Panamá Pacífico, una ciudad que crece dentro de Ciudad de Panamá

El 31 de diciembre de 1999 Estados Unidos entregó oficialmente a Panamá el canal y su zona adyacente, y por lo tanto una importante cantidad de activos del istmo se reintegraron a la soberanía del país. Allí quedó comprendido uno de los bienes más preciados, la base aérea de Howard. Tiene una ubicación estratégica: la zona de 1.400 hectáreas se encuentra a pocos minutos del canal y de los puertos de Balboa y Rodman, que conforman un nodo logístico clave para Panamá y el continente. Su correcto desarrollo representaba oportunidades únicas en términos de progreso y crecimiento para el país.

Con la asesoría del Banco Mundial, el gobierno del istmo decidió abrir un proceso licitatorio para recibir planes maestros que marcaran el rumbo de esa zona. Al concurso calificaron seis desarrolladoras, que además debían cumplir los objetivos de la Ley 41 de 2004: concebir un plan que atrajera empresas multinacionales que crearan mínimo 40.000 empleos y que propiciaran la transferencia de nuevas tecnologías, además de generar un entorno donde los empleados de las compañías pudieran vivir en comunidad.

Al final, el contrato recayó en London & Regional Panama, que estableció una relación público- privada con el Estado para crear Panamá Pacífico. Su plan maestro de desarrollo tiene 40 años de vigencia a partir de 2007 y tanto la Clinton Climate Initiative como la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial lo han reconocido como un referente en buenas prácticas.

Panamá Pacífico es una metrópoli en evolución. Aunque queda en Ciudad de Panamá, en el distrito de Arraiján, crece a ritmo propio. Su fortaleza reside en planear y seguir los planes. Porque, como sostiene Arturo Sáenz, gerente de planificación de Panamá Pacífico, “nuestros objetivos principales, formulados hace diez años, todavía están vigentes. Eso habla muy bien de la seguridad y la confianza de la gente que vive y trabaja aquí”.

Ese ritmo propio también queda en evidencia en las premisas que Panamá Pacífico tiene en cuenta para llevar a cabo sus proyectos: desarrollo económico y social, bienestar y calidad de vida, planificación urbana integral y sostenibilidad.

Hoy, en este conglomerado hay 400.000 metros cuadrados de infraestructura logística construida donde operan empresas como 3M, FedEx, Dell, Caterpillar, Avon, Cemex, Lacoste y Pepsico. También se han entregado 1.200 unidades residenciales que van desde los 64 metros cuadrados de área construida hasta más de 280. Están repartidas en seis proyectos inmobiliarios diferentes y aunque la mayoría ya tiene residentes, aún hay disponibles para alquiler, venta y proyectos en preventa.

A futuro, el proyecto tiene todo para seguir creciendo. Tres megaproyectos viales y de movilidad pasarán muy cerca de ahí y lo influenciarán positivamente. Representarán una oportunidad para quienes quieran establecer su vivienda o su empresa en el complejo.

La primera es la ampliación a ocho carriles de la Panamericana, la vía que atraviesa el país de este a oeste. El segundo es la construcción de un cuarto puente sobre el canal de Panamá, que mejorará sustancialmente la conectividad y el rápido acceso a las principales vías del país. El último es la construcción de la tercera línea de metro de Ciudad de Panamá, cuya primera parada será Panamá Pacífico.

El plan maestro de la zona se hizo sin contemplar estos proyectos, pero esto no preocupa a Sáenz. Al contrario, “tenemos una gran oportunidad y trabajo en marcha para agregar valor adicional al sector gracias a estas tres grandes obras”. El ingeniero se refiere a que las acciones de Panamá Pacífico no solo benefician a quienes presiden la alianza, sino a Panamá. Lo demuestran los 960 millones de dólares de aporte a la economía del país en 2014, por las 282 empresas que operan en sus instalaciones. “Trabajar en este proyecto tiene un sentido patriótico. Estamos generando valor para el país”, concluye.

Panamá Pacífico representa la oportunidad de habitar una ciudad pensada donde tiene prioridad el florecimiento de las comunidades y las empresas. Además, marca un hito para los desarrollos urbanos en el mundo y, hasta ahora, prueba que es posible dejar de lado el caos que rige en muchas de las grandes ciudades.