El estilo alegre, femenino y elegante, con sus notas muy latinas, ha llevado a Johanna a tener reconocimiento internacional. | Foto: Cortesía Johanna Ortiz

Raíces colombianas

Johanna Ortiz, la caleña que diseña productos con alma

La reconocida diseñadora cuenta por qué la industria textil y de moda en Colombia es un gigante dormido que no parará de crecer.

Johanna Ortiz*
24 de julio de 2017

Cada diseñador trabaja con el reto de ser fiel a sí mismo, de conservar su identidad, de innovar sin perder su esencia. Adicionalmente, como colombianos tenemos también la labor y el privilegio de exponerle nuestra cultura al mundo, es decir, traducir, desde lo sartorial esos valores tan especiales de nuestras costumbres. Por eso creo que la historia de mi marca cambió cuando logramos manifestar nuestros rasgos estéticos y entendimos la importancia de hablar de nuestro país a través de lo que hacíamos. Ese ha sido el gran desafío.

El buen momento que vive el diseño colombiano se debe a la inmensa fuente de inspiración que tenemos: nuestra diversidad cultural y estética se ha enriquecido de las influencias indígenas, afro y europea; de nuestros paisajes y ritmos. Estas características han hecho que nuestro diseño se consolide en el exterior, ahí está nuestro ADN, lo que nos hace únicos. Esta realidad difiere de lo que por muchos años hicimos: imitar lo que veíamos de afuera y adoptar cualidades estéticas que difícilmente podíamos hacer ver como propias.

El hecho de que muchos diseñadores estemos mirando hacia adentro y no hacia afuera nos ha llevado a reivindicar nuestros materiales, colores, texturas, volúmenes y siluetas. Esto ha ayudado a posicionar a Colombia como líder del diseño latinoamericano y global. En mi caso, el haber sido fiel a un estilo alegre, femenino y elegante, con sus notas muy latinas, ha tenido reconocimiento internacional.

En mi concepto, la industria textil y de la moda en Colombia es un gigante dormido, actualmente conforma el 10 por ciento de la producción industrial nacional, el 6 por ciento de las exportaciones, el 24 por ciento del empleo manufacturero y el 13 por ciento de ventas manufactureras de productos no tradicionales. Y aún tiene un potencial enorme, pues el reconocimiento internacional que ha logrado el diseño de nuestro país en los últimos años va a provocar el crecimiento de esas cifras.

Empresas como Johanna Ortiz destinamos el 90 por ciento de nuestra producción a exportar a países como Arabia Saudita, China, Qatar, Hong Kong, Kuwait, Estados Unidos y Reino Unido, entre otros. Hemos logrado traspasar fronteras, penetrar nuevos mercados, a pesar de lidiar internamente con retos como el contrabando y la informalidad. La clave está en ofrecer productos con alma, que cuenten historias y enamoren a los consumidores.

*Diseñadora.