Nutrición infantil
¿Se debe obligar a los niños a comer?
El pediatra Carlos González, autor del exitoso libro Mi niño no me come, nos comparte algunos consejos para que la hora de la comida con los menores sea un momento placentero y no un campo de batalla.
LECHE, ¿ENTERA O DESLACTOSADA?
González explica que la mayoría de los humanos somos intolerantes a la lactosa después de la primera infancia. Quienes sí la toleran, usualmente pertenecen a poblaciones que, por condiciones históricas, han sido consumidores de leche y su cuerpo se ha acostumbrado a ella. Es el caso de los nórdicos, que conviven con el ganado vacuno desde el neolítico y tienen más tolerancia a la lactosa que el resto de los habitantes del planeta, según el Servicio de Gastroenterología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid. “Parece que en las poblaciones genéticamente tolerantes a la lactosa, el consumo continuo de leche es necesario para mantener dicha tolerancia. Por esta razón no sería buena idea dar leche sin lactosa a un niño que no tiene esa intolerancia y que tal vez nunca la desarrolle”.
¿NIÑOS ‘GORDITOS’ = NIÑOS MÁS SALUDABLES?
No. Actualmente existe una grave epidemia de obesidad infantil. Enfermedades que antes eran típicas de adultos mayores como la diabetes tipo 2, la hipertensión o el hígado graso están apareciendo en jóvenes y adolescentes. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en América Latina y el Caribe la prevalencia de sobrepeso en niños y niñas menores de 5 años pasó del 6,2 por ciento al 7,5 entre 1990 y 2018.
FRUTOS SECOS Y LAS ALERGIAS
Se creía que era bueno retrasar su consumo para evitarles alergias a los niños, pero “se ha demostrado que esto no sirve de nada y que incluso, en algunos casos, es precisamente la introducción precoz lo que disminuye las alergias”, explica el pediatra. En realidad, la recomendación de que los niños no consuman frutos secos hasta después de los 5 años es debido al riesgo por asfixia, ya que al ser difíciles de comer pueden terminar en las vías respiratorias.
LAS GRASAS
“Son nutrientes importantes que deberían proporcionar alrededor del 30 por ciento de las calorías de la dieta. Es importante aclarar que no es el 30 por ciento de los alimentos, pues un gramo de grasa tiene el doble de calorías que un gramo de carbohidratos o proteínas”, explica el pediatra. Se debe tener en cuenta que las más sanas son las insaturadas, que se encuentran en los vegetales, el aceite de oliva, y el pescado.
SUPLEMENTOS VITAMÍNICOS
Por lo general, los niños con una dieta normal y variada no necesitan vitaminas, excepto la K –que se les da al nacer–, y según el país en el que vivan, la vitamina D (que en realidad es una hormona que todos tenemos en nuestro cuerpo y que se activa por la exposición al sol). No es recomendable dárselas si no han sido recetadas por un médico, advierte González.
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