SOCIAL
Antioqueñas empoderadas
A través de Red de Transversalidad de la Gobernación de Antioquia, se está formando a las mujeres del departamento en temas de género.
Para llegar a Mandé, vereda de Urrao, se requiere una buena mula y mucha paciencia. El recorrido entre el casco municipal y la vereda tarda dos días. Los caminos aún no son carreteras. Las estaciones para llegar a la vereda son senderos pantanosos, en los que puede hacerse un receso para comer, tomar alientos y dormir. A ese lugar recóndito de Antioquia, zona de confrontación entre grupos armados, llegó Mónica Andrea Zapata para contarles a las mujeres que deben amarse a sí mismas y no depender de nadie.
Mónica Andrea Zapata es docente, licenciada en humanidades y especialista en gerencia de proyectos. El día que tomó la mula para ir a Mandé lo hizo con seguridad, pues su rol en los territorios se sobrepone al sol, a la lluvia y al cansancio. Su trabajo ha transformado la vida de más de 2.500 mujeres del suroeste antioqueño.
Mónica hace parte del grupo de las 13 mujeres que articulan la Red de Transversalidad del departamento. Ellas son llamadas las constructoras de equidad. Su labor es crear nodos entre la Gobernación, las autoridades de género de los municipios, las presidentas de las JAC y las mujeres líderes, para enlazar y multiplicar la formación en temas como: autonomía económica, participación en escenarios de poder y toma de decisiones, construcción de paz y transformación cultural, salud y derechos sexuales y reproductivos, enfoque de género en la educación y vida libre de violencias. Las 13 constructoras de equidad transitan los 125 municipios y las más de 4.400 veredas para crear redes transversales entre las mujeres de los territorios, con el fin de que la equidad sea real y efectiva en Antioquia.
En Mandé es común que un solo hombre tenga cinco o seis parejas y que ellas convivan y acepten compartir la cama, la casa y la vida con otras mujeres. En estos casos no rige el acuerdo común de ser una familia polígama, este hecho radica en una profunda dependencia económica que las mujeres tienen hacia los hombres, lo cual las hace aceptar los modelos de familia decididos por ellos.
Mónica llegó hasta Mandé invitada por una concejala afro, que quería llevar el mensaje de empoderamiento hasta las mujeres de su comunidad. La concejala, quien iba en otra mula, tuvo un ritual en cada lugar donde se detuvieron a descansar durante su largo viaje, consistía en saludar a una o dos mujeres distintas en el camino, para después contarle a Mónica que ellas eran pareja de su compañero sentimental.
Las charlas sobre empoderamiento e independencia que lideró Mónica, hicieron que la concejala, por ejemplo, dejara a su pareja, pues nunca había querido vivir en poligamia, pero hasta entonces no había sentido que podía decirlo, esta decisión la tomó respetando a las que decidieron permanecer en ese modelo. Las mujeres del campo son más sumisas y discretas, cuenta Zapata, no están acostumbradas a la denuncia, a dar su opinión y mucho menos a pertenecer a espacios de liderazgo y poder. En estos roles siempre han estado los hombres. El trabajo de las 13 constructoras de equidad, que gerencian el cambio en todos los municipios de las nueve subregiones del departamento, hace que la Secretaría de las Mujeres departamental llegue, por primera vez, a todos los rincones de Antioquia con proyectos para el empoderamiento y la independencia femenina.
La concejala afro no fue la única que cambió con este empoderamiento, Mónica también lo hizo: “Yo vengo de una familia paternalista, del norte de Antioquia. Formarme en temas de género y replicar esto en los territorios me ha permitido entender que la familia es un equipo, no una lucha de poder entre dos géneros. De allí que ahora pueda decirle a mi papá que haga el almuerzo o atienda a mi mamá y ambos han entendido que son un equipo”.
Independizarse
Emprendimiento y empoderamiento solo tienen cinco letras de diferencia. En las Redes de Transversalidad el tema de la independencia económica es fundamental para el desarrollo de las mujeres.
Sin embargo, el empoderamiento no debe ser exclusivo de ellas. En un taller sobre nuevas masculinidades, realizado en el municipio de Andes, participaron 30 hombres entre miembros de la Policía y el Ejército. Lo que más conmovió a los organizadores fue ver llorar a varios de los uniformados, al entender que de manera inconsciente habían maltratado a sus parejas, cultivando estereotipos como “las mujeres no deben trabajar si tienen un marido que las mantenga” o “la mujer debe hacer los oficios y complacer a su pareja”.
La red contribuye a derrumbar los estereotipos y las 13 mujeres que recorren en carro, caravana y mula los rincones del departamento están convencidas de que “la equidad de género es el camino de la evolución de la sociedad”, así lo ratifica Mónica, quien además asegura que la independencia no es otra cosa que tomar la decisión de ser feliz.