DESARROLLO

Cuidando a la población desde antes de nacer

En Pasto 11 de cada 100 bebés tienen bajo peso al nacer. El municipio implementó una innovadora política pública que les asegurará un mejor futuro.

2 de octubre de 2017
Al bajo peso al nacer se le conoce como 'epidemia silenciosa' porque afecta a bebés en plena gestación. | Foto: Istock

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que al año, 20 millones de niños y niñas en el mundo nacen pesando menos de 2.500 gramos, una cifra que puede acarrearles riesgos futuros como enfermedades crónicas y retrasos en su desarrollo cognitivo.

En Pasto, 11 de cada 100 bebés nacen con ese peso o incluso menos, lo que quiere decir que el municipio tiene un índice Bajo Peso al Nacer (BPN) de 11 puntos. Esa cifra es más alta que el promedio nacional –que ronda los 9 puntos– y en algunas comunas llega a 14 y 16 puntos.

Esta problemática llamó la atención de la Veeduría Ciudadana de Pasto, un grupo de residentes que vigila la gestión pública y que en febrero de este año decidió acercarse al Concejo con un llamado de atención. “Parece que el BPN fuera un tema evidente, pero es poco conocido. Incluso, la OMS lo llama ‘epidemia silenciosa’ porque atañe a niños que todavía no han nacido y que suelen ser de estratos bajos”, asegura Stella Cepeda, veedora ciudadana.

Cepeda afirma que una vez tocaron las puertas de la administración, varias entidades estuvieron prestas a ayudar. Tal fue la voluntad del municipio, que en agosto, la disminución del BPN se incorporó como política pública al Plan de Desarrollo local.

La meta era crear un programa que redujera el BPN de la ciudad de 11 puntos a 6,4 y que capacitara a toda la ciudadanía sobre cómo evitar esta problemática. Para eso se determinaron cuatro componentes: mejorar el acceso y la calidad de los servicios de salud sexual y reproductiva, forta-lecer la movilización social en torno a la prevención del BPN, mejorar el estado nutricional de las mujeres gestantes y sensibilizar a las comunidades educativas en torno al tema.

Los veedores, por su parte, están encargados de que estos objetivos se cumplan y de exigirle al municipio una rendición de cuentas cada dos meses. Entre lo que verificarán, según cuenta Cepeda, estará el manejo del presupuesto, el cumplimiento de los indicadores de eficiencia y el impacto del programa en las conductas de las personas.

Los ciudadanos están trabajando de la mano de la administración local para crear conciencia sobre un fenómeno que puede truncar las oportunidades de nuevas generaciones. Se trata de un asunto que ya está en la agenda del municipio y que con el tiempo, debería cruzar sus límites.