INVESTIGACIÓN
Más espacios apropiados para la investigación
El reto no es solamente promover la investigación formando científicos, las instituciones de educación superior deben ofrecer espacios para la creatividad, la innovación y la investigación si quieren insertarse en el mundo científico.
¿Cómo son los lugares donde nace la ciencia? La pregunta era difícil, a pesar de que hoy las universidades de calidad no solamente cuentan con espacios para enseñar y aprender, sino para investigar. Es una tendencia mundial y Colombia da pasos a buen ritmo para ofrecer a sus profesores e investigadores modernas aulas de clase, así como sitios para pensar y producir conocimiento original y novedoso, o sea, para hacer investigación científica.
¿En qué lugares de las universidades se investiga? No solamente en los laboratorios, donde generalmente se piensa en olor a químicos, equipos sofisticados que van más allá de los microscopios, y quienes allí trabajan están de bata, guantes y tapabocas blancos, tanto como las paredes del recinto. Los laboratorios son más que eso.
La investigación se inicia desde que el científico empieza a hacerse preguntas, en cualquiera de las disciplinas en las que trabaje. Así que puede que aquellos que se dedican a las ciencias sociales y humanas nunca hayan pisado un laboratorio de esas características, pero sí necesitan un espacio para pensar, leer, generar teorías e hipótesis. Lo mismo pasa con los artistas que se dedican a la investigación-creación y que precisan de salas donde sea posible producir sus obras. Los ingenieros que hacen investigación requieren talleres y quienes piensan en producir innovaciones pueden demandar salas con condiciones especiales que sean funcionales y donde quepan sus equipos, por lo general, de grandes dimensiones. Lo mismo ocurre con quienes estudian el universo: urgen de observatorios con inmensos telescopios.
Así que la pregunta para algunas universidades era amplia y ambigua, y quienes respondieron lo hicieron a su manera. “La infraestructura total de la universidad es de 33.881 metros cuadrados, de los cuales el 6 por ciento (2.022 metros) están dedicados a laboratorios”, responde Gregorio Calderón Hernández, director de Investigaciones y Posgrados de la Universidad de Manizales. Mientras Silvia Restrepo, vicerrectora de Investigación de la Universidad de los Andes dice: “Es difícil sacar un número, pues como universidad con vocación de investigación, nuestros espacios sirven para la docencia integrada a la investigación. Pero contamos con 179 laboratorios o talleres para realizar prácticas de investigación y creación”.
La ciencia se produce también en los museos, en los altos estantes llenos de cajones que albergan colecciones de insectos, de pájaros, de plumas y huevos, en los herbarios. En las salas de cómputo, en los estudios multimediales, en los auditorios, las bibliotecas y centros de documentación, en las salas de reuniones, en los corredores y hasta en las cafeterías.
Compartir espacios
Si cada universidad hace inversiones para su uso exclusivo se desaprovechan los espacios y las capacidades de los investigadores. “No estamos acompañando la inversión en infraestructura con el desarrollo de otras capacidades que son necesarias para hacer investigación”, señala otra de las fuentes consultadas.
Una propuesta sería crear una plataforma con información de todos los equipos con que cuentan las instituciones, así como de los espacios adecuados para su buen uso, de tal manera que se ahorrarían recursos, no se duplicarían compras y se promovería la colaboración entre investigadores nacionales y extranjeros.
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Porque no hay que olvidar que no se trata solamente de contar con espacios y equipos; es necesario pensar en los costos de su instalación y mantenimiento. “Toda infraestructura de investigación es muy costosa pues el espacio requiere equipos, suministros, mantenimientos y personal calificado”, afirma Restrepo.
Reto para arquitectos
Las universidades colombianas están haciendo esfuerzos por construir instalaciones adecuadas para la investigación científica y la innovación. Basta con revisar la reciente publicación de la revista Campus Modernos y Sostenibles, de la Universidad del Valle, en la que informa sobre sus recientes inversiones en infraestructura, entre ellas el Edificio Multitaller, el Parque Tecnológico y el Centro de Investigación e Innovación en Bioinformática y Fotónica. “Este año es de destacar la gran inversión en infraestructura para el desarrollo de actividades de ciencia, tecnología e innovación”, explica su vicerrector de Investigaciones, Jaime Cantera.
Aunque, a su turno, la Universidad del Norte ya cuenta con espacios para la investigación, tiene planes de construir ocho laboratorios adicionales para la División de Ciencias de la Salud, así como espacios para investigar en geología, arqueología y ciencias básicas en un edificio que está actualmente en construcción, según la directora de Planeación, Carlota Fernández. Ella advierte además que contemplan otro tipo de espacios que propician la construcción de conocimiento interdisciplinario y el trabajo colaborativo.
Diseñarlos significa un reto para los arquitectos por las condiciones especiales que requiere cada uno de ellos, como la humedad, la temperatura, las conexiones eléctricas y disponibilidad de otros servicios para aquellos espacios con neveras, congeladores, motores, equipos robustos con demandas diferentes de altura de los techos, material de las paredes, condiciones de seguridad en casos de emergencia… Incluso pensar en el entorno y empezar a crear en los alrededores escenarios que también promuevan la investigación y la creación, como la llamada ‘calle de la creatividad’, de la Pontificia Universidad Javeriana, donde se ubica el nuevo edificio de Artes y el Centro Ático, este último con más de 60 laboratorios de cine, televisión, video, radio, videojuegos, animación experimental, arquitectura, música, sonidos, diseño, creación digital, un auditorio y un salón creativo.
Por eso era difícil la pregunta. Para ser líderes en investigación científica no solo es necesario formar doctores, sino que puedan contar con espacios e insumos con los que produzcan sus proyectos. Pero, ante todo, como dice el presidente de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Enrique Forero, “promover la articulación y producir ciencia con sello colombiano”.
*Periodista científica.