Reino Unido, un ejemplo ferroviario para el mundo

El sector férreo del Reino Unido es considerado como un punto de referencia por ser uno de los más seguros, confiables y avanzados tecnológicamente a nivel global. Las empresas británicas tienen la capacidad de ofrecer sus productos y servicios para la planeación, construcción y operación de sistemas de transporte férreo, tanto de pasajeros como de carga, al igual que para el fortalecimiento de su cadena de suministro. Sin embargo, tener ese reconocimiento histórico y ostentar el título de ser la cuna del ferrocarril no evitó que el país sufriera una crisis y viviera una etapa de decadencia desde 1948 hasta los años noventa, cuando otra vez su modelo volvió a ser privado.

“Los trenes británicos fueron privados hasta 1948, cuando se nacionalizaron. Desde entonces entraron en un declive: dejaron de ser rentables y hubo varios intentos por frenar las pérdidas financieras y reorganizar la red. Finalmente, en los años noventa, los ferrocarriles del Reino Unido fueron reabiertos a los operadores privados y se convirtieron en una historia de éxito nacional. Ahora los viajes de pasajeros se han duplicado y otros países del mundo están adoptando nuestro modelo ferroviario”, explica Peter Tibber, embajador del Reino Unido en Colombia.

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Y añade que, en la actualidad, la creciente demanda de pasajeros ha ejercido una considerable presión sobre la infraestructura ferroviaria británica. Para atender a este desafío y las necesidades de los usuarios, el gobierno del Reino Unido presentó en noviembre de 2017 una nueva estrategia ferroviaria que incluye la realización de inversiones récord para impulsar la capacidad y mejorar la fiabilidad.

“El Reino Unido está modernizando los ferrocarriles, mejorando las estaciones. Invertiremos 48 billones de libras esterlinas en los próximos cinco años, desde 2019 hasta 2024, para financiar la renovación de la red en el Reino Unido”, puntualiza el embajador Tibber.

En los últimos diez años, la red ferroviaria británica se ha posicionado en el mundo por ser una de las más seguras, sin víctimas mortales de pasajeros o accidentes. Para el año 2016, registró 1,7 billones de viajes de pasajeros por tren.