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Colombia es el productor y exportador de carbón y esmeraldas más importante de América Latina, y el cuarto en níquel.
Colombia es el productor y exportador de carbón y esmeraldas más importante de América Latina, y el cuarto en níquel. | Foto: León Darío Pelez

Análisis

Colombia, la puerta a una minería competitiva y sostenible

El país brilla ante el mundo por su minería moderna, rentable y tecnológicamente sustentable. Según la Asociación Colombiana de Minería, el sector podría atraer una inversión superior a los 15 billones de pesos y generar 35.000 nuevos empleos.

28 de septiembre de 2020

Por Juan Miguel Durán Prieto*

Colombia es el productor y exportador de carbón y esmeraldas más importante de América Latina, y el cuarto en níquel. Con una oportunidad dorada para el oro y el cobre, el país brilla ante el mundo como la puerta a una minería moderna, rentable, competitiva, ambiental - mente sostenible y tecnológica - mente sustentable. Un sector que le suma al país bienestar, desarrollo, crecimiento económico, generación de empleo de calidad, y pago de impuestos y regalías, además de importantes inversiones en materia social y ambiental.

Las empresas del sector minero aportaron en los primeros siete meses de 2020, más de 1,1 billones de pesos en regalías. Desde 2012 esta cifra supera los 15 billones de pesos. Adicionalmente, el sector minero genera 350.000 empleos directos y cerca de un millón de empleos indirectos, consolidándose como uno de los ramos estratégicos para la recuperación económica de Colombia.

EL ORO, UN ACTIVO REFUGIO

De acuerdo con la información del Servicio Geológico Colombiano, la formación geológica en el cinturón de la cordillera de los Andes permite variados ambientes geológicos, que muestran una tendencia metalogénica altamente favorable para prospectos y depósitos metálicos, especialmente de oro y cobre. Trabajos exploratorios han permitido descubrir algunos depósitos de oro de clase mundial, con tenores variables en recursos medidos que pueden superar hasta 20 gramos por tonelada, muy superiores a los que se encuentran en la generalidad de proyectos de este mineral.

En cuanto al cobre, si bien Colombia es un país poco explorado para yacimientos de este mineral, su potencial cuprífero ha incentivado importantes campañas de exploración y, con el inicio de nuevas operaciones en los próximos años, se espera incrementar su producción. En este punto es importante contrastar el potencial de Colombia con el decaimiento en la producción de este mineral que en el mediano y largo plazo afrontarían países como Perú y Chile, especialmente este último, lo cual abre una gran ventana de mercado.

Si revisamos el mercado mundial de los principales minerales y sus tendencias a futuro, podemos ver que los precios cumplen un papel fundamental en las inversiones en exploración minera. La tendencia al alza del precio del oro, por ejemplo, se ha incrementado en tiempos de la pandemia al pasar de 1.359,04 dólares por onza troy en junio de 2019, a 1.732,22 dólares en junio de 2020, e incluso podría sobrepasar los 2.000 dólares en el mes de agosto de 2020. Durante los periodos de crisis económicas o de alta incertidumbre en los mercados financieros, como el actual, el oro actúa como activo refugio, lo que conduce a incrementos en su precio.

LA OPORTUNIDAD DEL COBRE

El desarrollo de nuevas tecnologías para la generación de energías alternativas (eólica, solar, etcétera), requiere diversos insumos, entre ellos el cobre, el cual se ha identificado como uno de los minerales con mayor potencialidad para apoyar este proceso de transformación energética. En lo que respecta a su precio, el cobre pasó de 5.709,44 dólares por tonelada en agosto de 2019, a alcanzar los 6.500 dólares en agosto de 2020. El sector minero es clave para la reactivación sostenible, pero su impacto dependerá del avance de los diferentes proyectos mineros. La Agencia Nacional de Minería desempeñará un papel esencial como autoridad, con tareas estratégicas como la promoción de la inversión en el país y en el exterior, apertura de nuevos mercados, reserva de áreas con potencial minero, procesos de selección objetiva de dichas áreas, asistencia técnica a las MiPymes mineras, mejoramiento de las prácticas mineras y desarrollo de una cultura de prevención. Y no menos importante, desarrollo de actividades de entrenamiento y capacitación en materia de seguridad y salvamento minero, determinantes para asegurar el flujo de inversiones.

*Presidente de la Agencia Nacional de Minería