El RegioTram conectará a Bogotá con los municipios de la sabana occidental

¿Se imagina un trancón tan largo y demorado que las personas no tuvieran otro remedio que conocerse y hasta enamorarse, como cuenta Cortázar en La autopista del sur? Si vive en Facatativá, pero trabaja en Bogotá, sabrá que el asunto no suena tan descabellado si se cuentan las tres horas que se tarda en llegar hasta la capital. Pero si desea cambiar su destino en uno de esos viajes deberá darse prisa, porque a partir de 2024 este recorrido no tardará más de 48 minutos gracias al Regiotram de Occidente.

“Este proyecto representa una solución efectiva a los problemas de movilidad de Bogotá y de la Sabana Occidente en Cundinamarca”, afirma Andrés Trujillo, gerente general de la Empresa Férrea Regional, encargada de gestionar la primera de las dos fases que componen este proyecto. En esta etapa inicial se desarrollará toda la estructuración técnica, financiera y administrativa, antes de iniciar las obras en 2020 que incluyen el reemplazo de los rieles existentes, la construcción de las estaciones y el montaje de los trenes. Como el tren es eléctrico será amigable con el medioambiente. “Ya teniendo toda la estructura del proyecto, la segunda fase consiste en poner los trenes, operarlos y hacerles mantenimiento”, señala el funcionario.

Aunque se viene hablando del Regiotram desde hace más de dos décadas, llevarlo a cabo no ha sido fácil: el proyecto solo comenzó a tomar forma desde 2010, cuando Metros Ligeros de Colombia y Colconcretos presentaron una propuesta privada con estudios técnicos, jurídicos y financieros. Para 2013, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y la Gobernación de Cundinamarca emitieron el concepto de prefactibilidad y, el año siguiente, el de factibilidad.

Le puede interesar: Gobernador de Cundinamarca dice que "no hay marcha atrás" en tren de cercanías

En enero de 2017 se emitió el Conpes 3882, que esboza la política de movilidad de la Región Capital Bogotá-Cundinamarca y establece tres proyectos para realizarla. El primero conecta a Cundinamarca con el sur de Bogotá, al extender el TransMilenio a Soacha en sus fases dos y tres. El segundo proyecto es el Metro de Bogotá y, finalmente, el Regiotram de Occidente.

Ese mismo año, el Conpes 3902 declaró de importancia estratégica el proyecto del tren de cercanías, lo que permitió llegar al acuerdo de cofinanciación entre la Nación y el departamento para asegurar los 1,9 billones de pesos que costará todo el proyecto. Para cuando el tren se termine de pagar en 2028, el gobierno nacional y la Gobernación de Cundinamarca habrán invertido cerca de 2,49 billones de pesos. Este monto cubre los 44,7 kilómetros de vías férreas, electrificación, señalización, 20 estaciones, un depósito, un centro de control, 54 pasos regularizados y cinco pasos elevados.

Debido a este acuerdo, el Regiotram recibió viabilidad como proyecto público y la ANI, con la resolución 165 de 2018, descartó para esta fase la participación de la empresa privada porque la propuesta financiera era inviable. Ante esta situación, la Empresa Férrea Regional decidió comprar los estudios realizados por los privados, ajustarlos y seguir adelante. Por eso hoy el proyecto cuenta con los estudios técnicos y ultima detalles para poder iniciar el proceso licitatorio. Solo están pendientes los diseños de las conexiones con el Metro de Bogotá y el aeropuerto El Dorado I. Se tiene previsto adjudicar su construcción en octubre de 2019, proceso que se espera termine en 2023, año en el que operaría.

“Regiotram va a ser el modelo por seguir, no solo en Colombia, sino en América Latina. Cambiará la historia del país porque después de muchos años de decaimiento, la infraestructura ferroviaria renacerá”, afirma Trujillo. Y no exagera, pues el proyecto va de la mano con el crecimiento urbanístico de la sabana y se estima que movilice entre 125.000 y 220.000 pasajeros diarios.