CORONAVIRUS
Navidad con solo seis invitados: España define sus reglas ante el coronavirus
La humanidad tendrá que celebrar en diciembre en medio de grandes restricciones debido al miedo por la pandemia. Europa comienza a definir cómo serán las fiestas. Esto es lo que el país ibérico estableció para esas fechas. Manejarán la regla de las 6 M. De esto se trata.
La pandemia avanzó durante el año con un interrogante muy grande: ¿Cómo será la Navidad?. Todo lo que sucede en diciembre es opuesto a las medidas del coronavirus: besos, abrazos, fiestas y tumultos. Por eso, el coronavirus se cierne sobre esas fiestas como la más triste de las amenazas. Muchos países de Europa entraron en estrictos confinamientos pensando en no dañar esa celebración o al menos en tener consciencia de que había que bajar el contagio ante un posible disparo por cuenta de esa euforia decembrina.
España es uno de los primeros países en definir las reglas que regirán ese mes. Un documento del gobierno filtrado por los periódicos El País y El Mundo dan pistas de lo que podrá ser la Navidad en todo el mundo. “En las reuniones en el ámbito familiar, se recomienda limitar la participación a los miembros que pertenezcan al mismo grupo de convivencia. En el caso de que haya algún miembro externo no conviviente habitual, las reuniones serán de hasta un máximo de seis personas y se debe garantizar las medidas de prevención (6M), independientemente de si son familiares o no”, asegura el documento.
Según el diario El País, España usará la regla de las 6M, que significa lo siguiente: “mascarilla (uso de mascarilla todo el tiempo posible), manos (lavado de manos frecuente), metros (mantenimiento de la distancia física), maximizar ventilación y actividades al aire libre (mantener las ventanas y puertas abiertas en la medida en que sea seguro y factible según la temperatura), minimizar número de contactos (preferiblemente siempre los mismos) y “me quedo en casa si tengo síntomas, diagnóstico o contacto”.
El documento alerta de hechos que pueden ser muy peligrosos para lo que viene. Por un lado, los viajes a municipios fuera de las ciudades que pueden producir, como sucedió en Italia, una expansión del virus. El país estudia si prohibirlos en navidad. Y lo segundo, el regreso de los universitarios que estudian en otras ciudades a sus casas.
Tendencias
Alemania está tomando el mismo camino. Las regiones pidieron el martes limitar el número de participantes en las celebraciones de Navidad y Año Nuevo a un máximo de diez personas, si vienen de familias distintas, para evitar infecciones por covid-19. Sin embargo, los niños menores de 14 años no se contarían en estas restricciones, según las propuestas adoptadas el lunes por los líderes de los Länder y que serán debatidas el miércoles con el gobierno federal de Angela Merkel.
La restricción estaría en vigor desde el 23 de diciembre hasta el 1 de enero, según proponen las regiones, y aconsejan poner en cuarentena a los participantes antes y después de las vacaciones. El gobierno federal y los Länder también discutirán con las comunidades religiosas medidas para reducir los contactos en las celebraciones religiosas. Las regiones están sin embargo en contra de prohibir totalmente los petardos y los fuegos artificiales en los días cercanos al 31 de diciembre, una cuestión muy debatida en Alemania donde este sector genera millones de euros de gastos.
¿Por qué es tan peligroso cenar en familia?
Los rebrotes locales suelen producirse después de fiestas o grandes celebraciones familiares: reuniones sociales en salas cerradas o incluso parcialmente al aire libre. Conversaciones animadas en el círculo de parientes, amigos y confidentes. Beso aquí, abrazo allá. Celebrando juntos, cantando, bailando. Todos estos son rituales muy apreciados que hacen que nuestras vidas valgan la pena y que algunos no quieran prescindir de ellos, ni siquiera en tiempos de pandemia.
En principio, los grupos de infección podrían detectarse en todo el mundo. Entre esos “eventos de superdispersión” figuran la acumulación explosiva de infecciones después de los servicios religiosos, visitas a clubes o los cursos de zumba en Corea del Sur, después de las fiestas de après-ski en Ischgl (Austria), después de las celebraciones de carnaval en Gangelt (Renania del Norte-Westfalia) o después de festivales de la cerveza en Baviera; el patrón de esos eventos de superdispersión del coronavirus es similar: hay una ocasión en la que se producen docenas de infecciones y luego cientos de casos posteriores.
Aunque los grandes eventos siguen estando prohibidos en muchos países, en algunos pubs o en fiestas privadas las normas de distancia exigidas no se observan siempre. La gente busca el contacto social, amigos y parientes, eventos deportivos y culturales o celebraciones tradicionales. La Navidad y la Nochevieja no están muy lejanas. Al fin y al cabo, todos queremos recuperar nuestra antigua vida. Pero si la vida social se vuelve a trasladar a los interiores en las próximas semanas debido al frío del invierno, la probabilidad de que se produzcan focos de infecciones locales aumentará.
¿Cómo se convierte uno en un superdifusor?
La epidemiología se refiere a una persona infectada que infecta a un número particularmente grande de personas como un “superdifusor”. La persona no puede evitarlo: cualquier persona infectada puede convertirse en un superdifusor si ha tenido contacto con muchas personas en el momento equivocado. El momento es también crucial, porque una persona infectada puede ser al parecer muy contagiosa incluso antes de que aparezcan los primeros síntomas. Durante esta fase, la carga viral en la garganta parece ser particularmente alta.
Sin embargo, muchas personas infectadas no tienen ningún o casi ningún síntoma y, por lo tanto, ni siquiera se dan cuenta de que se han infectado y son ellas mismas contagiosas. Además, algunas personas parecen propagar los virus más y durante más tiempo que otras. Esto puede deberse a su sistema inmunológico o a la distribución de los receptores del virus en su cuerpo.
Calculando el riesgo
El grado de severidad de las restricciones depende en gran medida del número de nuevas infecciones. El factor decisivo en este caso es el llamado factor de reproducción R, que indica el número medio de personas infectadas por una persona infectada. Un valor R de 2 significa que una persona infectada infecta a otras dos personas. El objetivo de las restricciones de contacto es, por lo tanto, mantener este número lo más bajo posible, en el ideal de los casos por debajo de 1.
Sin embargo, además del valor R medio, el denominado factor de dispersión K también es decisivo, ya que indica la frecuencia con que se produce una enfermedad y dónde pueden formarse agrupaciones. También en este caso es mejor un valor K lo más bajo posible, ya que la dispersión es menor y la propagación de la infección puede limitarse a unas pocas o incluso a una sola persona.
¿Qué significan los hallazgos?
El hecho de que la mayoría de las personas infectadas sólo infecten a unos pocos, si es que lo hacen, pero que unos pocos superdifusores infecten a una gran cantidad de personas es, en primer lugar, una muy buena noticia, porque las medidas de protección pueden ser controladas de una manera mucho más específica. En la mayoría de los países se busca restringir los posibles grupos de infección locales y evitar otro cierre a gran escala con todas las consecuencias económicas y sociales.
En vista del rápido aumento de las cifras de infección, muchos países ya han frenado la flexibilización de las restricciones para las reuniones, por ejemplo. Algunos países ya están en un segundo encierro (como Israel) o han acordonado las zonas especialmente afectadas (como algunas zonas de Madrid).
Evitar los “eventos de superposición”
Para el control de la enfermedad, es difícil identificar y aislar a los superpropagadores individuales del virus, especialmente cuando los infectados muestran pocos o ningún síntoma. Sin embargo, es posible controlar las circunstancias que favorecen un evento de superdifusión. Si se porta mascarilla en reuniones familiares como debe ser, y se observa la higiene y la distancia, las sociedades no tienen necesariamente que volver a “cerrarse” completamente. Incluso en la temporada de resfriados y gripe, los negocios, tiendas, escuelas, guarderías, etc. podrían permanecer abiertos y nos ahorraríamos consecuencias económicas y sociales aún más dramáticas.
Y si hay un nuevo foco de infección en algún lugar, entonces todas las personas de contacto deben ser localizadas tan pronto como sea posible y aisladas inmediatamente hasta que el resultado de la prueba sea negativo. Japón, por ejemplo, no sólo ha tenido éxito en la contención de la propagación del virus con este método, sino que también ha podido evitar un cierre drástico.
El comportamiento social del individuo es lo que cuenta
Ciertamente, los responsables políticos y sociales pueden prohibir estos grandes eventos o seguir flexibilizando la vida, pero todo depende, en definitiva, del comportamiento social de cada individuo.
No hay que olvidar, sin embargo, que la gran mayoría de la gente se esfuerza por observar las reglas: llevar mascarilla, la higiene y la distancia - para protegerse a sí mismos, pero sobre todo para proteger a los demás.
Y esta abrumadora mayoría también entiende que los posibles eventos de superdifusión del coronavirus deben ser prevenidos, incluso si esto significa la renuncia. A pesar de todas las restricciones, es posible al menos un cierto retorno a la normalidad hasta que se encuentre un medicamento o una vacuna contra el SARS-CoV-2.
Con información de la DW y AFP.