Sandra Bravo, operaria de la Empresa de Licores de Cundinamarca. | Foto: Cortesia Empresa de Licores de Cundinamarca

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Así cuida a sus trabajadores la Empresa de Licores de Cundinamarca

Aunque este ha sido uno de los sectores más golpeados por la crisis actual, la compañía no ha despedido a nadie. Tres de sus empleados nos cuentan su historia en la licorera.

26 de julio de 2020

SABIDURÍA FEMENINA

Sandra Bravo

Trabajo en la planta de producción de la compañía, a la que me vinculé en 2008. Tenía apenas 21 años. Todos los días me levanto a las cuatro de la mañana para llegar media hora antes del ingreso. Lo primero que hago es tomarme un tinto bien caliente para calmar el frío de la Sabana que se siente hasta en los huesos. Luego me pongo los elementos de protección, ingreso a la planta y arranco con las preparaciones de líneas (alcohol, aguardiente, tetra pak). Solo siento gratitud por esta empresa, gracias a ella tengo estabilidad económica, logré comprar mi propio apartamento y formarme como técnico en procesos industriales. Además, por la buena gestión y gerencia de la compañía, todos los empleados hemos mantenido nuestros trabajos durante esta crisis.

MAESTRO AGUARDIENTERO

Juan Pablo Rodríguez

“Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”. Esa frase de Confucio es mi feliz realidad desde hace 32 años, cuando llegué a la Empresa de Licores de Cundinamarca. En ese momento el único producto Nectar que existía era el rojo, el original. Empecé trabajando en la sala de envasados, pero con los años desempeñé otros cargos y llegué a ser subgerente técnico.

Me dicen ‘el maestro aguardientero’, pues desarrollé productos como el Nectar Club, el aguardiente 180 y los rones SantaFe. Durante este tiempo he podido enriquecer mis conocimientos y conocer México, Venezuela, Ecuador y Bolivia. También Malta, donde viví uno de los momentos más felices: los premios Monde Selection de 2017. En esa ceremonia, el Ron Nido de Cóndores 12 años –uno de mis desarrollos– recibió el sello de calidad Gran Oro.

DE YACOPÍ A LA LICORERA

Jeison Marroquín

Hace 12 años salí de Yacopí, el municipio de Cundinamarca en el que nací y uno de los muchos de Colombia donde las heridas del conflicto todavía no sanan. Conseguí trabajo en la Empresa de Licores de Cundinamarca como operario del área técnica, pero logré convertirme en líder de producción de las líneas tetra pack. Hace cinco años conformé un hogar. Gracias a la empresa he tenido estabilidad laboral, lo que me ha permitido estudiar y tener vivienda propia; darles a mi esposa y a mi hija la calidad de vida que yo no tuve y apoyar económicamente a mi mamá, quien hace diez años perdió su trabajo.

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