CULTURA

Porro: el ritmo que impregna la identidad cultural de Montería

En Montería el porro ha venido recuperando su valor musical y social. Descubra este género que transmite entusiasmo y vitalidad, identidad cultural de la región.

Miguel Emiro Naranjo*
9 de mayo de 2018
La danza del porro "es alegre, ceremonial, espontánea, como la gran región que representa". | Foto: David Amado

En el porro se siente una fecunda mezcla de diversas culturas. Es un aire musical que identifica plenamente a la Región Caribe, pero ninguna zona en particular es su cuna.

El porro es producto de aquellos cantares raizales amerindios fusionados con ritmos africanos e instrumentos musicales europeos. Se configuró de manera espontánea y simultánea en diferentes puntos del Caribe, adquiriendo en su mestizaje elementos que describen su naturaleza, denominación, acento, forma, clasificación y transformación.

La cosmogonía del porro mestizo, cuyo proceso empieza a partir de la banda de músicos, da cuenta del mestizaje de la raza, de la idiosincrasia del hombre campesino y citadino, de la belleza de la mujer, el paisaje, la brisa del mar, el arrullo del trópico, la faena con el ganado, la dinámica cotidiana, y en general, con la geografía y antropología del Caribe.

Es fácil identificar el porro. Su melodía es nostálgica; su ritmo, su compás, es binario, del que surgen estímulos metafóricos; en la armonía se le aprecia una cadencia lenta y espaciosa; en cuanto a la tónica y la dominante hay una sucesión de los modos mayor y menor, formas que hallamos en algunos cantos y tonadas andaluzas, existentes aquí desde la Colonia.

La creencia popular lo encasilla dentro de la interpretación exclusivamente de la banda de músicos, creado en el campo. Y esto no es cierto. El porro no nació en la banda, ni todo lo que esta interpreta se llama porro. Puede crearse en todos los escenarios de la vida y tocarse con cualquier instrumento sonoro; por un solo artista, o por varios agrupados. Depende de los formatos y contextos.

Siguiendo con su melodía, agrego que esta contiene una relación compleja de sentimientos encontrados, una mezcla ambigua de nostalgia y alegría; es como un lamento o un grito a cielo abierto que expresa entusiasmo y libertad. Pero no solo es música folclórica, sino un hecho social, y su danza es alegre, ceremonial, espontánea, como la gran región que representa. Su esencia no altera el estado anímico, no incita a la droga ni al morbo ni a la violencia. Es convivencia, fiesta sana.

*Director de la Banda 19 de Marzo de Laguneta.