Coronavirus
Coronavirus: ¿por qué el mundo aún no logra la inmunidad de rebaño?
Han pasado casi dos años desde que comenzó la pandemia y, aunque en un principio se habló sobre la posibilidad de alcanzar la famosa inmunidad de rebaño, la meta aún no se ha materializado.
El mundo está cerca de cumplir dos años desde que se declaró la pandemia por el coronavirus. Aquella “gripa inusual” que se detectó por primera vez en la población de Wuhan, China, hoy se ha esparcido por todo el mundo, contagiando a más de 272 millones de personas y causando más de 5,33 millones de muertes, según cifras de Our World in Data actualizadas al 14 de diciembre de 2021.
En los primeros meses de 2020, cuando varios países del mundo comenzaron a decretar cuarentenas y medidas restrictivas para evitar la propagación del virus, la frase “inmunidad de rebaño” se configuró como una esperanza para la población con miras a recuperar la normalidad, es decir, regresar a los días prepandemia, cuando el uso de tapabocas no era obligatorio y el miedo a ese enemigo invisible llamado coronavirus no existía.
¿Qué es la inmunidad de rebaño?
“El sistema inmunitario tiene la capacidad de guardar la información de cómo eliminó el virus, la bacteria o el hongo y en caso de que vuelva, ya sabe cómo combatirlo. Entonces lo más probable es que la persona que ya tuvo la enfermedad o que está vacunada, no se contagie, o en su defecto, no padezca tan fuertes sus efectos”, explica un artículo divulgado por Pesquisa, la publicación científica de la Universidad Javeriana.
Según explica la médica epidemióloga Zulma Cucunubá, “la inmunidad de rebaño, también llamada inmunidad colectiva, es una propiedad biológica que tienen las enfermedades infecciosas que nos permiten a las poblaciones parar las epidemias. Esto lo logramos ya sea por infección natural o por vacunación. Nosotros preferimos por vacunación porque es mucho más segura y evita las infecciones, los casos graves y las muertes”.
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En ese sentido, la experta agregó que “para covid-19, esta inmunidad colectiva se puede alcanzar cuando, aproximadamente, 70 % de la población haya estado vacunada y tenga una inmunidad protectora”.
“Lo que se espera con la inmunidad de rebaño es romper la cadena de transmisión porque el virus se queda sin huésped. Al no tener huésped existe menor circulación y cada vez hay menos personas infectadas. Es la forma de controlar una infección”, indica Sandra Valderrama, jefe de la Unidad de Infectología del Hospital Universitario San Ignacio, citada en el artículo de Pesquisa.
Según agregó la experta, en su momento, y gracias a la vacunación, las Américas se declararon libres del sarampión: “Se le pudo poner fin porque el biológico frenó el contagio”.
El lunes 13 de diciembre el PNV llegó a las 61 millones de dosis aplicadas contra el covid-19 (61.087.947) en todo el territorio. Imperante necesidad de vacunarnos antes de navidad. Aplicamos 305.618 vacunas. @MinSaludCol @infopresidencia pic.twitter.com/pyUnQy8ziv
— Fernando Ruiz (@Fruizgomez) December 15, 2021
¿Por qué no se ha alcanzado la inmunidad de rebaño?
A pesar de que los procesos de vacunación han avanzado en todo el mundo y que un importante número de la población ya ha superado el virus, el estado de inmunidad colectiva aún se torna esquivo para el planeta.
Aunque en un principio de hablaba de 70 % de población vacunada para alcanzar la inmunidad de rebaño, a raíz del comportamiento del virus, su evolución y la aparición de nuevas cepas, este umbral se elevó a 84 %, sin embargo, según detalla la divulgación científica de la Universidad Javeriana, “el tema ha cambiado radicalmente”.
Uno de los puntos a tener en cuenta, precisamente, involucra a las nuevas variantes de coronavirus y la capacidad que tendrían para evadir la protección de las vacunas existentes (Pfizer/BioNTech, Sinovac, AstraZeneca, Moderna y Janssen). Y aunque los laboratorios que han desarrollado los biológicos han asegurado que siguen ofreciendo un nivel de inmunidad suficiente para evitar los casos graves de covid-19, los estudios para determinar su eficacia siguen avanzando, al mismo tiempo que incrementa el riesgo de que aparezca una nueva cepa del virus.
Pesquisa cita las declaraciones de Óscar Franco, director del Instituto de Medicina Social y Preventiva de la Universidad de Berna, Suiza, durante el XVI Congreso la Investigación de la Javeriana: “Estamos viendo que quizás esta infección está para quedarse un tiempo. Los virus son muy difíciles de predecir. Teniendo en cuenta cómo hemos avanzado con la vacunación y la distribución de las vacunas es posible que no vayamos a poder erradicar al coronavirus como pensamos en un principio, y desafortunadamente creo que va a estar entre nosotros más años”.
En línea con esta visión, Andrew Pollard, director del grupo de vacunas de la Universidad de Oxford, creadores del biológico de AstraZeneca, ya había advertido en una rueda de prensa que no es posible alcanzar la inmunidad de rebaño en las condiciones actuales. En ese momento, la variante dominante era delta, la cual venía infectando a personas que ya se habían vacunado contra la covid-19. Esta tendencia podría repetirse con la nueva variante sudafricana ómicron, así como posibles cepas que se desarrollen en el futuro.
¿Convivir con el virus?
Ante la posibilidad de que la inmunidad de rebaño siga siendo esquiva, y que las infecciones de coronavirus se sigan presentando en todo el mundo, “los esfuerzos deberían encaminarse a acostumbrarnos a vivir con el virus, pero sin que represente una grave amenaza grave para la humanidad”, según indicaron expertos consultados por el medio internacional BBC Mundo.
Entonces, la meta frente al coronavirus -en lugar de erradicarlo completamente- sería convertirlo en un virus endémico. Es decir, al igual que una gripa común, que la enfermedad producida por el mismo sea manejable y no inunde las unidades de cuidados intensivos en los hospitales del mundo, como sucedió durante los primeros meses de la pandemia.
Inequidad en las vacunas
La directora de la Alianza Africana para la Entrega de Vacunas, Ayoade Alakija, criticó que “ómicron es el resultado de acaparar todas las vacunas y dejar a África por fuera”. Poco tiempo después de que se detectarán los primeros casos de la variante, varios países impusieron restricciones para evitar la expansión de esta cepa. Sin embargo, a pesar de las mismas, ómicron ya está en más de cincuenta países.
Este ítem es uno de los factores que impiden alcanzar la inmunidad de rebaño. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya había alertado sobre la inequidad en el acceso a las vacunas y el efecto negativo que tendría para poner fin a la pandemia.
En un escenario ideal, las cifras de vacunación en todo el mundo deberían ser parejas, con una adecuada relación entre dosis aplicadas y densidad poblacional. Sin embargo, según anota Pesquisa, “la realidad es otra. Tras la aprobación de varias de las vacunas inició una lucha económica y los países de más altos ingresos acapararon la oferta del mercado”.
“A diciembre de 2020 Estados Unidos, la Unión Europea, Israel, Australia y Japón compraron 93 % de las vacunas disponibles, según Launch & Scale Speedometer. Por su parte, la ONU denunció a finales de febrero de 2021 que diez países habían acaparado 75 % de las vacunas del mercado”, anota la publicación científica de la Universidad Javeriana.
Según cifras de Our World in Data, actualizadas al 15 de diciembre de 2021, Emiratos Árabes Unidos ya supera 90 % de su población con el esquema completo de la vacuna contra la covid-19. Países como Portugal, Chile, Singapur, Corea del Sur rondan el umbral de 80 %.
Estados Unidos, por ejemplo, ha aplicado el esquema completo a 60,63 % de su población. Por su parte, Reino Unido alcanzó 68,68 % de población completamente vacunada. Respecto a Colombia, el país alcanzó 51,49 %.
Sin embargo, en la parte inferior del gráfico se observa cómo la desigualdad en las vacunas, a dos años de pandemia, sigue siendo abismal: países como Kenia, Etiopia, Nigeria y Tanzania no superan 7 % de población con dos dosis del biológico.