Coronavirus
La razón por la que variante ómicron podría evadir algunas vacunas
Las mutaciones presentes en ómicron son muy superiores a las halladas en otras variantes, como delta o alfa.
Ómicron es tal vez la palabra más escuchada en los últimos dos meses, luego de que a principios de noviembre de 2021 se detectara el primer caso de esta nueva variante de la covid-19 que rápidamente empezó a propagarse por todo el mundo, convirtiéndose en la variación dominante de esta enfermedad.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), ómicron debería considerarse como “preocupante”, teniendo en cuenta su alta capacidad de transmisión entre seres humanos. De hecho, algunos estudios la han tildado como la variante del SARS-CoV-2, desde que este virus se detectó a finales de 2019.
Por esto, la pregunta que se vienen realizando desde varias semanas los científicos es: ¿por qué esta variación es tan contagiosa y por qué ha logrado infectar con tal velocidad incluso a los vacunados y reinfectar a algunos que ya habían sufrido la enfermedad?
Afortunadamente, la respuesta no ha tardado demasiado. En los últimos días, la revista Nature publicó un artículo en el que se explica un estudio sobre, precisamente, la forma en que las mutaciones de ómicron hacen de la covid-19 una enfermedad de transmisión más sencilla, pero a su vez menos virulenta para el ser humano.
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“Ómicron es estructuralmente muy diferente a todas las otras variantes que hemos conocido hasta ahora”, explicó Priyamvada Acharya, biólogo estructural del Instituto de Vacunas Humanas de Duke en Durham, Carolina del Norte (Estados Unidos), y uno de los responsables de esta investigación.
Asimismo, los investigadores determinaron que, contrario a lo que se encontró en otras variantes como delta y alfa, ómicron tiene docenas de mutaciones que la hacen completamente diferente al virus original, tanto en forma genómica como en su comportamiento en el ser humano.
“Ómicron tiene docenas de mutaciones que no se ven en la cepa SARS-CoV-2 original que los investigadores detectaron por primera vez en Wuhan, China. Más de 30 de esas mutaciones se encuentran en la proteína de punta en la superficie del coronavirus, que ayuda al virus a adherirse e infectar las células huésped. Ninguna variante anterior del SARS-CoV-2 parece haber acumulado tantos cambios genéticos. En comparación, las variantes delta y alfa, dominantes al principio de la pandemia, tienen cada una aproximadamente diez mutaciones en sus proteínas de punta”, explica Nature.
Dichas mutaciones han afectado casi todo el proceso presente en la forma en que el virus se adhiere a las células de las personas, ya que quince de las mutaciones de ómicron se pueden hallar precisamente en lo que se conoce como el “dominio de unión al receptor” (RBD) de la proteína. Esta región es la que permite la unión con el receptor ACE2 presentes en las células de su hospedador.
“Un equipo de investigación que incluye a David Veesler, biólogo estructural de la Universidad de Washington en Seattle, ha demostrado que estos cambios, junto con once mutaciones en una región de la espiga llamada dominio N-terminal, han remodelado por completo las áreas de la proteína que son reconocidos por anticuerpos ‘neutralizantes’”, añade el estudio.
En pocas palabras, las mutaciones presentes en la región de dominio encargado de la unión del virus con las células humanas, así como los cambios en los elementos genómicos detectados por las vacunas para poder actuar, son los que han hecho de ómicron una variante mucho más contagiosa y menos detectable por los biológicos creados para contrarrestar la covid-19.
“La remodelación dificulta gravemente la capacidad de la mayoría de los anticuerpos neutralizantes para reconocer el virus”, añade Nature; mientras que Veesler indica que “ómicron ha adoptado una solución molecular muy elegante, en la que las mutaciones median la evasión inmunitaria al tiempo que mejoran la unión al receptor”.