SOCIAL
Mujeres víctimas del conflicto en el valle hoy son empresarias independientes
Un programa de la gobernación del departamento les brinda el capital semilla y la asesoría para que den ese salto. Ya son cerca de 600 beneficiarias.
María Esneda Rivas Aguilar, de 42 años, tiene un negocio de embutidos en el municipio de Pradera, Valle del Cauca. Junto a ella trabajan diez madres cabeza de hogar, quienes concuerdan que esta es una oportunidad para empezar de nuevo. Es un logro enorme pues María Esneda tuvo que salir huyendo con sus dos hijos de Itsmina, Chocó, después de que los grupos armados al margen de la ley asesinaran a su esposo.
Su caso, junto al de 584 mujeres del departamento, ha sido acompañado por el ‘Programa de apoyo al emprendimiento de víctimas del conflicto’ que la gobernadora Dilian Francisca Toro ha impulsado para reconstruir el tejido social de la región. Esta estrategia que les ofrece capacitaciones, capital semilla y que monitorea sus emprendimientos, ha sido exitosa especialmente en los municipios de Tuluá, Palmira, Buenaventura, Cartago, Pradera y Cali.
Según la secretaria de Mujer, Equidad de Género y Diversidad Sexual, Luz Adriana Londoño, “en cada una de esas poblaciones las víctimas se ven motivadas por otras mujeres y buscan emprender nuevos proyectos de vida que les garanticen la independencia económica”.
Como explica María Esneda, “hubiera sido muy difícil empezar de cero. Pero con el respaldo de la Gobernación, finalmente lo conseguimos”. Después de sacar su negocio adelante, esta emprendedora se unió a la Mesa de Mujeres de Pradera para ayudar a otras víctimas a superar los traumas sufridos y emprender nuevos proyectos. “Así como la gobernadora me ayudó, yo también quiero luchar para que otras mujeres y sus familias no tengan que vivir situaciones tan dolorosas como la mía”, asegura.
El programa de apoyo cuenta con una red local de emprendimiento que articula a las alcaldías, Cámara de Comercio, el Sena y otras entidades para lograr que las mujeres vean una oportunidad en la creación de su propia empresa. Con estrategias como esta, el Valle dibuja un futuro en el que las víctimas tienen apoyo y lideran procesos de emprendimiento e independencia económica.