COMERCIO EXTERIOR

La conectividad marítima, tecnológica y electrónica marca el éxito portuario

El puerto de Cartagena brilla en la región porque cuenta con este indispensable trío. Así puede comunicarse con 750 terminales del mundo y movilizar más de tres millones de contenedores al año.

Giovanni Benedetti*
5 de noviembre de 2019
Más del 80 por ciento de las mercancías y productos que circulan en el mundo lo hacen por vía marítima. | Foto: Héctor Rico

Como lo indican las cifras de la Organización Mundial del Comercio (OMC), más del 80 por ciento de las mercancías y productos que circulan por el mundo lo hacen por vía marítima. Gracias a esta realidad varias zonas portuarias se han convertido en vectores de riqueza, conectividad y desarrollo.

Hoy, los puertos marítimos que logran cierto tamaño y escala, los que han desarrollado bien su labor y propician una interacción positiva entre los diferentes interesados –sin importar si son públicos o privados–, tienen el potencial de convertirse en los centros de logística y comercio más relevantes en cada nación.

Pero, ¿cómo se consigue lo anterior? Mediante conectividad, conectividad y (más) conectividad. Que Cartagena sea en la actualidad el segundo o el tercer puerto de América Latina no es casual. Hemos obtenido estos resultados trabajando con decisión y confianza, a pesar de las variables en contra.

No nos han ayudado ni el tamaño ni el desempeño de nuestra economía, que en términos de comercio exterior de carga contenerizada (en unidades y no ad valorem) es mucho menor que la de Brasil, Argentina, México o Chile. Tampoco ha existido una visión o una política de Estado destinada al desarrollo y a la expansión portuaria y logística, como si la han tenido Panamá, República Dominicana, Singapur o España.

Sin embargo, Cartagena pasó de manejar un poco menos de 100.000 contenedores al año, en 1993; a más de 3,6 millones, 25 años después. Y este no es el resultado de un ejercicio aritmético que indica que crecimos 30 veces el volumen inicial, no. Detrás de esta ecuación se encuentra la construcción de la más extensa red de servicios marítimos del continente americano, que nos lleva hoy a más de 750 puertos en 140 países.

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Este sólido presente ha sido posible por la alta inversión en infraestructura pero, sobre todo, porque ofrecemos servicios portuarios de excelencia, con colaboradores comprometidos y altamente preparados. De esta forma nos hemos ganado la confianza de la comunidad marítima internacional; la misma que muchas veces dudó que Colombia pudiera soportar una operación de esta naturaleza por los riesgos que conlleva.

La mejor ‘cadena’

Cartagena tiene muchos retos y desafíos que atender como ciudad, empezando por la inaplazable necesidad de que sus habitantes aprendan a elegir a sus gobernantes; además de dejar en el pasado a tantos mandatarios poco capaces y corruptos que han frenado y limitado nuestro desarrollo. Pero la ciudad es tan grande que, a pesar del vacío de gobierno, en los últimos 25 años ha tenido una transformación positiva en muchos de sus sectores.

Hoy cuenta con la zona industrial exportadora más importante del país, se han expandido sus zonas francas, se han multiplicado sus parques y patios logísticos, y su bahía cuenta con decenas de actividades marítimas: terminales portuarias, astilleros, marinas o empresas de servicios dedicadas a atender a los más de 5.500 barcos mercantes de cualquier especialidad que la visitan cada año.

Retomando lo que planteaba en líneas anteriores, la conectividad marítima es sumamente importante, pero no es la única para tener en cuenta. También son necesarias las conectividades electrónica y tecnológica. Se requiere que los procesos sean ágiles, seguros y en línea para que todos los actores del comercio internacional puedan integrarse, participar y colaborar en una verdadera gran comunidad marítima y portuaria.

Este es uno de los grandes desafíos que enfrentamos a diario, y nuestro deber es continuar construyendo una cadena de suministros orientada al consumidor final, que sea rápida, confiable, visible, sostenible, con las condiciones de seguridad requeridas, acorde con el internet de las cosas, que integre el blockchain, los análisis basados en el big data y la inteligencia artificial. Pronto llegará el día en que las mercancías pasarán de país a país como si circularan nacionalmente.

Así son los puertos inteligentes; así es nuestro Puerto de Cartagena, terminales que apuestan por la tecnología para transformar las interfaces marítimo-portuarias y facilitar el comercio alrededor de los enclaves portuarios agregando valor, creando riqueza y ofreciéndole oportunidades competitivas a nuestro país.

*Director comercial del Grupo Puerto de Cartagena.