Coronavirus
Caída en la eficacia de las vacunas por la variante ómicron alarma a la OMS
Según el organismo, a partir de la circulación de la variante ómicron los anticuerpos neutralizantes de las vacunas caen dramáticamente, entre 35 y 50 veces.
Las vacunas actuales ya estarían perdiendo eficacia ante las variantes del coronavirus, como las sonadas delta y ómicron. Las mutaciones que presenta esa última variante, descubierta en Sudáfrica, pueden reducir considerablemente la inmunidad de anticuerpos del virus y, en consecuencia, reinfectaría a personas que previamente estaban afectadas por el virus, contaminando a un número importante de personas ya vacunadas.
Varios estudios recientes hechos en laboratorio sostienen esta última hipótesis. La tasa de anticuerpos baja enormemente ante ómicron entre los vacunados con Pfizer/BioNTech, Moderna, y más aún con AstraZeneca o Sinovac.
Por el momento, una dosis de refuerzo de las vacunas ayuda a reforzar las defensas. Y en cualquier caso, los fármacos siguen siendo eficaces, aunque los anticuerpos que generan son solamente una parte de la respuesta inmunitaria.
Un estudio publicado esta semana en Sudáfrica sugiere que la vacuna Pfizer/BioNTech es eficaz contra las formas graves de la pandemia causadas por ómicron, incluido después de las dos primeras dosis.
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Ómicron además plantea aparentemente dificultades a los tratamientos mediante anticuerpos de síntesis, sobre todo entre los pacientes ya hospitalizados.
Los datos clínicos de las últimas semanas apuntan a que ómicron no es más peligroso que sus predecesores, en particular delta. Es “casi un certeza”, explicó a principios de diciembre el consejero presidencial estadounidense Anthony Fauci.
“Estamos preocupados por el hecho de que la gente considere ómicron como benigno”, advirtió el director de la OMS. “Aunque provoque síntomas menos graves, el número de casos podría una vez más inundar a los sistemas de salud que no estén preparados”.
¿Por qué los anticuerpos no son la única defensa contra ómicron?
En la lucha contra el coronavirus, un componente clave del sistema inmunológico acaparó la atención: los anticuerpos.
Estas proteínas en forma de Y han sido noticia recientemente porque las vacunas anticovid no producen suficientes de ellas para combatir la variante ómicron del coronavirus, a menos que se introduzca algo que las estimule.
Entrenados tanto por las vacunas como por la infección, los anticuerpos se adhieren a la proteína spike, que se mete en el coronavirus impidiéndole penetrar las células y enfermar al huésped. Sin embargo, los anticuerpos no son la única variable en juego.
- “Bombarderos” del sistema inmunológico innato
En los minutos y horas posteriores a la aparición del virus en el cuerpo, unas proteínas envían alarmas para que el reclutar al equipo de defensa rudo pero débil del sistema inmunológico “innato”.
“Es como bombardear toda el área y, con suerte, dañar al invasor tanto como sea posible (...) y al mismo tiempo llamar a la base para que sus unidades SEAL estén listas para operar”, explica John Wherry, inmunólogo de la Universidad de Pensilvania.
- Células B y T: agentes de inteligencia y asesinos entrenados
Si la defensa “innata” no ahuyenta a los invasores, entra en escena el sistema inmunológico “adaptativo”. A los pocos días de la primera infección, las “células B” se dan cuenta de la amenaza y comienzan a producir anticuerpos.
La vacunación también entrena a las células B, principalmente dentro de los ganglios linfáticos de nuestras axilas, cerca del lugar de la inyección, para que estén atentas y preparadas.
Las socias clave de las células B son las “células T”, que se pueden dividir en “ayudantes” y “asesinas”.
“Las asesinas atacan las células que fueron infectadas”, dijo Shapiro, pero también causan daños colaterales.
Las células T auxiliares “son como generales”, añadió Shapiro: alistan tropas, estimulan a las células B para que aumenten su producción y dirigen a sus homólogos letales hacia el enemigo.
- Detener una enfermedad grave
Debido a la importante mutación de su proteína spike, la variante ómicron puede escabullirse más fácilmente neutralizando los anticuerpos aportados por una infección o vacunación previa.
La mala noticia es que esto hace que las personas sean más propensas a sufrir infecciones sintomáticas.
Pero la buena es que las células T no son tan fáciles de engañar, pues tienen un “periscopio” en las células infectadas, donde pueden buscar las partes constituyentes del virus durante su ciclo de replicación, dijo Wherry.
*Con información de AFP.