CULTURA

Un concurso para conservar la música campesina

El Concurso Municipal de Música Campesina, que cumplió su XV edición, rescata y mantiene los ritmos tradicionales pastusos.

2 de octubre de 2017
Uno de los principales objetivos de este concurso es promover la herencia de la cultura campesina en la capital nariñense. | Foto: Andrés Ceballos

Con el fin de conservar la identidad musical de los 17 corregimientos de Pasto, cada uno de ellos con sus propias características sonoras –en San Fernando, Cabrera, la Laguna y El Encano, por ejemplo, es común encontrar instrumentos como el acordeón, la flauta y el violín–, nació en 1983 el Concurso Municipal de Música Campesina, que este año celebra su edición número 15.

Conservar esa identidad no es tarea fácil. La mayoría de los artistas, músicos y compositores de estos corregimientos se están dirigiendo a Pasto en busca de oportunidades laborales que no tienen que ver con la música. Además, la comercialización de la actividad está llevando a que los ritmos tradicionales pierdan su esencia. El XV Concurso Municipal de Música Campesina pretende estimular la creatividad de los compositores rurales y fortalecer la identidad y el sentido de pertenencia de los habitantes del municipio para que, de esta forma, no dejen sus raíces musicales.

Al igual que las letras de los vallenatos de los años treinta y cuarenta, las de la música campesina son un periódico cantado que refleja el día a día, la cotidianidad de los campesinos: así sucede en los corregimientos de la capital nariñense, donde la música relata las historias del diario vivir, de sus personajes, festividades, mitos, leyendas, tradiciones, paisajes y cultura.

Pero está claro que con el paso del tiempo tanto la letra como la música y la organología –es decir, el uso de instrumentos que se resumía en una guitarra marcante, la guacharaca y el requinto– van cambiando. Ahora, con la llegada de músicas del sur como las tecnocumbias y la cumbia villera argentina, se han empezado a adoptar nuevos instrumentos. Aun así, el concurso no se opone a estas modificaciones, debido a que no implican una pérdida de identidad ni tampoco de línea melódica; solo les dan un timbre diferente a las canciones.

No a la música comercial

El secretario de Cultura de Pasto y jurado del primer Concurso Municipal de Música Campesina, José Aguirre, asegura que la música comercial “distorsiona la tradicional”. Por eso, en el jurado calificador del XV concurso no se incluyó a músicos que analicen a los participantes desde una perspectiva más comercial. Al contrario, este festival desde siempre, y con mayor fuerza en su versión actual, ha buscado que las composiciones se enmarquen en los ritmos y tonalidades tradicionales campesinas.

En cualquier caso, los músicos campesinos no están interesados en vender sus creaciones, como asegura el compositor Fidencio Tulcán: “La música mía no tiene nada que ver con lo comercial, casi todo lo que he hecho tiene que ver con mi comunidad”. Gracias a este concurso, los compositores como él tienen la oportunidad de ser escuchados sin necesidad de modificar su tradición.

El concurso también se ha propuesto resaltar y hacer brillar la cultura campesina. Por eso, más allá del premio de 6 millones de pesos para el primer puesto y de 5 millones para el segundo, su relevancia y popularidad radica en ser un espacio que busca promover la musicalidad campesina de la capital nariñense.

La etapa de inscripciones de la actual edición comenzó en agosto y su gran final se celebró el primer día de octubre en el corregimiento de Jongovito. Para esta ocasión, la apuesta fue por el posconflicto. En esta oportunidad, la comunidad pudo interactuar en un escenario de encuentro, colectividad y diálogo para construir la paz con instrumentos.