Coronavirus
Pfizer se separa de BioNTech y planea aumentar su producción de vacunas
El gigante de las drogas de EE. UU. revela sus nuevos proyectos para usar la tecnología basada en los genes para hacerles frente a otros virus y enfermedades diferentes de la covid-19.
Este lunes, Alberto Bourla, director ejecutivo de Pfizer, afirmó que la empresa comenzará un proyecto para desarrollar vacunas de ARN mensajero (ARNm) sin depender de su aliado BioNTech, la empresa alemana con la cual realizó investigaciones de este tipo y lanzó una de las vacunas exitosas contra la covid-19.
Pfizer, el gigante de la industria farmacéutica global, fue fundada en el siglo XIX por dos estadounidenses de origen alemán, Charles Pfizer y su primo Charles Erhart. Por su parte, BioNTech fue creada en 2008 por una pareja de científicos alemanes de origen turco, que desarrollan medicamentos basados en el ARN mensajero (ARNm), utilizados en inmunoterapias individualizadas contra el cáncer o en vacunas contra enfermedades infecciosas, entre otras.
En el momento del acuerdo con Pfizer para realizar la vacuna contra la covid-19, BioNtech contaba con una vacuna pionera de ARNm contra la enfermedad: la BNT162, que estaba a punto de entrar en la fase de pruebas clínicas. Sin embargo, como la carrera por la vacuna se preveía exigente y a contrarreloj, la necesidad de una campaña globalizada de vacunación era clara, urgente y fue efectiva con la unión que, ahora, ya termina.
Esta no había sido la primera vez que Pfizer y BioNTech trabajaban juntas. En 2018 firmaron un acuerdo para desarrollar una vacuna contra la gripe, también de ARNm, la especialidad de BioNTech. Esa experiencia previa fue la que les permitió llegar en 2020 a un acuerdo rápido, más ajustado y operativo que el anterior.
La razón de este rompimiento la explicó Albert Bourla, director ejecutivo de Pfizer, quien reveló que la compañía había contratado 50 científicos para trabajar en su nuevo laboratorio centrado en ARNm, ubicado en Nueva York. También comentó que han obtenido materias primas especializadas y han diseñado ensayos clínicos para fabricar y estudiar vacunas sin necesidad de dividir sus ganancias con otros laboratorios. “No necesitamos trabajar con BioNTech. Hemos desarrollado nuestra propia experiencia”, aseguró.
La compañía alemana fue el cerebro detrás de la inyección que demostró ser un 95 % efectiva para bloquear los síntomas de la covid. Fue la primera en el mundo en obtener la aprobación en diciembre de 2020, cuando Gran Bretaña le dio luz verde. Entonces, Pfizer, más famoso por inventar el Viagra, se les unió para fabricar, distribuir y comercializar la vacuna.
Actualmente, las dos compañías están dividiendo las ganancias de manera uniforme, y se espera que las ventas lleguen este año a los 18.000 millones de dólares aproximadamente.
BioNTech no pareció verse afectado por la noticia. En un comunicado dijo que agradece el “reconocimiento” de la tecnología que había desarrollado. Una portavoz de BioNTech dijo que es un gran reconocimiento para las tecnologías de ARNm “que empresas como nuestro socio Pfizer se estén involucrando en la construcción de su propia estrategia de vacuna de ARNm”.
Que los dos laboratorios se separen en esta labor contra el coronavirus no es motivo de preocupación. Se espera que BioNTech suministre mil millones de dosis este 2021, una meta que aumentó en una cuarta parte cuando obtuvo la aprobación para su fabricación en Marburg, Alemania. Y lo que es mejor, Pfizer está igualando con otros mil millones, lo que eleva el total a dos mil millones.
El acuerdo de las dos empresas, que inició en 2018 con el objetivo de hacer una vacuna contra la gripa, expirará en julio. En ese momento Pfizer continuará investigando, fabricando y vendiendo cualquier vacuna que haya demostrado que funciona.
¿Qué es el ARN mensajero?
La vacuna contra el coronavirus está hecha de material genético volátil conocido como ARNm, o ARN mensajero, pequeñas piezas de material genético que imitan al coronavirus para que el sistema inmunológico pueda aprender a detectarlo y destruirlo.
Los científicos dicen que las vacunas de ARNm son más baratas de fabricar y más fáciles de modificar frente a las nuevas variantes del virus. Además, su proceso de desarrollo es puramente sintético, lo que significa que los expertos no tienen que depender de células vivas de plantas o animales.
Pfizer, con sede en Nueva York, se ha negado a decir cuál será el virus al que se enfocará con la tecnología de ARNm. Pero es muy probable que a futuro se necesiten inyecciones de refuerzo contra el coronavirus, a medida que surjan nuevas variantes, como la variante sudafricana y otras cepas mutantes.
Hasta ahora, un estudio hecho en el Reino Unido encontró que una sola dosis de la inyección de Pfizer produce una respuesta inmune “robusta” en el 99 % de las personas. Además, se determinó que los niveles de protección son aún más fuertes después de la llamada “recarga”, lo que subraya la importancia de que las personas se pongan su segunda dosis.
El estudio que se realizó a 237 trabajadores de la salud en Sheffield, Oxford, Liverpool, Newcastle y Birmingham, midió los niveles tanto de anticuerpos como de células T, que son sustancias utilizadas por el sistema inmunológico para destruir el coronavirus.
Los científicos descubrieron que, después de una dosis de la vacuna, las personas que habían sido infectadas con covid en el pasado tenían 6,8 veces más anticuerpos en la sangre que las que no lo habían hecho. Pero aclararon que todas las personas necesitan la segunda dosis, porque se cree que el refuerzo hace que la inmunidad dure más tiempo.
¿Qué pasará con BioNTech?
Antes de enfocarse y sacar adelante la vacuna contra la covid-19, Ozlem Tureci, quien cofundó BioNTech con su esposo, estaba trabajando en una forma de aprovechar el sistema inmunológico del cuerpo para combatir los tumores cancerígenos.
En 11 meses, Gran Bretaña les había autorizado el uso de la vacuna de ARNm Covid-19 que desarrollaron con Pfizer, con la aprobación de Estados Unidos solo una semana después.
“Vale la pena tomar decisiones audaces y confiar en que si tienes un equipo extraordinario, podrás resolver cualquier problema y obstáculo que se te presente en tiempo real”, dijo Tureci.
Entre las lecciones que ella y su esposo, el director ejecutivo de BioNTech, Ugur Sahin, aprendieron junto con sus colegas, se encontraba “cuán importante es la cooperación y la colaboración a nivel internacional”.
Tureci, quien nació en Alemania de inmigrantes turcos, dijo que la compañía, que cuenta con personal de 60 países, se acercó a los organismos de supervisión médica desde el principio para asegurarse de que el nuevo tipo de vacuna pasara el riguroso escrutinio de los reguladores.
“El proceso para obtener la aprobación de un medicamento o una vacuna es uno en el que se hacen muchas preguntas, participan muchos expertos y hay una revisión externa por pares de todos los datos y el discurso científico”, dijo.