Los amantes de la moda también merecen un descanso

A las seis de la mañana empieza el movimiento en el sobrio e imponente edificio que adorna la Avenida el Poblado. Se acerca la fecha de la feria de moda más importante del país, y Medellín se prepara para recibir a sus invitados: empresarios, diseñadores independientes, marcas consolidadas, fotógrafos, periodistas, fashion bloggers, compradores y aficionados.

Mientras la capital antioqueña se mueve velozmente a la espera del evento, el personal del hotel cinco estrellas, ícono de la ciudad, ubica delicadamente en cada habitación una canasta con granadillas, acompañadas de una nota en la que dan la bienvenida a la ciudad y explican que esta es la fruta de la abundancia porque se esponja cuando se abre.

Desde sus inicios, el Dann Carlton ha sido el hotel predilecto de los visitantes que vienen a participar en la feria. Aquí siempre hay un detalle adicional para cada uno de ellos, y eso, como lo afirma el director de mercadeo, Daniel Zapata, hace la diferencia. “Cuando un huésped llega a su habitación y encuentra una nota de bienvenida o un detalle que no espera, es algo que siempre recordará”.

Durante el evento, en cada rincón se siente el clima fashion: los carritos de equipaje se transforman, hay un gran letrero que dice: ‘Bienvenidos a la capital de la moda’, regalos en las habitaciones, exposiciones de diseñadores (en su mayoría colombianos, con quienes se hacen alianzas estratégicas), promociones extendidas, ruletas de premios. Se trata de crear un ambiente de fiesta y de ser un espacio para promocionar talentos nacionales.

El hotel es un referente en la ciudad, un espacio que guarda un perfecto balance entre tradición y vanguardia. Conserva su estilo clásico sin dejar de lado la innovación, con espacios digitalizados y acabados impecables. Entre sus prioridades está el cuidado del medioambiente, aquí se procura implementar una cultura del mayor ahorro posible de los recursos y se invita a los huéspedes a hacerlo.

En agosto el gran Dann Carlton Medellín cumplirá 20 años. Sus pasillos han sido testigos de centenares de anécdotas y gestos inesperados, como cuando el gran Vicente Fernández trazó a mano alzada, en el libro de huéspedes honorables del hotel, uno de sus potrillos con el mensaje: “Dejo de regalo uno de mis potrillos al hotel que se ha convertido en mi casa en Medellín”. Son 20 años hospedando a creativos, visitantes, periodistas y empresarios del mundo de la moda, logrando que cada uno se vaya a casa con un recuerdo memorable.