MEDIOAMBIENTE

Un mejor territorio para los indígenas

La planeación y el ordenamiento territorial de las comunidades étnicas de Antioquia tienen un fin principal: preservar los ecosistemas. Herramientas como el pago por servicios ambientales y la planeación concertada, han sido clave en esta tarea.

15 de diciembre de 2019
El Plan de Gestión Ambiental Regional 2020-2031, de Corantioquia, que es el primero en Colombia que logra acuerdos y decisiones para el ordenamiento ambiental, concertados con la población indígena. | Foto: Pablo David Gutiérrez

Debido a que los territorios indígenas de Antioquia están asentados sobre zonas que representan una riqueza biodiversa que se debe proteger, las corporaciones ambientales Corpourabá y Corantioquia, junto con la Gobernación de Antioquia, la Gerencia Indígena y la Secretaría de Medioambiente, articulados con la Organización Indígena de Antioquia (OIA), han promovido acciones entre las comunidades del departamento para desarrollar sus territorios y garantizar la conservación de la vida.

Una de las iniciativas fue el convenio celebrado entre la Gerencia Indígena de Antioquia y Corpourabá, para el ordenamiento territorial y ambiental de los indígenas resguardados en tres municipios del Urabá: Apartadó, Chigorodó y Mutatá.

El principal logro del trabajo desarrollado en las comunidades, según indicó la directora de Corpourabá, Vanessa Paredes, fue la posibilidad de surtir de agua potable a varios de los resguardos intervenidos: “El abastecimiento de agua potable es fundamental para la calidad de vida. Esa necesidad tan básica, seguramente desde las ciudades no la dimensionamos, pero en los territorios significa una gran solución”.

El proyecto permitió identificar las necesidades socioambientales y organizativas de cinco resguardos indígenas de la subregión bananera, definir acuerdos sobre el uso ambiental del territorio e implementar estrategias que garantizarán su conservación y protección.

Además de sistemas para el abastecimiento de agua, algunos de los resguardos y cabildos que participaron recibieron apoyo para la construcción de acueductos, acompañamiento en la creación de unidades productivas sostenibles y el fortalecimiento institucional para sus guardias ambientales.

En otras zonas

Otro de los logros es la definición de 12 retos para la planificación y ordenamiento de 62 comunidades de las etnias embera eyábida, embera chamí, senú y nutabe, que corresponden a la jurisdicción de Corantioquia, entidad que lideró la iniciativa con aportes de la Gerencia Indígena. Cada uno de esos acuerdos quedó incluido en un capítulo con enfoque étnico en el Plan de Gestión Ambiental Regional 2020-2031, de Corantioquia, que es el primero en Colombia que logra acuerdos y decisiones para el ordenamiento ambiental, concertados con la población indígena.

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“Esto es posible gracias a quienes conforman las comunidades, que tuvieron la posibilidad y la disposición de sentarse, escuchar y construir juntos”, explica la directora de Corantioquia, Ana Ligia Mora. Estas iniciativas para el ordenamiento territorial ambiental tuvieron en cuenta el mandato constitucional que obliga a que las comunidades étnicas participen en la toma de decisiones y en la construcción de su propio territorio.

Pago por servicios ambientales

Líderes y autoridades de 17 resguardos recibieron recursos a nombre de sus comunidades, por comprometerse a conservar los ecosistemas estratégicos asociados al recurso hídrico. Se trata de una estrategia denominada BancoCO2, que históricamente entregaba recursos a campesinos pero es la primera vez que en Antioquia otorga recursos a comunidades indígenas para conservar bosques, páramos y humedales.

Las comunidades beneficiadas pertenecen a los resguardos Cristianía, en Andes y Jardín; Hermeregildo Chakiama, en Ciudad Bolívar; Tagual La Po, en Segovia; Pablo Muera y Vegas de Segovia, en Zaragoza; Carupia, Altos del Tigre y Puerto Bélgica, en Cáceres; Jaidezavi, en Tarazá; Los Almendros, Sohibadó y La Lucha, en El Bagre; Jaidukama en Ituango y Marcelino Tascón, en Valparaíso.

Esta inversión, que además de la Gobernación contó con el apoyo de Corantioquia, la Corporación Masbosques y la Organización Indígena de Antioquia, garantiza que se protejan 11.640 hectáreas de bosques en las que habitan 1.591 familias del Bajo Cauca, el noroeste y el suroeste antioqueño.