CORONAVIRUS
India no sale del abismo: estremecedoras imágenes de perros devorando cuerpos de fallecidos por covid-19 en la calle
El gigante no sale de la catástrofe del coronavirus. Los medios británicos cuentan con asombro cómo la situación es cada vez más insostenible. “Siento que es la muerte de la humanidad”, dice uno de los habitantes
A India le han caído recientemente todos los males. La variante de covid-19 hizo que el virus se esparciera sin piedad por todo el territorio y colapsó el sistema hospitalario. Las morgues ya no dan abasto de tantos muertos. Y a esa crítica situación se sumó la aparición del llamado hongo negro, una extraña infección micótica que afecta los senos paranasales, el cerebro o los pulmones, por lo general, en personas que tienen un sistema inmunológico debilitado. Y que ha golpeado aún más fuerte a los enfermos de covid.
Las imágenes que ha visto el mundo sobre ese país son aterradoras. Los muertos son cremados en pilas porque las funerarias ya no dan a basto. En medio de esa desazón, algunos medios del mundo registran postales espeluznantes del punto al que ha llegado ese país. Las fotos muestran cómo perros callejeros comen restos humanos arrojados a las orillas de un río.
Se trata de las orillas del río Bhagirathi, en la ciudad de Uttarkashi en Uttrakhand, y que fueron expuestas por el diario The Daily Mail en el Reino Unido. “Siento que es la muerte de la humanidad”, le dijo el hombre al medio NDTV.
La situación en la India es cada vez más crítica. A la covid-19 se ha sumado una profunda crisis alimentaria y de pobreza. Miles de niños han quedado huérfanos y la catástrofe humana es cada vez mayor. En las últimas ocho semanas, el coronavirus dejó 160.000 muertos en India, donde los hospitales están saturados y muchas empresas han cerrado.
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Morir de covid, morir de hambre
Rasheeda Jaleel vive con uno de los peores miedos que pueda tener una madre, el de no poder alimentar a sus siete hijos, consecuencia de la nueva ola de coronavirus que ha sumido a su familia y a millones de indios en la indigencia casi total. Esta mujer de 40 años, su marido Abdul Jaleel, de 65, y sus hijos solo comen una vez al día.
“Cuando tenemos hambre o sed, me siento totalmente impotente y angustiada: ¿Cómo vamos a sobrevivir así?”, dice en su pequeño apartamento de Delhi mientras prepara pan para su única comida del día. “Nos arreglamos con lo que mi marido consigue ganar. Si no es suficiente, no como para poder alimentar a los niños”, dice.
Pero más allá de la pandemia, se avecina otra crisis, advierten los expertos, con el aumento de la malnutrición entre la población más pobre de India, ya muy afectada por la primera ola en 2020.
“La crisis es doble para los pobres. Existe una crisis sanitaria, pero también una crisis de ingresos”, dice a la AFP Anjali Bhardwaj, de la organización Right to Food Campaign.
“Hubo una gran crisis sanitaria (...) y muchos han tenido que gastar los ahorros de toda su vida para pagar los cuidados de sus familiares”, explica.
Unos 230 millones de indios cayeron en la pobreza en 2020, es decir, que tuvieron que vivir con menos de 375 rupias (5 dólares) al día, según un estudio de la Universidad Azim Premji de Bangalore.
Solo en abril se perdieron más de 7,3 millones de puestos de trabajo, según el Centro para el Seguimiento de la Economía India. “Muchas personas cayeron en la pobreza en el último año, se endeudaron y se han visto reducidas a ahorrar en comida”, dice el profesor asociado Amit Basole, uno de los autores del estudio. “La segunda ola está llegando con una situación ya precaria”, explica.
Abdul Jaleel, un trabajador de la construcción, se quedó sin trabajo cuando las obras cerraron por el confinamiento en Delhi. Luego se convirtió en conductor de “rickshaw”.
Ahora solo gana 100 rupias al día, antes 500. “Incluso hay días en los que no gano nada”, dice. “Como padres, tenemos que llegar a fin de mes de alguna manera, ya sea mendigando, pidiendo prestado o robando”, asegura. “No tenemos elección”.
“Círculo vicioso”
Durante el primer confinamiento, 100 millones de personas perdieron su empleo en India. Alrededor del 15 % no había encontrado trabajo a finales de 2020, a pesar del levantamiento de las restricciones, según el estudio de la Universidad Azim Premji. Y muchos de los que encontraron trabajo tuvieron que aceptar salarios más bajos, lo que les hizo más vulnerables en la segunda ola.
Se calcula que 100 millones de indios -incluida la familia Jaleel- no tienen una tarjeta de racionamiento del gobierno para acceder a la ayuda alimentaria, según Anjali Bhardwaj. Su organización pide que los necesitados puedan recibir ayuda alimentaria aunque no tengan esa tarjeta.
La pandemia ha echado por tierra años de esfuerzos en la lucha por la reducción de la pobreza. Y a los expertos temen que muchos sigan teniendo dificultades incluso después de que se levanten las restricciones.
“El temor es verse inmersos en una economía deprimida durante mucho tiempo porque la demanda se mantendrá a medio gas por la caída del poder adquisitivo inducido por la crisis del empleo”, dice Amit Basole. “La gente está atrapada en la desesperación”, dice Sunil Thakur, de 50 años, que perdió su trabajo en un hotel durante el confinamiento
La variante complicó todo y se expande por el mundo
La variante india de la covid-19 se ha detectado oficialmente en 60 territorios, según un informe de la Organización Mundial de la Salud publicado este miércoles.
No obstante, la máxima autoridad mundial en materia de salud ha recibido información de fuentes no oficiales que indican que la variante B.1.617 se ha encontrado en otros siete territorios, según cifras epidemiológicas semanales actualizadas, lo que eleva el número a 60.
Según el informe, la variante B.1.617 ha mostrado que es más contagiosa, mientras se investigan el grado de gravedad y el riesgo de infección.
La mayor reducción de casos se registró en Europa y el sureste asiático, según la organización. El número de casos registrado en las Américas, el Mediterráneo oriental, África y las regiones del Pacífico occidental son similares a los informados la semana previa.
“Pese a la tendencia general de disminución de casos en las últimas cuatro semanas, la incidencia de casos de covid-19 y de muertes siguen siendo altas, y se han observado aumentos importantes en muchos países”, alerta el documento.
Hasta ahora se han detectado cuatro variantes del covid-19, que surgió a finales de 2019 en China: británica (B.1.1.7), sudafricana (B.1.351), brasileña (P.1) e India (B.1.617).
“Se espera la evolución del virus, y cuanto más circula el SARS-CoV-2, más oportunidades tiene de evolucionar”, dice el informe.
“Reducir el contagio mediante métodos de control de la enfermedad establecidos y probados... son aspectos esenciales de la estrategia global para reducir las mutaciones que tienen implicaciones negativas en la salud pública”, alerta la organización.
El mundo ora por India
En un templo hindú, los sacerdotes invocan la clemencia de la diosa del coronavirus con la esperanza de poner fin al azote del covid-19 en India.
Dos efigies de la “Corona Devi” (diosa en hindi) sobresalen en el templo Kamatchipuri Adhinam de Coimbatore, en el estado sureño de Tamil Nadu, duramente golpeado por la ola del coronavirus que arrasa desde marzo el gigante asiático.
El templo hindú permanece cerrado a los fieles por el impacto de la epidemia en Coimbatore, una ciudad de dos millones de habitantes que ha sufrido más de 1.000 decesos.
Pero unos “bramanes”, o sacerdotes hindúes, se congregan cada día con los brazos cargados de ofrendas que depositan a los pies de las imágenes, una de ellos de madera y la otra de piedra, antes de entregarse a los cantos que invocan la clemencia de la deidad: “Diosa Corona, por favor, ponga fin al virus y salve a la población”.
“En el pasado hemos tenido templos consagrados a (los dioses de) la viruela, la varicela, la peste”, declaró Anandbharathi K., quien dirige el templo Kamatchipuri Adhinam. “Nosotros veneramos el virus bajo la forma de una diosa y pedimos cada día que ella atenúe los efectos de la enfermedad”, agregó.
El número de contagios parece disminuir en gran parte de India después de semanas de confinamiento, pero el país de 1.300 millones de habitantes, traumatizado por la ferocidad de la enfermedad que saturó los hospitales y agotó las reservas de oxígeno y medicamentos, teme una nueva ola tanto o más virulenta que la actual.
“Ni los médicos son capaces de superar la enormidad de la situación, entonces nosotros nos volcamos a la fe y la divinidad como último recurso”, declaró Anandbharathi. Los “bramanes” realizan sus rituales dedicados a la “Corona Devi” 48 días antes de llevar las efigies a un río cercano donde los sumergen como una “ofrenda de paz”
Con información de AFP.