MEDIOS
Pistas para hacer un periodismo con visión de género
Fabiola Calvo, coordinadora de la Red colombiana de periodismo con visión de género, da algunas pautas para que en las salas de redacción se tomen decisiones y acciones en sintonía con los derechos de las mujeres.
Medios, periodistas y profesionales de la comunicación se encuentran frente a cambios lentos en lo que a derechos de las mujeres respecta. Especialmente, en un país como Colombia que en su mayoría no quiere alejarse del conservadurismo y que ha hecho del avance en esta materia un campo de batalla.
Los medios de comunicación necesitan tomar decisiones y acciones que estén de acuerdo con los derechos de las mujeres. Es decir, deben enfocarse en un lenguaje y en imágenes que narren, sin discriminar y excluir, la realidad que vive el género. Este cambio es clave, pues el periodismo incide en la construcción cultural y prioriza la información que será debate público. Entonces, el llamado es ser parte del cambio.
Un buen punto de partida está en el documento 20 razones y estrategias para garantizar los derechos de las mujeres en el cubrimiento de la paz, que elaboramos en la Red de Periodistas de Género. Ahí subrayamos el compromiso que los medios deben tener al promover y garantizar comisiones específicas y especializadas en perspectiva de género y derechos de las mujeres.
De la misma manera, en las salas de redacción es indispensable un abecé que les dé herramientas a los periodistas para entender el uso del enfoque de género y el lenguaje incluyente y no discriminatorio. Para ello recomiendo el manual Pistas para narrar historias con enfoque de género desde los derechos de las mujeres, de Consejo de Redacción y el sitio web de la Red Colombiana de Periodistas con Visión de Género. Sin embargo, esto no resuelve los retos a los cuales estamos enfrentados en el ejercicio de la profesión.
Al momento de hacer una nota periodística vale la pena preguntarse de qué manera diferenciada afecta a hombres y mujeres. Por ejemplo, debemos alejarnos de estereotipos como su apariencia física o de expresiones típicas como “es la mujer de…”, por el contrario, destaquemos los avances y logros de las mujeres, o las apuestas políticas que han contribuido a su empoderamiento.
Un redactor serio busca fuentes especializadas, por lo tanto, siempre tendrá una base de datos que incluya académicas, lideresas y congresistas que estén preparadas para los temas que se van a tratar.
No es suficiente visibilizar a las mujeres, es relevante el cómo se hace. El periodista siempre debe tener en cuenta que hablar de mujeres no significa que le estemos dando un enfoque de género diferencial y desde sus derechos.
Cualquiera que sea el género periodístico que se vaya a tratar vale la pena preguntarse: ¿doy contexto a la información?, ¿conozco la historia de las mujeres en la conquista de sus derechos?, ¿estoy familiarizado con la normativa nacional e internacional?, ¿incluyo cifras desagregadas?
Esta es una lección importante para los redactores de noticias a la hora de cubrir violencias, incluido el feminicidio. Hay que recordar: no hay crímenes pasionales, ni se mata por amor. Ellos tampoco son monstruos. No, son asesinos o feminicidas que mataron a una persona ejerciendo su poder y misoginia.
Una práctica que vemos frecuentemente es el uso de imágenes amarillistas para narrar las violencias de una manera fácil y buscar así mayor audiencia. En su lugar deberíamos publicar aquellas fotografías en las que aparecen estas mujeres víctimas ejerciendo su autonomía en la vida cotidiana, su trabajo, profesión u oficio. Y claro, hay que recurrir a la creatividad para contar esas historias con profesionalismo.
Otra buena idea es sumarle una apuesta pedagógica a la información que se da. Por ejemplo, recordar las rutas de alerta en caso de que las mujeres estén expuestas a la violencia doméstica, así el medio puede cumplir también una función social.
En conclusión, el reto para los medios de comunicación está en contribuir a cambiar la cultura excluyente, androcéntrica y discriminatoria. Y para esto, lo primero es asumir la erradicación del acoso sexual en el cubrimiento de la noticia y en sus propias salas de redacción.