OPINIÓN
Una mano a los deudores
El escritor bogotano, autor de la novela Matrimonio, hace cuentas y concluye que, durante la pandemia, los bancos han ayudado a personas, como él, con periodos de gracia para sobreaguar la crisis.
En la novela La intriga del lapislázuli, que en estos meses se va a reeditar en el sello Tusquets, tuve la necesidad de desarrollar una transacción bancaria. El argumento de esa obra trata sobre el papa Giulio Secondo, que era terrible de bravo y de ambicioso, y sobre un concurso de pintura organizado por él –puro invento mío–, en el que participan Leonardo, Miguel Ángel, Rafael, Tiziano y otros, para ver quién pinta la madona más bella del mundo.
Pero divago… Digo que tuve necesidad de hacer esa transacción y así me enteré de que la banca moderna había nacido en Italia, sobre todo en Florencia (los Médici, los Pitti) y que desde allí, por el norte, llegaría a toda Europa: los Países Bajos, Inglaterra, Francia, Suecia, en fin...
Asuntos que uno tiene que revisar cuando está escribiendo una novela histórica. Fenicios y babilonios, hace 2.000 años, ya habían formalizado la actividad de préstamo de granos y, en la antigua Grecia y Roma, ya se sabe, existían los préstamos y los prestamistas. Lo mismo en China e India.
Y ahora estamos aquí. Ya en estas páginas había yo recordado la frase que siempre le digo a mi esposa: “Tarde o temprano, tu vida estará en manos de un banco”. Y es cierto. Sin una cuenta bancaria y una tarjeta de crédito, uno simplemente no puede funcionar, no existe. Y los créditos… que a veces le salvan a uno la vida y a veces se la oscurecen y se la abruman. Es así.
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Durante la pandemia, hay que señalarlo, los bancos les han echado una mano a sus deudores. En mayor o menor medida, han concedido los periodos de gracia diseñados por el Gobierno y los deudores hemos podido sobreaguar un poco.
Echando cuentas, como en las épocas en que trabajé en el sector financiero, la ‘causación’ de los intereses de los préstamos se sigue efectuando, de modo que no sufrirá mucho el estado de resultados. Sería por la caja, pero si van a intermediar tantos billones de pesos de ayudas gubernamentales, por ahí se pueden resarcir. Creo yo. Además, el Banco de la República ha bajado bastante la tasa interbancaria, con lo que su gasto financiero se abarató. Unas por otras, aunque es difícil indicar cuál es el resultado neto.
En fin. En las grandes crisis, los bancos siempre están protegidos. Eso es verdad. Los gobiernos les dan salvavidas y ayudas porque, donde se venga abajo el sector financiero, el caos sería ya total. Y no sé si eso me deja tranquilo o no.
*Escritor