OPINIÓN

Los rieles, el futuro del transporte colectivo

Luis Fernando Arboleda, presidente de A Todo Tren, explica por qué los trenes y los tranvías serán las mejores opciones para el transporte colectivo, en un mundo de calles atascadas y emisiones de CO2.

Luis Fernando Arboleda*
2 de octubre de 2018
Las ciudades más avanzadas del mundo están definiendo modelos mixtos que combinan el transporte motorizado con el no motorizado. | Foto: iStock

Muchas ciudades están integradas en realidades supramunicipales complejas. Es habitual que los límites urbanos se desdibujen al formar parte de estructuras territoriales como áreas metropolitanas, ciudades-región u otras similares. Por ejemplo, el País Vasco, en España, se ha ido conformando en las últimas décadas como una auténtica ciudad-región, lo que se acentuará en los próximos años cuando opere el tren de alta velocidad que interconectará las tres capitales en tiempos de viaje de media hora, actuando así como el ‘metro’ de la ciudad-región. La conectividad es hoy un factor determinante en la vida de las personas y, también, de las urbes.

En la movilidad urbana y metropolitana se vislumbran fuertes cambios. Las ciudades más avanzadas del mundo están definiendo modelos mixtos que combinan el transporte motorizado con el no motorizado, y el predominio de los recorridos ciclistas.

Igualmente, se apuesta por el transporte colectivo sobre el privado. Este último experimentará importantes transformaciones en los próximos años derivadas de los avances tecnológicos. Veremos un automóvil eléctrico, autónomo, compartido y conectado, cuyas características nos acercan a los valores de la ciudad sostenible.

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En cuanto al transporte colectivo, hay un consenso en que los sistemas más deseables son aquellos basados en rieles. Los trenes y los tranvías son las soluciones que permiten una mayor eficiencia porque circulan sobre un espacio dedicado y no compiten con el automóvil por el uso de las escasas vías urbanas. Presentan unos niveles de consumo energético moderados y, además, generan un bajo impacto ambiental, no afectan la calidad del aire urbano y contribuyen, por tanto, a reducir los niveles de contaminación. Permiten, además, un movimiento masivo de personas en condiciones de seguridad, puntualidad y cumplimiento de horarios. Son sistemas óptimos para su inserción en plataformas de smart city y para ofrecer un servicio de calidad que llega fácilmente a todos a través de sus teléfonos inteligentes.

Las ciudades, áreas metropolitanas y regiones más avanzadas del mundo apuestan inequívocamente por el transporte sobre rieles como opción principal de vertebración urbana sostenible. Barranquilla tiene una oportunidad de liderar esta tendencia en el Caribe colombiano. Iniciativas como el tren de la costa para la conexión con Cartagena y posteriormente con Santa Marta, así como el proyecto del Metro Ligero Metropolitano, del centro al aeropuerto, van a contribuir a que la ciudad experimente un importante salto adelante en calidad urbana y competitividad.

*Presidente de A Todo Tren.