión.

Pero en Colombia, sin duda, las fiduciarias son un roble que ya echó raíces y que aún tiene mucho por crecer.